CRÍTICA DE MÚSICA
Bonitatibus canta arias y nanas
La mezzosoprano Anna Bonitatibus nos ofrecía un recital completamente dedicado a la música de Antonio Vivaldi, con arias de cantatas, serenatas y óperas, así como sonatas para la música instrumental.

FeMÀS 2025
Tutto Vivaldi
- Programa: Obras de Vivaldi.
- Intérpretes: Anna Bonitatibus (mezzosoprano). Vespres d'Arnadí: Farran Sylvan James y Alba Roca (violines), Natan Paruzel (viola), Oriol Aymat (violonchelo) y Mario Lisarde, (violone).
- Dirección y clave: Dani Espasa.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 04/04/2025.
Muchas ganas de ver en directo a esta mezzo que no pudo venir en 2020, siendo sustituida por la gran Ann Hallenberg. Llegaba por fin en plena forma, y lo notamos porque apenas empezada la cantata 'Cessate, o mai cessate' RV 684 ... nos atrajo su canto muy natural, libre de tensiones, elegante, delicadísimo, de color homogéneo, primero en 'Ah, ch'infelice' para después rematar con un aria de bravura, 'Nell'orrido albergo', de gran intensidad, contrastando con la más dramática sección central, con unos golpes que acentuaron la sensación de oscuridad (un grave abisal ponía término a la sección), para finalmente volver al principio (Da Capo) con todo tipo de adornos, acusados saltos interválicos que realzaban los agudos, algunas agilidades…
Para cerrar la primera mitad nos ofreció 'Sovvente il sole' de 'Andromeda liberata' RV 117, una bella aria que demostraba además la versatilidad de su registro, al dominar un canto lírico, netamente melódico, apoyado por el concurso de un violín 'obligado', que debería haber constituido un momento emotivo. También tuvimos tiempo de admirar cómo pudo cantar la mezzo coloraturas en pianísimo sin aparente esfuerzo. Pero como el aria duró casi 10 minutos, pudimos ver que el clave, colocado de espaldas al público (y por lo tanto sin la tapa), intensificaba su deseo de invisibilidad recurriendo al registro de laúd, del que abusaría, consiguiendo sólo evitar cualquier sonido brillante que contrastara un poco con la voz y la cuerda. Todo ello nos fue conduciendo al desinterés, al tedio, y no porque la parte no terminara en un chimpún, sino porque la cantante resultaba como ajena, al margen.
Con frecuencia constatamos que el tiempo de descanso suele ser muy efectivo en los músicos, y que parecía que animaría la inanidad con que se despidió la primera parte. En 'Vorresti amor da me' de Orlando furioso RV 728 la mezzo exhibía una voz con cuerpo, que no necesitó apenas texto, sino que fue usada como simple apoyo para el canto y alguna breve coloratura. (Por cierto, comienza como el primer compás del 'Allegro' de la famosa 'Primavera' vivaldiana).

Le seguía 'Sento in seno» de Il Giustino RV 717, introducido por un gracioso pizzicato, que nos llevaba a la parte cada vez menos convincente del recital. Ya en el inicio habíamos visto cómo convivían las secciones más atractivas ya señaladas con otras que, en un exceso de sentimentalismo artificioso, volvía el canto cada vez más susurrante, sin quitarle mérito a cantar a media voz trinos, algunas coloraturas, incluso algunos limitados agudos; pero es que se trataba de transmitir emociones antes que demostrar técnicas de canto en sí mismas. Para colmo, la obra dedica al continuo medio-grave una labor inútilmente repetitiva.
'Così potessi anch'io' repetía el planteamiento al elegir otra aria tranquila, ausente de plenitud, permaneciendo en un canto epidérmico que rezumaba desgana, esperando cuanto antes el final. Y no porque estuviese mal de voz, como no tardó en demostrar en 'Sorge l'irato nembo' de Farnace RV 711a, una nueva aria de bravura que bordó. Pero llegaba tarde: la sensación de plantear un recital como un cómodo paseo e intentar llevarse al público de calle al final con arias que lo sorprendan, completadas con propinillas, nos parece que no es de recibo.
Vespres d'Arnadí es un grupo que está bien, pero que tampoco nos parece que ayudara a estimular a la cantante. Hicieron solos la 'Sonata para dos violines y continuo en re menor' Op.1 nº12 RV 63 «La Follia» a la que le pusieron ganas, al igual que luego harían aún más visceralmente en la segunda mitad la 'Sinfonia de L'Olimpiade' RV 725. En 'La follia' comenzaron muy bien, pero a medida que pasaban las variaciones parecieron perder interés y la cosa se fue desmochando; en la 'Sinfonia' arrancaron con una fuerza brutal en el 'Allegro' inicial, pero es el conjunto de lo que se trata.
Hay que agradecer de nuevo a la AAOBS que haya posibilitado seguir el recital con sobretítulos.
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