CRÍTICA DE:
'El espionaje británico y Franco', de Luis Horrillo: la no beligerancia española en la II Guerra Mundial
ENSAYO
Esta investigación se basa en un concienzudo estudio de las fuentes primarias pertinentes, sobre todo los repositorios documentales británicos disponibles
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En vísperas de la conmemoración del 80 aniversario de la terminación de la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1945, la historiografía sobre esa contienda que dio lugar a nuestra época sigue aportando novedades relevantes y dignas de suma atención. Es el caso de ... la tesis doctoral recién publicada por Luis Horrillo Sánchez, un dinámico profesor de Historia de Enseñanza Secundaria que acometió una labor difícil y compleja: estudiar la influencia que los servicios de inteligencia del gobierno británico tuvieron en el mantenimiento de la neutralidad de la España del general Franco en ese conflicto decisivo.
El interés de la temática estudiada es manifiesto. No sólo la contienda bélica de 1939-1945 es el mayor conflicto registrado en la historia contemporánea y universal. Además, esa focalización en el crucial papel de España en aquella coyuntura, oscilante entre la no-beligerancia, la beligerancia moral proalemana y la neutralidad forzada, es un tema sustancial para la historiografía española y europea contemporaneísta.
ENSAYO
'El espionaje británico y Franco. Desde Hendaya hasta Torch'

- Autor Luis Horrillos
- Editorial Prensas Universitarias de Zaragoza
- Año 2024
- Páginas 486
- Precio 32 euros
El libro resultante de la investigación de Luis Horrillo está basado en un concienzudo estudio de las fuentes primarias pertinentes, sobre todo los repositorios documentales británicos disponibles (archivos del gabinete británico, de sus servicios de inteligencia, del Foreign Office, de la Junta de Jefes de Estado Mayor…). Este es quizá el mayor aporte del trabajo realizado porque las novedades presentadas son realmente inéditas y relevantes. Además, el autor tampoco olvida la consulta de otras fuentes primarias (españolas, alemanas e italianas, particularmente), ni la lectura atenta y crítica de la enorme bibliografía existente sobre la temática, tanto española como extranjera (y particularmente anglófona).
En consecuencia, la obra consigue clarificar cuál fue el origen, estructura y operaciones de los servicios de inteligencia británicos (SOE, MI6, Inteligencia Naval) y de otras potencias (especialmente Alemania) que actuaron en la Península Ibérica en aquella coyuntura bélica. Y a lo largo de nueve densos capítulos consigue determinar y analizar los sucesivos planes y actividades desplegados por esos servicios británicos durante el sexenio bélico. Empezando por las operaciones de crudo soborno a generales y líderes franquistas para que promovieran la causa neutralista ante Franco y frenaran a los sectores proalemanes más beligerantes (gastando en torno a 13 millones de libras esterlinas, nada menos.
Siguiendo por la planificación de acciones militares preventivas en caso de hostilidad española para adueñarse de las Canarias (operación Puma), proteger Gibraltar (operación Shapic) o cercar y aislar el Marruecos español (operación Relator). Y terminando por la aplicación de una elaborada política de suministros alimenticios y petrolíferos siempre condicionados al mantenimiento de la neutralidad española y siempre dosificados según el nivel de peligro observado al respecto.
Se analiza, entre otros asuntos, el crudo soborno a generales y líderes franquistas para que promovieran la causa neutralista ante Franco
A la hora de calibrar y ponderar el peso de los servicios de inteligencia británicos en la preservación de la neutralidad española en la guerra mundial, el autor es cauto y prudente, como exige la materia. Es evidente que ese peso fue diferencial según las épocas, los actores y los contextos militares imperantes. Pero, en su globalidad, fueron un elemento a veces marginal y a veces decisivo en varias coyunturas bélicas, sobre todo cuando la posición española en el conflicto tuvo mayor potencial impacto (verano de 1940, invierno de 1940-1941, antecedentes del otoño de 1942, a título de mero ejemplo ilustrativo y bien estudiado en el trabajo).
En todo caso, Luis Horrillo comparte la tesis más generalizada entre los especialistas del tema: el factor determinante de la neutralidad española fue «la situación económica después de la guerra civil», que generó una hambruna paralizante en una población ya agotada por la previa contienda, combinada con una vulnerabilidad estratégica muy aguda y bien percibida por Franco y sus más inmediatos asesores militares (no así por los políticos falangistas, liderados por Ramón Serrano Suñer).
Sencillamente, como concluye el autor de este espléndido libro: «Los británicos ofrecían comida a cambio de paz, mientras que los alemanes ofrecían guerra a cambio de su ayuda económica». Nada que objetar a esa certera conclusión bien fundamentada por una investigación solvente y exhaustiva.
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