parrillada mixta
Franco está en TikTok
Los adolescentes sufren el bombardeo de las redes sin haber recibido la vacuna del antifranquismo en el instituto
Cierra la verja y suelta a los búfalos
La chica del 17 y los del artículo 47
Cuando el Cuerpo Superior de Sepultureros Civiles del Estado exhumó del Valle de los Caídos los restos de Franco no los trasladó, contra la creencia popular y la leyenda urbana, al cementerio de Mingorrubio, sino que les abrió una cuenta en TikTok, desde donde ... el Caudillo imparte ahora doctrina a las nuevas generaciones de españoles, expuestos e indefensos ante el fantasma virtual, valga la redundancia, del autócrata. Así lo reconoce el brazo audiovisual del Gobierno, que a través de uno de sus presentadores más comprometidos con la causa y con motivo de la puesta de largo de 'La conquista de la democracia' alertó el pasado lunes contra los riesgos involucionistas que representa TikTok para los jóvenes con granos en la cara –especificó una invitada, periodista de 'El País' para más señas, qué boda sin la tía Pepa–, adolescentes que, añadió, sufren el bombardeo de las redes sin haber recibido la vacuna del antifranquismo en el instituto. Hasta en tres ocasiones mentaron la bicha –TikTok– en una gala que trató de instaurar la verdad verdadera, la de RTVE, frente al submundo de la mentira que se extiende por las redes. Como en los tiempos de Franco, pero con Fortes en el papel de Laurita Valenzuela.
Por lo visto y oído, y dada la insistencia del presentador y su cuadrilla de documentalistas, el Ejecutivo debe de estar muy preocupado por los jóvenes españoles, y no precisamente por la cosa del acceso a la vivienda o la precariedad salarial, sino por la desviación ideológica que puedan sufrir como consecuencia de su contacto con los espectros fascistas de TikTok. En la primera fila del patio de butacas del Monumental se sentaban las ministras, un sindicalista y altos representantes del régimen, con el resto de localidades ocupadas por gente mayor. Juvenil no era la cosa; va a tener razón RTVE.
A Nicolás Sartorius tuvieron el detalle de confundirlo en el escenario con Redondo Terreros, y Ana Belén cantó 'España camisa blanca de mi esperanza', canción icónica de la Transición (sic) que realmente fue editada en 1984, cuando el felipismo tenía ya esto como una balsa de aceite de progreso refinado. Como máxima expresión del definitivo cierre de una etapa marcada por la censura, la sumisión al poder y las voces de su amo, la retransmisión fue cortada de sopetón en el Canal 24 Horas para dar paso en directo a Pedro Sánchez, ídolo juvenil que tenía algo que decirnos. Ni siquiera con Franco, y con Suárez al mando de RTVE, pasaban estas cosas, presentadas e impresentables.
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