'Moonhaven': no es oro todo lo que reluce en la Luna

Óscar Rus

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11/08/2022 a las 04:06h.

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El creador de la serie 'Moonhaven' ('Refugio lunar'), Peter Ocko, no se quedó a gusto con su anterior obra, 'Lodge 49' , igual de hipnótica. Habrá quienes se duerman. Aquella, que milagrosamente duró dos temporadas en la cadena estadounidense AMC, iba sobre un pobre diablo que veía la luz, o eso creía él, al toparse con una panda de masones, a cada cual más pintoresco, o sea, más corriente. Un fontanero. Una periodista. Los diálogos eran triviales, tronchantes, pero también reveladores, filosóficos. Dicha logia tenía estancias secretas, pasadizos, y la propia serie escondía multitud de referencias a las leyendas artúricas. Era una vuelta a 'El rey pescador'.

Del Santo Grial también se habla en 'Moonhaven' , desde este jueves 11 en la plataforma AMC+ , que imagina el asentamiento de los terrícolas en la Luna dentro de dos siglos. El satélite, aquí, es un paraíso, una utopía cumplida cuya finalidad es arreglar el desaguisado de la Tierra, devastada, seca. Si en 'Lodge 49' (recuperen la primera temporada en Prime Video ), el protagonista es, sin olérselo, un Quijote y encuentra a su Sancho; en 'Moonhaven' , la protagonista (Emma McDonald) es una piloto de la Tierra, excombatiente, que a última hora tiene que llevar a una política a la Luna y aprovechará, de paso, para hacer de las suyas: contrabando. Allí conocerá a su propio Sancho, un detective amable pero inseguro al que interpreta Dominic Monaghan ('Perdidos'). Les une un asesinato, esclarecido rápida y aparentemente gracias a una tecnología similar a la de 'Minority Report', que podría alterar la paz lunar y echar por tierra la unificación.

Hay un misterio, una conspiración, pero el mayor esfuerzo de los guionistas es construir un futuro, un universo, en el que estos seres lunares no se crían con sus familias biológicas (así evitan las castas y las guerras) y son guiados por una inteligencia artificial. «El futuro es mejor», repiten una y otra vez. No todos están de acuerdo.