Música procesional
López Gándara revoluciona las Cigarreras sin renunciar a la esencia de la banda
La formación de cornetas y tambores combina una cruceta propia muy equilibrada entre tradición y vanguardia con un alto grado de excelencia interpretativa
En vídeo: así suena 'Los juicios del Hijo de Dios' de López Gándara interpretada por las Cigarreras
Programa de la Semana Santa de Sevilla 2025

Si hay una formación de referencia en el mundo de las bandas de cornetas y tambores, esa es la de Nuestra Señora de la Victoria, es decir, la banda de las Cigarreras. Con una trayectoria cercana al medio siglo, puesto que nació en 1979 ... y se enfocó en el género de la Policía Armada en 1983, desde sus inicios ha tenido un estilo muy propio y sevillano que se ha ido acentuando con el paso de los años hasta hacerse inconfundible e inseparable de pasos de misterio como los de la Cena o San Gonzalo.
En la actualidad, las Cigarreras consigue como pocas el equilibrio perfecto entre las composiciones más sencillas que marcaron los inicios de la banda, hoy convertidas en grandes clásicos, el repertorio propio que construyó la identidad de la banda en los ochenta y noventa y los estrenos más interesantes y complejos musicalmente hablando del panorama actual, en los que la armonía y el virtuosismo melódico se imponen sobre el ritmo, como ocurre con los de López Gándara.
Así, además de la indiscutible presencia en el repertorio de marchas de Alberto Escámez o Luis Alfonso Miraut, las más clásicas del género, la banda mantiene un buen número de composiciones de hace ya unos años que son historia cigarrera y de las que basta escuchar unos compases para asociarlas a esta formación. Se trata, por ejemplo, de las obras de Francisco Javier González Ríos, quien revolucionó el panorama de las cornetas y tambores en la década de las noventa con marchas como 'Pasión, muerte y resurrección', 'Amor de madre', 'Eucaristía' o 'Refúgiame', que introdujeron nuevos instrumentos y ritmos como los icónicos tresillos por palilleras.
El legado de Bienve
Mención destacada merece el recordado Bienvenido Puelles, que marcó para siempre el estilo de las Cigarreras y que ha dejado un legado indeleble desde sus primeras composiciones propias para la banda desde mediados de los ochenta y principios de los noventa, que son clásicos del género de una mayor sobriedad, tales como 'Réquiem', 'Y Tú, Estrella' o 'Macarena', hasta otras en las que su estilo va evolucionando de la misma forma que el de la banda, con palilleras y solos ('Un cielo para mi Virgen' o 'Noches de Lunes Santo').
Otro de los nombres sin los que no se entendería a las Cigarreras es Pedro Manuel Pacheco. Director musical de la banda desde 1992, se mantiene en el cargo y lleva escribiendo marchas para la misma desde sus inicios como compositor, con obras que todo el mundo conoce como 'Divina Pastora de Cantillana', 'Sobre los pies te lleva Sevilla' o 'Costalero del Soberano', presente en tantas entradas, y otras más recientes como 'Y dijo Anás' o la propia 'Soberano', estrenada el mes pasado con motivo el cincuentenario del Señor de San Gonzalo.
La revolución de Gándara
Pero, sin duda, en la historia reciente de la banda ha llegado un autor que la ha puesto patas arriba para volver a reinventarla: Cristóbal López Gándara. Forma parte también de la dirección musical y, con nuevas armonías, complejas melodías y una instrumentación muy particular, es quien ha llevado a otro estadio compositivo a la formación del barrio de Los Remedios, que toca todos los días de la Semana Santa hispalense.
Aunque sus numerosas marchas van poblando muchos repertorios, las Cigarreras es su niña bonita, la formación cuyo gran estreno de cada año es del ubetense y la única que puede hacer frente con garantías a obras como 'Gath Shemânîm', 'Agnus Dei' o las que componen la celebrada tetralogía del ubetense: 'Ante Caifás... el Hijo de Dios', 'Ante Anás... el Hijo de Dios', 'Silencio, ante Herodes... el Hijo de Dios' y 'Ante Pilatos... el Hijo de Dios'. Justamente hace unos días se estrenó en la parroquia de San Jacinto una exquisita obra conjunta de las cuatro titulada 'Los juicios del Hijo de Dios', que supera los catorce minutos de duración.
Este nivel de complejidad y precisión no sería posible sin el grado de excelencia interpretativa que ha alcanzado en los últimos años la banda que dirige Dionisio Buñuel. Esta evolución coincide con el aumento del nivel general de las formaciones musicales cofradieras, pero hasta el punto de situarse a la cabeza de las bandas de cornetas y tambores con bastante diferencia sobre la siguiente. Así, las Cigarreras se erige como la conjunción idónea entre un repertorio equilibrado y propio en el que se aúnan tradición y vanguardia, por un lado, y un excelente estado de salud interpretativo, por el otro.
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