Así será el Museo Sorolla del siglo XXI
Este domingo, a las tres de la tarde, cerrará sus puertas durante dos años. Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, autores de la rehabilitación y la ampliación, preservarán con el máximo respeto la casa original y mantendrán su esencia, su alma. Muestran a ABC el proyecto
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«Mucha gente nos pregunta: ¿Qué estáis haciendo en el Museo Sorolla? ¡Si es el museo más hermoso, con el jardín más bonito! Les decimos que lo estamos ampliando. Pero, ¿cómo? ¿hacia dónde?, nos dicen». Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano son los arquitectos ... encargados de remozarlo y ampliarlo. Su estudio ganó el concurso en 2016. El proyecto se desarrolló de 2017 a 2020, pero ese año llegó el Covid, que paralizó nuestras vidas. Una vez acabada la obra, habrá que adecuar todos los espacios y volver a montar la colección. Todo un reto, teniendo en cuenta que atesora unos 9.000 bienes (1.400 pinturas de Sorolla, dibujos, esculturas, muebles, fotografías, cerámica, arqueología, artes decorativas...). Reabrirá en 2026.
Nieto Sobejano Arquitectos tienen mucha experiencia creando, rehabilitando o ampliando importantes museos: San Telmo en San Sebastián, Madinat al-Zahra en Córdoba, Nacional de Escultura de Valladolid, Arqueológico de Múnich, el Archivo de las Vanguardias de Dresde... Y están en cartera el Museo Carmen Thyssen de Sant Feliú de Guíxols, el de Bellas Artes de Vannes (Francia) y el de Arte de Dallas (su primer proyecto en Estados Unidos), entre otros muchos.
En cuanto al Museo Sorolla, hay temor a que se altere el aspecto de un lugar tan querido por los madrileños, turistas y amantes del arte, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, los visitantes apenas apreciarán los pequeños cambios en la casa-museo, una vez remozada. Por contra, se recuperarán espacios originales, como unos vanos que estaban dedicados a baños de la casa y se cerraron, y se eliminará el lucernario de la azotea para volver a la volumetría original de la casa. Además, se recuperan para la visita pública espacios que hasta ahora eran de uso interno. Y contará con todos los servicios y equipamientos que requieren hoy los museos: modernas salas de exposiciones temporales, taller de restauración, almacenes, zona de carga y descarga, tienda, cafetería, consignas, un salón de actos polivalente para 90 personas...



«La gente tiene mucho miedo de que la intervención del Museo Sorolla suponga una pérdida de su esencia y su espíritu. Un pilar básico del proyecto es respetar la casa Sorolla; otro, ampliar el museo. Y esa ampliación se produce en un espacio contemporáneo donde Nieto y Sobejano tienen libertad de acción. Aquí se ven restringidos por el respeto al lugar patrimonial, y lo han hecho con bisturí. Cuando el público regrese en 2026 verá que mantiene la esencia de siempre», tranquiliza su director, Enrique Varela, a los agoreros.
Hoy, a las tres de la tarde, cerrará sus puertas el Museo Sorolla y no volverá a abrirlas hasta dentro de dos años. Días antes del cierre, visitamos las 'tripas' de la casa-museo y las obras de la ampliación, acompañados por Fuensanta Nieto, Enrique Sobejano, María Pérez (arquitecto de proyecto, junto con Carlos Ballesteros y Vanesa Manrique) y Enrique Varela.
Nieto y Sobejano vieron «la oportunidad de entablar una conversación figurada, silenciosa, entre la casa original y las áreas de ampliación». Se plantearon dos fases. La primera incluye las obras de la ampliación. Los materiales utilizados, madera de roble, vidrio, piedra de basalto... Una vez cerrado al público el museo, se abrirá en el muro norte de la Sala I la zona de conexión entre los dos edificios. Urge esta intervención para el traslado de las obras de la casa-museo a los almacenes de la ampliación. «La puerta de conexión es lo que más hemos peleado, dudado, repetido y vuelto a pensar en el museo cuando lo planteábamos, porque somos conscientes de que estamos modificando no solo la circulación del museo, sino también ese espacio de la última sala», advierte Fuensanta Nieto.
¿En qué punto estamos del proyecto? «Estamos entrando en la fase de acabados. Tenemos que acabar en enero», dice María Pérez. Una vez protegidas y trasladadas todas las obras a la zona de la ampliación a través del hueco entre los dos edificios, comenzará la rehabilitación de la casa-museo: suelos, paramentos verticales, carpinterías, ventanas, puertas... Está previsto que empiecen los trabajos en marzo o abril de 2025. Es la segunda fase. El Instituto del Patrimonio Cultural Español (IPCE), que validó desde el punto de vista de la intervención patrimonial el proyecto, colaborará en la restauración integral de los jardines. «La intención es respetar al máximo el edificio existente modificando únicamente aquello que sea estrictamente necesario. Casi, casi, lo ideal sería que quien llegara aquí se preguntara: ¿Qué han hecho?», apunta Sobejano. «Da respeto, y es un reto, cuando en algunos puntos vamos a tocar la estructura. Vamos con mucho cuidado», apunta Nieto.
