Crítica de 'El hombre del norte': Bestial y espectacularmente aparatoso 'Juego de vikingos'
El momento cumbre de Skarsgård y Bang en la zona de desenlace está filmado para que no se olvide fácilmente.
La venganza vikinga que inspiró Hamlet

A Robert Eggers , un director que ha conseguido cierta autoridad cinéfila con sus dos primera películas, 'La bruja' y 'El faro', más enriquecidas de estilo que de presupuesto, le ha llegado el turno de enfrentarse a una película 'gorda', bien nutrida de aparato, producción y estrellas, y lo primero que hay que decir de 'El hombre del norte' y de Robert Eggers es que ambos han conseguido no anularse, que se aprecie lo grande, lo vistoso, y también lo pequeño, el estilo.
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El relato nos sitúa en una epopeya vikinga, en época medieval y plagada de gesta, épica y leyenda, al parecer, en la que se inspiró Shakespeare para su obra 'Hamlet'. Amleth se llama el personaje central, un hombre, hijo de rey, con un destino y una misión que cumplir, vengar la muerte de su padre que él presenció de niño, rescatar a su madre y recobrar su reino de las manos de su tío usurpador. La historia está tratada desde una óptica muy distinta a la shakespeariana, y se vuelca en la venganza, no en la duda (aunque aparecerá al final de un modo casi imperceptible), y en la necesidad de no rehuir el destino.
Y si la óptica no es shakespeariana, su intención visual y narrativa lo es aún menos, pues se acerca más a la ética y estética de las sagas nórdicas, tan de moda, o al mundo mágico, belicoso y fantástico de Tolkien o a la serie 'Juego de tronos', aunque con ese punto sórdido, negruzco y amoral que tan bien teclea Eggers : la calidad cambiante y realmente trágica del personaje de la madre (excelente en su control de las paradojas Nicole Kidman) es probablemente lo más complejo y profundo de la película.
Narrativamente, Eggers apenas se complica, con un preámbulo de colocación que sustancia la trama y un desarrollo posterior que la mueve a buen ritmo y con gran contundencia visual, con escenas de extrema violencia y con la configuración de un inventario al completo de la brutalidad, suciedad y energía de la 'cultura' vikinga, incluso se permite una excelente secuencia de 'juego nórdico' que está en los límites de lo digerible. No hay por qué compararla, pero 'Los vikingos', de Richard Fleischer, conseguía una descripción magnífica y genial de esa brutal violencia y de sus tradiciones y mitologías sin echarte barro a los ojos y sin ese regodeo onírico y esas alucinaciones mitológicas que un poco ya cargan.
Ficha completa
El personaje de Amleth lo interpreta con su irreprochable físico Alexander Skarsgård , y sin necesidad de cargarlo apenas de complejidad, pues si tiene algún sentimiento aparte de la urgencia por vengarse apenas si se le detecta en algún momento junto a su madre o junto a 'la chica', encarnada por Anya Taylor-Joy con gran manejo de la sugerencia y el enigma.
Sin duda son ellas, Nicole Kidman y Anya Taylor-Joy quienes le dan una mayor dimensión trágica y un potencial más shakespeariano a la historia. Ethan Hawke, Claes Bang o Willem Dafoe tienen relativo encargo del director y lo cumplen sin mayor trascendencia, aunque el momento cumbre de Skarsgård y Bang en la zona de desenlace está filmado para que no se olvide fácilmente.
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