Día Mundial de la Radio: «Hoy las televisiones se han quedado para el espectáculo»
Carles Mesa y Cristina López Schlichting locutan las mañanas del fin de semana en Radio Nacional y COPE
«La radio es solo voz. No sé si es una visión muy romántica del medio. Cuando hay imagen, eso ya no es radio; tampoco televisión»

Ni Carles Mesa (Palafolls, Barcelona, 1976) ni Cristina López Schlichting (Madrid, 1965) pensaban dedicarse a la radio, pero llevan veinte años haciéndola. Él presenta 'No es un día cualquiera' en RNE ; ella, 'Fin de semana' en ... COPE. Puede que el lector también sea escuchante –como acostumbra a reivindicar Pepa Fernández – y desayune con sus voces cada sábado y domingo. Se habrá enterado entonces de que hoy es el Día Mundial de la Radio , proclamado hace diez años por la UNESCO.
A Julia Otero le debe Carles Mesa el «enganche» que llegó a tener con este medio: «Muchas de las cosas que hago en radio las he bebido de ella. Me dedico a esto por haberla escuchado, porque yo era de ver mucha televisión». López Schlichting, que empezó Filología hispánica antes que Periodismo, siempre soñó con hacer prensa: «Cuando comencé en ABC, el futuro era la televisión y la radio estaba en declive y era una cosa anticuada. Hoy las televisiones se han quedado para el espectáculo, no tienen casi capacidad informativa y son superadas por las series. La prensa sigue siendo una referencia, pero para una realidad relativamente culta. La gran información se produce a chorro a través de la radio».
Para ella, la salud de este medio centenario es fabulosa. COPE tiene 3,2 millones de oyentes diarios , según la tercera ola del EGM (estudio general de medios) en 2020. Él es más comedido: «Es buena a pesar de que, como el teatro, siempre se dice que está en crisis continua, pero no morirá nunca».
Ambos locutores creen que la pandemia ha estrechado el lazo entre emisor y receptor. «La radio se ha hecho muy eficaz porque es rápida, concreta y muy cercana», explica la presentadora de COPE. El de RNE añade otro motivo: «El oyente se puede expresar». Sin embargo, le apena que, al primar la imagen, la radio cada vez sea menos radio, pues la tendencia de muchos espacios es también grabarlos con cámaras: «La radio es sólo voz. No sé si es una visión muy romántica del medio. Cuando hay imagen, eso ya no es radio; tampoco televisión. Las emisoras privadas están apostando por eso y muchos programas tienen seguidores en Youtube, pero eso es otra cosa, aunque se grabe desde un estudio de radio y con micrófonos». ¿Quizás la imagen sea más «viralizable» que el audio? «Nos han inculcado que el éxito es lo más retuiteado, lo que más clics tiene, y yo soy muy contrario a eso. Eso no es el éxito para nada», critica.
Su competidora en las ondas cree que esa posición está muerta: «La sociedad te pasa por un lado y por otro si no te adaptas. Cualquiera de nosotros sabe que la red está ahí. Lo primero que haces cuando oyes, por ejemplo, la noticia de que una niña ha encontrado una oveja de dos cabezas es ir a por la foto. La gente quiere ver a sus comunicadores en activo». La web de COPE incorpora los contenidos radiofónicos, pero también tiene vídeo, imagen y texto, pues «la gente recibe todos los contenidos por todos sus sentidos».
También ha cambiado el dónde, cuándo y cómo se escucha la radio. «La gente utiliza el teléfono móvil. Ahora mismo, las aplicaciones permiten escuchar la radio con una calidad perfecta y, sin duda, ese es el futuro», sostiene López Schlichting. Es a partir de los 35 años cuando la gente, con una hipoteca y un trabajo al que acudir en coche, se incorpora a la radio «a cañón».
En 'No es un día cualquiera' (RNE) son conscientes de que les escuchan en otros horarios y desde otros países: uno ya no tiene que estar conectado a la hora exacta de emisión. « Dicen que el pódcast es el futuro , pero donde esté un programa en directo… no tiene nada que ver con algo grabado. Yo soy muy de directo», defiende Carles Mesa. Esa cómplice última hora del sábado con Elisenda Roca , Olga Viza y Màxim Huerta no saldría «como sale» si se grabara. Prosigue y acaba: «Creo en el valor de la llamada en directo, que no haya filtros y que se puedan expresar los oyentes, contar sus experiencias y que nos pongan los pies en el suelo, porque a veces vivimos en una burbuja en los medios».
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