Los arquitectos preservarán con el máximo respeto la casa original, mantendrán su esencia, su alma. «Una casa-museo es muy especial -advierten Nieto y Sobejano-. Hay muy pocas (las de John Soane y Dickens en Londres, la de Rodríguez-Acosta en Granada...) Todas ellas mantienen el espíritu de cómo vivió el artista, dónde produjo su obra... Para nosotros es muy importante que se mantenga el espíritu del lugar. Hay espacios que es mejor no tocar, se quedan como están». Intervendrán una escalera (no la noble de la casa) y construirán un pequeño ascensor.
El presupuesto de obra (ampliación y rehabilitación, exclusivamente) es de 6.686.668,75 euros. No incluye ni los equipamientos ni la compra del local a pie de calle (un antiguo taller de Volvo) y la planta primera del número 68 de la calle Zurbano que hizo el Ministerio de Cultura en 2009. «Surgió una oportunidad, era la única posibilidad de ampliación de este museo», advierte Enrique Varela. «Se tardó mucho tiempo en conseguir la licencia. Estamos haciendo una ampliación sobre un garaje –explica Fuensanta Nieto–. Estamos construyendo un museo sobre un garaje, adaptando un garaje a un museo. Obviamente, eso requiere un montón de pasos y de tiempo». El museo duplicará su espacio: a los 1.700 metros útiles de la casa se suman unos 1.600 de la ampliación.
El proyecto, explican Nieto y Sobejano, surge como una reinterpretación de tres espacios singulares en la casa-museo, que tienen ecos en los nuevos espacios. Los jardines, en una cubierta ajardinada no visitable pero sí visible; el patio andaluz, que se abrirá al público, articulará el nuevo vestíbulo, y los espacios del estudio de Sorolla, con altos techos abuhardillados y cubiertas a dos aguas, que acogen las salas de la colección permanente, se han replicado en una secuencia de cuatro naves paralelas, que serán las nuevas salas de exposiciones temporales. Hasta ahora estaban en la primera planta de la casa: 200 metros cuadrados más para la colección permanente. Una quinta sala, muy luminosa, será el taller de restauración. «Una de las pocas peleas con el director del museo ha sido la altura de las puertas», advierte Fuensanta Nieto.

«El proyecto lo que hace es coser tres espacios: la casa museo, la zona de ampliación y las oficinas», explica Varela. La entrada de visitantes seguirá siendo la actual, mientras que la nueva de Zurbano estará dedicada a carga y descarga, personal del museo, visitas de grupos y de personas con movilidad reducida. «Uno de los problemas del museo es que no es accesible -lamenta su director-. Hay escalones insalvables para personas con discapacidad motora. Ha habido denuncias de colectivos».
El lema del proyecto: 'Museo Sorolla: cerramos puertas, ampliamos horizontes'. Lo explica su director: «Ampliamos el museo y ampliamos los horizontes, porque cuando reabra en 2026 no va a ser el mismo museo. Nos hemos dotado de unos equipamientos y unos servicios que nos van a permitir ampliar esos horizontes y desplegar unas políticas museísticas más ambiciosas. Sorolla siempre va a ser el epicentro del museo, pero tendremos unas miradas más amplias. Estoy hablando con el Ministerio de Cultura de manera permanente. La ampliación del museo no puede ser solo una ampliación arquitectónica. No se basa en que dupliquemos la superficie y todos los sistemas de funcionamiento del museo sean los antiguos, porque entonces habremos naufragado. Esta nave necesita dotarse de nuevos presupuestos, de una nueva estructura de personal». Para ello es preciso reforzar casi el doble el personal de atención al público y de vigilancia.
¿Habrá una reordenación de la colección? «Habrá un nuevo planteamiento del discurso expositivo, pero la idea es recuperar la esencia de los talleres de pintura de Sorolla», explica Enrique Varela. Aún es pronto, dice, para saber el número de obras que colgarán en las salas, pero «nos va a permitir sacar obra maravillosa de los almacenes, de la Alhambra, de los Reales Alcázares de Sevilla...»
Fue residencia privada de la familia Sorolla, que pasó a museo en 1932, gracias al legado que hizo la viuda del pintor, Clotilde García del Castillo, en 1925 al Estado español: la casa y sus colecciones, con la intención de crear un museo en memoria de su marido. Hoy es un museo de titularidad estatal y está gestionado por el Ministerio de Cultura. Situada en el número 37 del Paseo del General Martínez Campos de Madrid y encargada por el pintor al arquitecto Enrique María Repullés y Vargas en 1911, hace 113 años, tiene un estilo de arquitectura ecléctica, con muchas influencias, explica Sobejano. Sorolla se implicó de lleno en el proyecto, diseñando los jardines e imponiendo a Repullés su idea de la fachada. Se han acometido cuatro actuaciones, pero todas parciales: en los años 40 se crearon las nuevas salas temporales de la primera planta; en los 50, la remodelación parcial de la escalera y una sala de dibujo; en los 80, nuevas salas de temporales, que se convirtieron en almacenes, y en los 2000 una remodelación museográfica. Esta es la primera actuación integral en su historia.
Durante estos dos años de cierre habrá préstamos para exposiciones itinerantes, aunque el proyecto no está cerrado aún. Valencia es clara candidata por su vinculación con el pintor. De momento, obras maestras del museo se verán en la muestra 'Sorolla, cien años de modernidad', entre el próximo mes de octubre y febrero de 2025, en la Galería de las Colecciones Reales.
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