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ABC Cultural

Maggie Civantos: «Tengo cierto miedo por cómo recibirán “Malaka” en Málaga»

La actriz protagoniza la serie que inaugura mañana la nueva temporada de TVE

Maggie Civantos en Malaka TVE
Helena Cortés

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«Malaka», la nueva serie que llega mañana con un doble episodio a La 1 para estrenar su temporada de ficción, toma prestado su nombre del asentamiento fenicio sobre el que se levantó la actual Málaga . El título, explicaron sus creadores (Daniel Corpas y Samuel Pinazo, tutelados por Javier Olivares), hace referencia a esa voluntad naturalista de la producción, que asume el riesgo de adentrarse en las zonas más crudas de la capital de la Costa del Sol para contar la llegada de un nuevo tipo de droga y la investigación del asesinato de la hija de un poderoso empresario local. Por estos barrios marginales, ajenos a la efervescente ciudad por la que pasan miles de turistas cada año, realizarán sus pesquisas los protagonistas: el agente Darío Arjona ( Salva Reina ), policía de moral flexible, el detective Joaquín Romero ( Vicente Romero ) y la inspectora de élite Blanca Gámez ( Maggie Civantos ), que vuelve a su tierra natal tras hacer carrera en Madrid. Como su personaje, también Maggie Civantos (Málaga, 1984) regresa a casa después de triunfar en medio mundo con series como «Vis a vis» y «Las chicas del cable», que acabó de rodar justo una semana antes de entrar en el universo de «Malaka». «Hacía doce años que no estaba más de tres días en Málaga, y eso ha ido a favor del personaje. Afortunadamente, su vida es mucho más oscura y no tengo nada que ver con ella», cuenta la actriz en el debut de «Malaka» en el FesTVal de Vitoria . «Al principio me daba miedo que mi acento sonase forzado, pero en una semana con mi familia se me volvió a pegar. Luego está el miedo a que no se entienda, pero nos dieron mucha libertad. Parece que siempre hay que entenderlo todo, cuando en una serie hiperrealista como esta no pasa nada si algo no se comprende».

—Es interesante porque no se convierte en alguien más fuerte, sino todo lo contrario. Al principio veía que el personaje estaba muy estereotipado, y cuando me tocó analizarlo para empezar a trabajar entendí el motivo: ella se puso muchas capas para esconder su vulnerabilidad. Le han hecho mucho daño y quiere ser autosuficiente. Lo que veremos en estos ocho capítulos es el camino que realizará Blanca para aceptar su feminidad y no verla como una debilidad. Es un personaje que puede ser antipático al principio, pero luego vas entendiendo por qué. El riesgo para mí era que la gente la quiera, pero para eso hay que comprenderla, y eso no pasará hasta el capítulo tres.

—Bendito sambenito, porque todos los personajes que evolucionan y no se quedan anclados en algo son muy divertidos. Yo me siento muy halagada con que me den ese tipo de papeles, porque quiere decir que confían en mí. En «Malaka» me parecía bonito que fuera al revés. Es uno de los riesgos que asume, luego juegan mucho con los ritmos, que son muy pausados. Esta serie, dirigida por Marc Vigil, está más cercana al cine por sus silencios, la psicología de los personajes...

—Es una apuesta, y te puede salir muy bien o no. Yo tengo el presentimiento de que saldrá bien, porque el público hoy demanda otro tipo de ficción. Está preparado para ver una serie con personajes tan oscuros como estos, que no intentan agradar y que necesitas cierto tiempo para conocerlos. Quiero pensar que el público español ya está preparado para estas series. De todas formas, hoy en día la ficción tiene un largo recorrido en las plataformas.

—Creo que hace años que la televisión española está haciendo productos de riesgo, también en lo narrativo. Vivimos un momento dorado. Es un buen momento para la ficción y, independientemente del recorrido que pueda tener esta serie en las ocho semanas que se verá en TVE, yo confío en que luego tenga un recorrido más largo en otras plataformas. Aunque «Malaka» se sitúe en Málaga, podría pasar en cualquier sitio. Cualquier localidad maravillosa, turística y llena de museos tiene un submundo. Nosotros nos metemos en los bajos fondos de una ciudad que ahora está en auge, que está viviendo un momento fantástico, pero que también tiene un submundo que el turista no ve y existe, aunque solo lo sepamos los que somos de Málaga.

—Tengo cierto miedo, porque los malagueños se sienten muy orgullosos de su ciudad y nadie quiere ver esa parte negativa. De todas formas, quiero que quede claro que Málaga no es solo lo que se muestra, es mucho más que eso. Cualquiera que vaya ve una capital preciosa, pero como cualquier lugar del mundo tiene barrios más complicados. Al final esto es una serie y a la ficción lo que le interesa es el conflicto.

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