Sánchez tiene un plan, ¿y el PP?

La campaña más descarnada es contra Ayuso, y es lógico. Hubo mucha diferencia en escaños, y tiene flancos débiles. Parece previsible que en el futuro haya condenas por el uso impúdico de la Fiscalía contra el novio de la presidenta, pero a su cacería no le aplican ni la Convención de Ginebra. Lo de TVE ha superado toda dignidad profesional con el relato de la pandemia, como si hubiera sido un fenómeno local de Madrid, desentendidos de los 120.000 fallecidos bajo el sanchismo con su comité inexistente de expertos. Después ya se limitan a rectificar por obligación deontológica, como Fortes o Reyes Maroto tras imputarle 7.291 asesinatos. Ayuso no es de las que se tapan en el cuerpo a cuerpo, y Sánchez le ha enviado a un político sin escrúpulos como Óscar López para convertir Madrid en un descalzaperros 'full time'. A degüello.

Lo de Mazón, otro tanto. Claro que es más fácil al ser un político achicharrado por su gestión de la dana, pero desde aquella noche –el comité de crisis en Moncloa se desentendió de la tragedia– el PSOE ha dejado a Mazón cocerse en el barro. A la mañana siguiente, asaltaban RTVE ignorando a las víctimas. La campaña orquestada por Moncloa ha sido implacable, por más zombi que él fuese. Han antepuesto la rentabilidad electoral a cualquier contribución para recuperar el territorio, y baten día a día para lapidarlo con 'la sincronizada'. Leña al mono. Por añadidura a Andalucía, donde Juanma Moreno sobrevuela el lodazal, han enviado a Marisú Montero a desplegar una campaña de juego sucio para envenenar el clima político. Y no le faltan recursos, incluyendo la chequera de Hacienda. Más de la mitad de los votantes, de largo, están en estas comunidades. No es casualidad el plan de ir a degüello a por Ayuso, Mazón y Juanma. La pregunta es: ¿y tiene un plan el PP? Pasan los días, semanas, incluso meses, y no parecen haber capacidad de respuesta. No hay reacción para tomar la iniciativa. Y no se puede pelear con gaviotillas contra los halcones.