Ruth Bousoño: «Sería bonito que Amancio Ortega comprase el Archivo Vicente Aleixandre»
La viuda de Carlos Bousoño, filóloga y abogada, quiere vender este tesoro literario para que una institución custodie y difunda el legado del Nobel

Tras la muerte de Vicente Aleixandre, en diciembre de 1984, Carlos Bousoño y su mujer, Ruth Bousoño (antes Crespo), se quedaron con el Archivo del poeta, un conjunto formado por más de mil cartas con escritores, unos mil quinientos manuscritos y borradores mecanografiados, ... tres mil libros y varios objetos personales, entre otras cosas. Tras la muerte de su marido, en 2015, ella es la propietaria de este fondo, junto a sus hijos.
—¿Cómo llegó a ser la dueña del Archivo de Vicente Aleixandre?
—El Archivo Vicente Aleixandre es propiedad de mis hijos y mía. Antes de morir Carlos el AVA era propiedad suya y mía. Vicente quiso que me ocupara yo de su Archivo, y así se lo dijo a Carlos unos meses antes de morir, cuando nos llevó a ambos a su habitación para enseñarme dónde tenía sus manuscritos. Le dijo lo siguiente: «Carlos, quiero que sea Ruth quien se ocupe de mis papeles, porque tú no tienes sentido práctico, y ella sí. Sé por nuestros amigos comunes que en vuestra casa quien se ocupa de todo es Ruth». Y me dijo, a continuación, que cuando él muriera lo primero que tenía que traerme a nuestra casa eran sus manuscritos, que él tenía clasificados en carpetas.
—¿Siempre se ha ocupado usted del archivo?
—Me he ocupado yo del AVA desde que lo trajimos de Velintonia. Siempre ha sido un honor para mí ser la custodia de tan precioso archivo. Tengo la suerte de ser filóloga y abogada. Lo primero me ha servido para disfrutar al máximo del privilegio de clasificar, estudiar y cuidar con mimo tan valiosa joya archivística. Y lo segundo, para saberlo defender en los tribunales. Mi formación y mi trato muy cercano con todos los poetas importantes de la posguerra –y con algunos de los miembros de la Generación del 27 que no se exiliaron– me facilitaron la identificación, por ejemplo, de la mayor parte de las personas cuyas cartas conservó Vicente. Tuve también la suerte de conocer en persona a algunos de los miembros de la Generación del 27 que volvieron a España después de la muerte de Franco, como por ejemplo Rafael Alberti. A Jorge Guillén lo conocí en un acto en el que participó Carlos. Guillén tenía una grandísima admiración por mi marido desde que este era muy jovencito. Le pidió que lo sustituyera durante un semestre en Wellesley College… Llevo con mucha holgura la responsabilidad de estar a cargo del Archivo Vicente Aleixandre desde que este muriera. Vicente Aleixandre formó parte de mi vida desde que me casé. Y fue el padrino de mi hijo mayor.
«Vicente Aleixandre me dijo que cuando él muriera lo primero que tenía que traerme a nuestra casa eran sus manuscritos»
—Si no me equivoco, el archivo consta de unos 2.500 documentos entre cartas y manuscritos del poeta, además de una biblioteca de 3.000 volúmenes.
—Así es.
—¿Cómo los tiene organizados?
—Las cartas de los poetas, los novelistas y los intelectuales relevantes, por ejemplo, las tengo clasificadas por generaciones. El resto las tengo clasificadas por temáticas: cartas de hispanistas, y de editoriales, entre otras clasificaciones.
—¿Diría que es el archivo más completo de la Generación del 27?
—Estoy convencida de que así es, no solo por la importancia de Vicente Aleixandre, como poeta galardonado con el premio Nobel de Literatura de 1977, sino porque este ejerció de gran maestro de todas las generaciones poéticas de la posguerra, y se comunicaba con sus miembros epistolarmente. Todos los poetas españoles e hispanoamericanos que pasaban por Madrid iban en ‘peregrinación’ a Velintonia 3. Ese deslumbramiento y gran respeto que despertaba el premio Nobel sevillano hizo posible que también los grandes escritores que visitaban Madrid se desplazaran hasta Velintonia para conocer a Vicente Aleixandre mucho antes de que recibiera este el galardón sueco, como fue el caso del premio Nobel italiano Eugenio Montale.
—¿Qué es lo más importante del archivo?
