1991: El año en el que se destruyó parte de un dolmen en Castilleja de Guzmán
Hay más precedentes de tropelías contra el yacimiento en este municipio, una población que se adelantó a Marbella en la pérdida de competencias urbanísticas
Un promotor levantará casas en el dolmen de Montelirio

Castilleja de Guzmán se adelantó a Marbella y fue la primera localidad, en 1996, a la que le fueron retiradas las competencias urbanísticas tras aprobar un plan parcial con exceso de edificabilidad. En concreto, la Junta le revocó la delegación de estas capacidades por la ... modificación de las Normas Subsidiarias vigentes en 1995 que favorecían el incremento extraordinario de la capacidad residencial, que pasó de una densidad de 11, 4 viviendas por hectárea a otra de 30, 25. Así, el número de viviendas pasaba de 300 a 800.
Los líos del Ayuntamiento aljarafeño en esta materia son continuos y los reveses judiciales también. La polémica tramitación del cambio del Plan Parcial PP-04 Dolmen de Montelirio para construir una urbanización en una parcela en el entorno del BIC ha vuelto a traer a la actualidad otros proyectos malogrados. Por ejemplo, en la primera década de este siglo se pretendió construir una residencia de personas mayores en la parcela M3 del plan parcial número cuatro, una parcela comprada en 2006 por la empresa Fomento de la Edificación S.A. (Foedisa) y vendida por la misma a Reciti Mayores.
Y es que las excavaciones arqueológicas de carácter preventivo acometidas en el plan parcial número cuatro al tratarse de una zona aledaña al dolmen de Montelirio, que había sido descubierto en 1998, desencadenaron el hallazgo de más vestigios históricos que «abarcaban desde la Prehistoria hasta la época romana»; tras lo cual el plan parcial número cuatro y por ende la finca M3 fueron incluidos en el decreto emitido en 2010 por la Administración andaluza declarando la citada Zona Arqueológica.
Otras veces no se ha podido parar el atropello contra el patrimonio en la población más pequeña del Aljarafe y se han destruido directamente monumentos arqueológicos que atestiguaban la huella del Calcolítico.
En 1989, la construcción de una urbanización en la margen izquierda de la carretera Castilleja de Guzmán-Valencina de la Concepción a la altura del kilómetro 3, dejó a la vista parte de una estructura dolménica seccionada por las máquinas, por lo que se hizo necesaria una intervención debido a la grave amenaza de desaparición que corría el enterramiento. La campaña de emergencia, liderada por la arqueóloga Isabel Santana Falcón, duró un mes y se vio entorpecida por la ubicación del depósito de agua que abastecía al pueblo. En ese tiempo y durante los trabajos, se descubrió una segunda estructura funeraria que había sido cortada por la excavadora, «apreciándose el relleno arqueológico y una pared de mampostería», indicaba la experta en su informe recogido en el Anuario Arqueológico de Andalucía publicado aquel año.
Pese a que estas labores tuvieron que pararse por unos días, se iban a retomar en una segunda fase en la que se controlaría el derribo del depósito y se prepararía el acceso del resto del corredor para documentar las estructuras. Sorpresivamente, según se relata en este informe, no pudo ser. El domingo 27 de enero de 1991 se iniciaron, «con autorización municipal, y sin aviso previo a la Delegación Provincial de Cultura, los trabajos de demolición del túmulo». Solo se respetó el depósito del agua y se destruyó el resto de las estructuras arqueológicas, de las que sólo quedó el corredor ya excavado. Ya entonces los expertos avisaron de estos desmanes que estos días han vuelto florecer: «Sería deseable que otros restos no sufrieran el desprecio municipal y que no acabaran destruyéndose en aras de una muy dudosa prosperidad social que, en este caso, no parece tener en cuenta la grandeza de nuestro pasado».
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