vivimos como suizos
El conejo es viejo
Para Montero la Chica, el feminismo es de la izquierda y el feminismo liberal (de las liberales) no existe
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Mujeres como Gloria Steinem, Billie Jean King o Lidia Falcón en España han visto cómo el feminismo evolucionaba. De 89, 79 y 87 años han sido testigos (mira, no, testigas, no) de los cambios, de las conquistas, de lo que no se podía consentir. Lidia Falcón también se ha pronunciado contra la autodeterminación de género ... y es citada de manera habitual por jovenzuelas (y lo que es peor, por jovenzuelos) como representante del feminismo transexcluyente en España. A ella van a darle lecciones de feminismo. El feminismo no es un conejo que Irene Montero tuviera en la chistera. Cuando ella nació, el conejo ya estaba allí. Aunque como Susan Sarandon recordaba, en los años 80 no estaba bien visto. Prefería llamarse humanista. «Resulta menos alienante para gente que considera el feminismo como un reducto lleno de zorras estridentes», decía la actriz. Tiene narices que las sesiones contra Clarence Thomas para el Tribunal Supremo, acabaran con una Anita Hill humillada por un hatajo de hombres blancos, Edward Kennedy incluido (bueno, tampoco es ejemplo de nada, aunque para Jean Smart en 'Hacks' era inocente: «No había barandilla»). Al revés que ha pasado con Rubiales, a Clarence Thomas le sacan ahora los colores por lo mucho que se deja hacer la pelota económicamente. Ahí anda de intocable togado vitalicio.
En 'Vida imaginaria' de Natalia Ginzburg, que Lumen ha editado, hay textos publicados 'La Stampa' y el 'Corriere della Sera'. Un par son sobre mujeres. En 'La condición femenina' escribe: «No amo el feminismo. Sin embargo, comparto todo lo que piden los movimientos femeninos». Comparte «todas o casi todas» sus reivindicaciones prácticas. «En el feminismo, la condición femenina se concibe como una clase social… El feminismo actual ve a las mujeres como un ejército en marcha hacia la propia liberación«. Es verdad que estas palabras son de abril de 1973 y no sabemos lo que hoy pensaría Ginzburg, quizá lo mismo, pero Irene Montero diciendo de Ayuso que si por ella fuera »las mujeres no podríamos votar o abrir una cuenta corriente porque era 'lo normal' y 'lo normal' no se cambia, que existiría el derecho de pernada y los crímenes de honor«, también cree que la condición femenina (feminista) es una clase social. La suya, no la de Ayuso. Siendo la misma, por otro lado. Que no estamos hablando de, no sé, Dolores Ibárruri y Margarita Nelken (esta de cuna 'meneá').
Se trata de que la izquierda es feminista y el feminismo liberal (de las liberales) no existe. Pero Ginzburg es de otra época y no ha podido ser de esta. Incluso cuando habla de envejecer y del cuello de las mujeres es más razonable (y graciosa) Nora Ephron. Según Ginzburg, a las mujeres no les gusta llevar jerséis de cuello alto porque piensan en el cuello oculto por el jersey. ¿Qué dice? Estamos deseando que llegue el frío para poder ponérnoslos.
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