—Sin ninguna duda, los manuscritos del poeta, como ha dicho Alejandro Duque Amusco, gran poeta y monumental crítico de poesía, quien es el máximo especialista en la vida y obra de Vicente Aleixandre. Duque Amusco ha destacado –con su habitual brillantez– la importancia de dichos manuscritos para los críticos genetistas, dada la peculiar forma de escribir de Aleixandre. La primera versión de sus poemas le solía surgir en sus momentos de duermevela, y debido a ello la letra de esas primerísimas versiones es difícil de entender para aquellas personas que no sean grandes especialistas en la obra del premio Nobel. Algún improvisado ‘especialista’ en Vicente Aleixandre ha errado al transcribir poemas manuscritos del poeta sevillano. Los poemas de Vicente Aleixandre –como suele ocurrir con la obra de casi todos los escritores– son el resultado de las varias versiones de estos que redactaba el poeta. Y esa es la importancia de sus manuscritos.
Estoy convencida de que es el archivo más completo de la Generación del 27»
—¿Cuál es la pieza que más le interesa?
—Los poemas manuscritos del premio Nobel.
—¿Y a la que más cariño le tiene?
—Al capote del poeta, por estar tan vinculado a este.
—En 2007 Amaya Aleixandre inició un proceso judicial para reclamar la propiedad del archivo. ¿Cómo ha llevado el proceso judicial?
—El Archivo Vicente Aleixandre ha exigido muchísimo de mí desde que nos lo donara Vicente Aleixandre. Y muy especialmente desde que en abril de 2007 la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Málaga nos manifestaron su firme propósito de adquirirlo para depositarlo en el Centro Cultural Generación del 27 de Málaga. Un juzgado de Majadahonda nos paró la compraventa del AVA muy poco antes de que las instituciones andaluzas formalizaran la compraventa de este con Carlos y conmigo. Desde ese día hasta enero de 2014 –cuando nos fue notificada la sentencia del Tribunal Supremo que nos daba la razón definitivamente frente a la parienta de Vicente Aleixandre que nos había acusado, con presuntas injurias y calumnias, en diciembre de 2007– me dediqué sin descanso a defender nuestros derechos sobre un archivo del que todos sabían que era nuestro, empezando por quien nos demandó con presuntas injurias y calumnias, ya que había sido publicado con gran profusión en todos los medios de comunicación españoles, desde 1984, que el Archivo Vicente Aleixandre era nuestro. Entre los más de setecientos documentos probatorios que presentamos en el Juzgado de Majadahonda había fotos y vídeos en los que la persona que nos demandó figuraba presencialmente con su padre –titular entonces de los derechos de autor del Nobel sevillano– mientras Carlos decía en el Salò de Cent de Barcelona lo que se proponía hacer con los manuscritos de Aleixandre, para publicar la obra inédita que este había dejado.
—¿Ha sido difícil mantener la integridad del archivo durante todos estos años?
—En absoluto.
—¿Ha recibido muchas solicitudes de consulta de investigadores que quieran ver el archivo? ¿Se han hecho investigaciones con esos materiales?
—El 95% de los poemas inéditos de Vicente Aleixandre se publicaron gracias a que Carlos y yo le dimos acceso ilimitado a Alejandro Duque Amusco, quien no solo los publicó –con el consentimiento de quien era entonces titular de los derechos de autor del poeta sevillano–, sino que hizo estudios magistrales sobre estos. Y publicó en colaboración con Carlos Bousoño ‘En gran noche’, libro póstumo de Vicente Aleixandre.
«Me he dedicado sin descanso a defender nuestros derechos sobre un archivo del que todos sabían que era nuestro»
—En 2008, la Diputación de Málaga renunció a la compra del archivo, que había valorado en cinco millones de euros.
—Está publicado en la prensa, en julio de 2011, que tanto la Diputación Provincial de Málaga como la Junta de Andalucía seguían dispuestas a comprar el Archivo Vicente Aleixandre en el momento en que la Audiencia Provincial de Madrid nos dio la razón de forma contundente, como había hecho el Juzgado Número 7 de Primera Instancia e Instrucción de Majadahonda en 2009. La entonces diputada de Cultura de la Diputación Provincial de Málaga lo dijo de una forma divertida, por ser entonces ambas instituciones de signo político contrario. Sus palabras fueron muy parecidas a estas: si en algo estamos de acuerdo ambas instituciones es en que el Archivo Vicente Aleixandre tiene que estar en Málaga, en el Centro Cultural Generación del 27.
—Desde entonces, ¿ha recibido otras ofertas por el archivo?
—Una institución pública española muy conocida se interesó espontáneamente en comprar nuestro Archivo Vicente Aleixandre.
—¿Todavía tiene intención de venderlo?
—Sí, por supuesto que tenemos intención de vender nuestro Archivo Vicente Aleixandre.
—¿Cuál le gustaría que fuese el destino del archivo?
—Tanto a mis hijos como a mí nos gustaría que el Archivo Vicente Aleixandre tuviera como destino una institución que contribuya a difundir la obra y la memoria del premio Nobel. Sería bonito que un mecenas solvente y generoso, como Amancio Ortega, lo comprara y se lo regalara a una institución como la que acabo de describir.
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