Los neandertales españoles que nunca conocimos
Una nueva investigación sugiere que la otra especie humana desapareció de la mayor parte de la Península Ibérica miles de años antes de que llegara el hombre moderno

No pudieron encontrarse en lo que hoy es nuestro país, y si lo hicieron, sucedió en un pequeño reducto cantábrico. El hombre de Neandertal , la otra especie humana inteligente que se extendió por Europa, pasó por la meseta y el sur de la Península Ibérica 15.000 años antes de lo que se creía, lo que significa que no tuvo contacto con los humanos modernos, que aún tardaron unos 5.000 años en llegar, según la investigación de un equipo internacional de científicos entre los que se encuentran investigadores españoles. Sus conclusiones, que se publican en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (PNAS), eliminan el posible «romanticismo» entre las dos especies en España, que difícilmente pudieron haberse hibridado sin siquiera coincidir en el mismo milenio, y ayuda al exculpar a nuestros ancestros directos de la desaparición de los neandertales.
El equipo, formado por expertos de la UNED, la Universidad de Oxford y la Universidad nacional de Australia, entre otras entidades científicas, utilizó dataciones por radiocarbono a las que incorporaron una descontaminación por ultrafiltración para purificar el colágeno, para datar los huesos encontrados en los yacimientos de Jarama VI (Guadalajara) y Zafarraya (Málaga), considerados hasta ahora como unas de las últimas «moradas» de los neandertales en la península. Los restos eran huesos de animales con marcas antrópicas, evidencias de haber sido manipulados y consumidos por humanos y no por otros carnívoros, que aparecieron junto a restos tecnológicos como cuchillos de sílex y otras herramientas líticas. De esta forma, los investigadores situaron la ocupación neandertal de los sitios hace 45.000 años y no 30.000, como se estimaba hasta ahora.
Según Jesús Francisco Jordá, investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED, el hallazgo empuja a «revisar los libros de la Prehistoria». En cuanto a una posible coincidencia de ambos grupos en la zona cantábrica, el geólogo cree que es asunto aún por determinar. «Estamos sometiendo a análisis yacimientos como La Güelga en Asturias para determinar si esa coexistencia tuvo lugar. Tendremos que esperar a los resultados para verificar esa hipótesis», concluye.
Misteriosa desaparición
Sin contacto no pudo haber hibridación entre especies. Aunque Jordá no descarta que estos encuentros íntimos ocurrieran en otros lugares de Europa, considera que nuestra herencia genética neandertal -todos los humanos modernos, excepto los africanos, compartimos con ellos del 2% al 4% de nuestro genoma-, «puede ser debida a un ancestro común de los dos grupos».
La desaparición de una especie que habitó «toda la península desde la Cordillera Cantábrica hasta Gibraltar» en cuevas, abrigos rocosos y el entorno de los ríos es todavía un misterio. «Desde luego, en el sur y el centro de la meseta no fue por la presión del Homo sapiens», explica el investigador de la UNED. «Posiblemente se produjo un descenso generalizado de las temperaturas y el sur de España pasó a ser una zona con pocos recursos. Entonces, los neandertales se retiraron a la zona cantábrica, Pirineos y Francia».
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