Un español visita una isla francesa y se sorprende con el estado de los edificios: «Parece que la tienen abandonada»
A veces el contraste entre lo que uno espera encontrar y lo que realmente hay puede ser impactante
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Viajar es una experiencia maravillosa. Para muchos, supone mucho más que una escapada de placer, es una forma de abrir la mente, de entender otras formas de vivir y de reconectar con uno mismo. De hecho, cada vez son más los jóvenes que, mochila al hombro, se lanzan a descubrir el mundo en largos viajes por América, Asia o África. Sin embargo, no todo son paisajes de ensueño, playas paradisíacas o vibrantes ciudades. A veces, el contraste entre lo que uno espera encontrar y lo que realmente hay puede ser impactante. Es lo que le ha ocurrido a Sergio Arce, un creador de contenido español que recorre América mostrando en sus redes sociales las caras más auténticas de cada país que visita.
En una de sus paradas, el joven aventurero visitó Martinica, una isla situada en el mar Caribe que, pese a su ubicación tropical, forma parte de Europa. «Me encuentro ahora mismo en Martinica», empieza diciendo en el vídeo. La isla, aunque pequeña y con un paisaje natural extraordinario, ostenta el estatus de departamento de ultramar de Francia, lo que la convierte en una región ultraperiférica de la Unión Europea. Es decir, es territorio europeo en el Caribe.
Las ciudades europeas suelen ser conocidas por ser lugares vibrantes, llenos de vida y con unas infraestructuras cuidadas, sin embargo, el creador de contenido no ha tardado en mostrar su sorpresa, y su decepción, al ver la situación real de la isla: «Es increíble en el estado en el que están los departamentos de ultramar de Francia», afirma mientras recorre sus calles y graba imágenes que distan mucho de la postal paradisíaca que muchos podrían imaginar.
«A priori podría ser un destino caribeño idílico, precioso, pero mirad cómo están los edificios en la parte más central de la isla», dice, mostrando varios edificios claramente deteriorados. Lejos de encontrar una atmósfera alegre o turística, el creador de contenido español ha dado con una realidad que, según señala, parece haber sido ignorada por el propio Estado francés. Paseando por el centro de Fort-de-France, la capital, muestra negocios cerrados y calles con muy poco movimiento: «Tiendas como Desigual, o Galerías Lafayette, una de las tiendas más reconocidas de Francia… Y todo, como veis, prácticamente cerrado». Lo más llamativo, quizás, es el momento en el que revela el horario en el que ha grabado esas imágenes. «Estamos a jueves, horario laboral, son las doce de la mañana», dice con incredulidad. Y, sin embargo, la actividad comercial es casi inexistente. Una situación que no solo afecta a las tiendas, sino también a los supermercados.
Los supermercados de Martinica
«Es increíble porque es que hasta los supermercados están súper vacíos y no estoy siendo oportunista, o sea me voy al siguiente pasillo y mirad cuál es la realidad», comenta mientras muestra que, en un lugar que debería contar con un suministro constante al ser parte de Francia, la escasez y el abandono son evidentes.
«No sé, parece que Francia tiene abandonada esta isla», concluye el joven, poniendo el foco en una situación que refleja una problemática más amplia que afecta a otros territorios de ultramar. Lugares que, pese a estar integrados en las estructuras políticas y económicas europeas, parecen vivir en una especie de limbo entre dos mundos.
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