Kamala trata de tranquilizar a los votantes sobre su agenda económica: «Soy una capitalista»

Es un intento de Harris de tranquilizar a esos votantes clave respecto a posiciones que defendió en el pasado -por ejemplo, su propuesta de una cobertura sanitaria pública universal durante las primarias demócratas de 2020- y para neutralizar la idea de «radical» que Donald Trump ha tratado de imponer sobre ella. Durante la campaña, el candidato republicano y expresidente la ha calificado de «socialista», «comunista» o «marxista».

«Os prometo que seré pragmática»; dijo Harris a una audiencia de empresarios y emprendedores, en un discurso en el que parafraseó al multimillonario inversor Warren Buffett y utilizó mensajes que recordaban a Mitt Romney, el que fue candidato republicano a la presidencia de EE.UU en 2012. «Me implicaré en lo que Franklin Roosevedl llamaba experimentación decidida y persistente. Porque creo que no debemos quedar atrapados por la ideología, sino buscar soluciones prácticas a los problemas, analizar de forma realista lo que funciona y lo que no, aplicar métriccas a nuestros análisis y estar siempre centrados, no solo en las crisis, sino en las grandes metas, en lo que es lo mejor para EE.UU. a largo plazo».

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Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York

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Harris pasó por encima de propuestas poco capitalistas que ha realizado durante esta campaña, como la de una prohibición nacional para inflar precios de manera artificial. En su lugar, priorizó propuestas en las que dará protagonismo a la iniciativa privada, como la incentivación de la construcción de vivienda o la expansión de desgravaciones fiscales para las 'start up'.

Harris prolongó su mensaje económico unas horas después en una entrevista en la cadena MSNBC. Era la primera entrevista en solitario y en profundidad que concedía la candidata desde que se convirtió en nominada del Partido Demócrata a la presidencia de EE.UU. tras la renuncia a la reelección del actual presidente, Joe Biden.

La vicepresidenta prometió «una nueva vía hacia adelante» para la clase media y acusó a Trump de querer favorecer a los multimillonarios como él, no a los trabajadores. Propuso una agenda fiscal en la que reducirá los impuestos a cien millones de estadounidenses y que dará beneficios fiscales a las compañías que contraten trabajadores con protecciones sindicales. Preguntada sobre cómo financiará los costes de programas sociales que ha propuesto -como atención infantil-, aseguró que las subidas de impuestos serán solo para las rentas de más de 400.000 dólares al año.

«No me molesta que la gente sea rica, pero deben pagar la cuota justa», defendió en la entrevista, en la que también calificó en varias ocasiones a Trump como «no serio». Entre otras cosas, por sus promesas de aranceles agresivos a las importaciones.

La mayoría de los estadounidenses ven con mejores ojos a Trump en economía y Harris cuenta con el hándicap de tres años y medio en el Gobierno con, sobre todo, precios disparados para los votantes. Una encuesta publicada este mismo miércoles por la agencia AP muestra que la candidata demócrata ha recortado la distancia frente a Trump en la valoración económica de los votantes.

«Ha tenido tres años y medio para demostrar lo que valía y ha fracasado», reaccionó la campaña de Trump en un comunicado ante las promesas económicas de Harris. «La gente lo está pasando mal para poder pagar su vivienda, la compra y la gasolina».