Una nueva técnica radical para agilizar el análisis forense en casos de agresión sexual
Los investigadores han simplificado el proceso al reducir el número de pasos manuales necesarios para aislar el ADN del agresor de 13 a cinco
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Un equipo de investigadores ha desarrollado una nueva técnica radical con un enfoque diferente que podría agilizar el análisis forense y reducir los retrasos en el procesamiento de las pruebas de ADN en casos de agresión sexual.
«Para esta investigación, leímos informes y encuestas en las que se preguntaba a las víctimas por qué no denunciaban las agresiones. Y la respuesta más común fue que no tenían confianza en el sistema judicial, y esa falta de confianza se debía en parte a lo largo que era el proceso», según describe el investigador Mohamed Elsayed, autor principal de la investigación publicada en un artículo en la revista 'Advanced Science' por la Universidad de Toronto (Canadá).
Los investigadores se han centrado en el primer paso de las pruebas forenses: las pruebas de ADN. Así, han separado el ADN de dos individuos a partir de una única muestra, algo que solo puede hacerse manualmente por expertos formados y con experiencia en un laboratorio.
En la actualidad, las pruebas forenses en los casos de agresión sexual consisten de varios pasos en un proceso altamente técnico. Una vez recogida las pruebas de ADN de la víctima y enviadas al laboratorio, la muestra se procesa primero para aislar el ADN del agresor del de la víctima; luego se puede realizar el análisis del ADN del agresor y utilizarlo para identificar a un sospechoso. Todo el proceso puede llevar días, semanas o más.
En tanto, la mayor parte del de ese tiempo se emplea en transportar la evidencia al laboratorio; además, una vez en el laboratorio, la velocidad con la que se analiza la muestra depende de la cantidad de otros casos que requieran análisis.
Es decir, lo que los investigadores han desarrollado es un proceso para separar el ADN de dos individuos empleando un proceso llamado técnica de digestión diferencial mediante microfluidos digitales. Este nuevo enfoque mitiga los desafíos logísticos y técnicos actuales.
El equipo de investigación liderado por Elsayed ha simplificado el proceso al reducir los números de pasos manuales necesarios para aislar el ADN del agresor de 13 a cinco. «Además, como los procesos microfluídicos tienden a ser más rápidos, esperamos que uno de los beneficios finales sea acortar el tiempo total necesario», afirma Elsayed.
Este nuevo enfoque podría dar lugar a una solución móvil que no requiera un laboratorio. Por ejemplo, las pruebas podrían realizarse en un hospital al que normalmente se lleva a una víctima en un caso de agresión sexual, eliminando así el tiempo necesario para que la muestra llegue al laboratorio y evitando la cola de espera.
La nueva técnica es compatible con la tecnología conocida como Análisis Rápido de ADN, que ya se utiliza para el segundo paso de la identificación de un individuo a partir de su ADN. Según los autores, el objetivo a largo plazo sería integrar las dos tecnologías para agilizar aún más el proceso.
El autor principal, Mohamed Elsayed, trabajó en este proyecto como parte de su doctorado en Ingeniería Biomédica, pero ahora es investigador postdoctoral en el Departamento de Química de la Universidad de Toronto (U of T). Entre sus coautores de la U of T se incluyen el profesor Aaron Wheeler del Departamento de Química, el Instituto de Ingeniería Biomédica de la U of T y el Centro de Investigación y Aplicaciones en Tecnologías Fluidídicas, y Leticia Bodo , miembro del Innis College y estudiante de maestría en el Departamento de Química. Los tres también están afiliados al Centro Donnelly de Investigación Celular y Biomolecular.
Aunque hay muchos desafíos antes que que la nueva técnica esté operativa y sea utilizada, Elsayed confía en que esos desafíos se resolverán y ha concentrado sus esfuerzos en hacerla comercialmente viable y ampliamente accesible. «Nuestro plan es desarrollar un instrumento que haga en cinco minutos lo que actualmente lleva 45 --afirma. Y que pueda analizar muchas más muestras que antes. Una vez que lo logremos, el siguiente paso será introducir la tecnología en los laboratorios forenses y los hospitales. Llevará años, pero el potencial es muy interesante».
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