Un joven deja de usar champú y lo sustituye por un alimento: «El pelo está limpio. Lo tendría que haber probado antes»

Las redes sociales son un espacio en el que mostrar al mundo modas, tendencias, recetas y, por qué no, experimentos de todo tipo. Seguramente de las vivencias de otros uno puede aprender cosas que mejor no hacer y también beneficiarse de descubrimientos que no conocía.

Precisamente a las experiencias rocambolescas se dedica Oliver Wright, un popular creador de contenidos que últimamente se ha habituado a colgar desafíos para explicar curiosidades y aspectos desconocidos de productos que usamos en nuestro día a día.

Dormir en una cama de agujas, tener la mano en una bolsa llena de crema hidratante durante 24 horas, calcular cuántas piezas tiene un rollo de paper higiénico o correr 7 millas con unas chanclas tipo 'Crocs' han sido algunos de sus retos, aunque uno de los últimos ha llamado la atención por ser un aspecto que todo el mundo realiza.

Oliver decidió dejar de lavarse el pelo con champú, en un primer momento durante 30 días, porque quería comprobar si, como se dice, el cabello tiene propiedades naturales que se encargan de realizar la limpieza y apartar las impurezas. «Estoy tratando de ver cuánto tiempo les lleva a realizar su trabajo», se preguntó el joven, que pidió consejo a su público sobre la marca que debería usar al final del experimento.

Por ese motivo subió un vídeo explicándolo y encerrando en una caja fuerte su champú. Al momento, el 'tiktoker' empezó a recibir más críticas que nada por ser una cuestión higiénica. Consideraron su acción «repugnante», «asqueroso» o «desagradable».

Además, algunos le aconsejaron probar productos alternativos y naturales, como el huevo o vinagre de manzana, y también incidieron en que un uso excesivo de productos capilares es perjudicial. «Si usas champú cada día no mereces tener pelo», le comentó un usuario, mientras que otros instaban a realizar el lavado dos veces por semana y ha hacerlo con agua tebia.

Al principio del desafío, Oliver reconoció que empezó a tener caspa, que le picaba el cuero cabelludo y que incluso le cayó más pelo de la cuenta. Pero empezó a buscar productos de cocina que le habían recomendado, como levadura química, aceite de romero e incluso huevos para lavar su pelo. Y fue colgando vídeos con sus peripecias al respecto.

Así, pasó dos semanas usando levadura química «y asombrosamente el pelo estuvo poco grasiento». Al día 30 lo dejó y volvió a lavarlo sin nada y en el día 57 del reto, con «el pelo vomitivamente grasiento», decidió probar un huevo como jabón alternativo.

A pesar de lo raro de chafarse la cáscara en la cabeza y dentro de la ducha, del tacto pegajoso y del olor poco agradable, Oliver se mostró gratamente sorprendido con el resultado. «Tengo el pelo limpio», explicó en un vídeo, en el que comenta que «debería haberlo probado desde un primer momento», consideró.