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Enfoque

La violencia del pacifismo

El separatismo corta la AP-7

Jesús Lillo

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No se puede ser más pacífico. Sin piedras, sin bolas de acero, sin gasolina. Este es el separatismo que manifiesta sus ideas con la libertad y el ancho de vía que proporcionan una autopista transfronteriza o una avenida Diagonal, aceptado como ejercicio democrático de una ... sociedad dinámica y plural. El «ambiente festivo» es la etiqueta que permite superar la prueba del detector de metales y que ampara el aquelarre de la intimidación. De aquellas cacerolas, estas ollas. Ayer montaron un escenario en la AP-7, como un Primavera Sound de entretiempo y cuyo cartel, paradigma del indie, encabeza Lluís Llach. Tienen cocina, víveres, lavabos, radiales, mediadores internacionales, relatores, focos, amplificadores y una estructura organizativa que responde milimétricamente a los cálculos de los partidos que los representan y agitan. A ver quién tose a ese pacifismo que el propio Gobierno legitimó como aliviadero de una revuelta en la que llovían piedras y cuyas maniobras de ocupación del espacio público fueron saludadas sin tener en cuenta su naturaleza totalitaria ni su vocación coactiva. Cataluña era y es una fiesta.

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