CRÍTICA DE:
'El carbunclo azul', de Arthur Conan Doyle: vigencia de Sherlock Holmes
Narrativa
Una aventura del célebre detective, en una estupenda edición, con ilustraciones originales de Paget y prólogo de Eduardo Torres-Dulce, repleto de conocimientos precisos y preciosos sobre la saga holmesiana y su creador
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Sherlock Holmes es una de esas criaturas literarias que han adquirido con el paso del tiempo una sensación de verdad, de corporeidad y de presencia tales, que podría decirse que está más vivo que la mayoría de los seres humanos que nos rodean, ... incluidos nosotros mismos.
Si uno tiene un libro en las manos, como aquel inefable Luis de Sosa, y ese libro es una de las cuatro novelas o uno de los cincuenta y seis relatos breves que sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) publicó sobre Sherlock Holmes, no puede extrañarse de que, en un determinado momento, aparezca en su cuarto de estar, con los atributos que confiere la existencia real, el protagonista del libro que está leyendo.
NOVELA
'El carbunclo azul'

- Autor Arthur Conan Doyle
- Editorial Hatari! Books
- Año 2025
- Páginas 128
- Precio 22,50 euros
Y lo distinguirá de inmediato, pues aparecerá tal y como lo imaginó el dibujante Sidney Paget, tan importante para la iconografía del personaje como lo había sido, un poco antes, John Tenniel en la de Alicia o, un poco después, W. W. Denslow en la de la alegre pandilla de 'El Mago de Oz'.
Eduardo Torres-Dulce, además de ejercer como fiscal general del Estado hace no muchos años y de oficiar como cinéfilo militante y eruditísimo en todos los medios de comunicación, es un admirador confeso deSherlock Holmes y pertenece a varias de las asociaciones internacionales creadas en torno al personaje. Sospecho que lo conoció en los dos volúmenes en papel biblia de la colección 'Joya' de Aguilar que incluían el canon completo de Holmes en estupenda traducción de Amando Lázaro Ros.
En cuanto a mí, fue mi padre quien me introdujo en la lectura de Conan Doyle. Fue en Pozuelo de Alarcón y en el verano de 1962, en el chalé desvencijado, con aspecto de Casa Usher venida a menos, donde veraneábamos entonces mis padres, mi hermana y yo. Allí, y más concretamente en el hall del chalé, que era donde se estaba más fresquito de toda la casa (el aire acondicionado aún no existía y, por lo tanto, había que buscarse la vida para mitigar los tórridos calores del verano madrileño), y a la hora de la siesta, en lugar de dormir, me metí en vena a Sherlock Holmes, de la misma manera que el detective inglés se inyectaba en su cuerpo cualquier tipo de drogas cuando no tenía misterios que solventar con su mente privilegiada.
Sherlock Holmes crea adicción, pero en ningún caso genera ansiedad ni sufrimiento, sino diversión y placer
Y puedo asegurar que la droga llamada Sherlock Holmes crea adicción, pero una adicción que en ningún caso genera ansiedad ni sufrimiento, sino diversión y placer. Tardé todo el larguísimo verano de más de tres meses de ocio en dar cumplida cuenta de los dos tomos de Aguilar, con aquellos deliciosos cortes pintados que nunca olvidaré. Me resultó muy excitante asistir, desde aquella butaca en el hall de Pozuelo, a los retos que se imponía Holmes a sí mismo, identificándome desde un principio con el amigo del héroe, con el bardo que narra su epopeya, o sea, con John H. Watson, doctor en medicina, un Sancho peculiar para un no menos peculiar Don Quijote. Un personaje que confirma y refuerza de manera admirable la textura moral y psicológica de Holmes.
La aventura de 'El carbunclo azul' forma parte de 'Las aventuras de Sherlock Holmes', una de las recopilaciones watsonianas de los casos resueltos por el sagaz detective de Baker Street. Se publicó por primera vez en 1892 y en las páginas de 'The Strand Magazine', con los dibujos del imprescindible Sidney Paget. En esta nueva edición en solitario, auspiciada por Hatari! Books y traducida por Susana Carral —una de nuestras mejores traductoras del inglés—, se incluyen las ilustraciones originales de Paget y una sesentena inicial de páginas firmadas por Eduardo Torres-Dulce y acribilladas de conocimientos precisos y preciosos sobre la saga holmesiana y su creador.
Y, por último, un curiosísimo apéndice sobre un concurso, patrocinado por 'The Strand Magazine' y consistente en averiguar las doce historias de Sherlock Holmes favoritas de Doyle, cuya lista se ofrece en la última página de esta magnífica edición exenta de 'El carbunclo azul'.
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