La dictadura cubana pierde el control del 95% de las remesas de la diáspora

No solo se trata de un golpe financiero «sino un indicador de la profunda crisis estructural que enfrenta el régimen cubano». Así lo evidenció el economista cubano Emilio Morales en un estudio publicado por el 'think thank' con sede en Miami denominado Cuba Siglo 21, del que es su vicepresidente.

Según las estimaciones basadas en los ingresos acumulados hasta mayo de 2024, GAESA solo recaudará alrededor de 81,6 millones de dólares (78,6 millones de euros aproximadamente) al cierre de este año, lo que representa apenas el 4.13% del volumen total del mercado de remesas recaudado en 2023, que fue de 1.972 millones de dólares (1.902 millones de euros aproximadamente).

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Para Morales, estas cifras evidencian «que la mayor parte del negocio ha pasado a manos de redes informales que operan con mayor rapidez, eficiencia y confianza para los usuarios».

Entre las causas, el economista expone la pandemia de Covid-19, que exacerbó la crisis; la creación de tiendas en MLC (moneda virtual) que inicialmente se plantearon como un proyecto experimental y que terminó convirtiéndose en un sistema que dolarizó el comercio minorista manejado por GAESA; la llamada 'Tarea de Ordenamiento', un paquetazo económico impulsado por el mandatario Miguel Díaz-Canel y que prometía resolver la crisis. Ambas medidas generaron descontento ciudadano y «profundizaron la desconfianza en las instituciones estatales, en especial en los bancos nacionales». Además, las sanciones impuestas por la Administración Trump contra empresas militares fue un factor fundamental, así como el éxodo masivo que ha superado el millón de cubanos en los últimos 3 años.

Durante décadas, el conglomerado militar monopolizó la entrada de divisas a través de entidades como FINCIMEX, S.A., American International Services S.A (AIS) y ORBIT, S.A.. Esta última fue creada por el régimen en el año 2020 y simuló ser una empresa privada para burlar las sanciones estadounidenses.

Sin embargo, en los últimos cuatro años, los cubanos han hallado otros mecanismos informales para hacer llegar las remesas a la isla sin necesidad de pasar por los bancos estatales, lo cual ha hecho quebrar el monopolio de las remesas de GAESA. El economista califica este suceso como una «rebelión financiera ciudadana».

Los dirigentes de GAESA han corroborado esta realidad y, para tratar de contrarrestarla, han creado una nueva tasa de cambio para el dólar y el euro más «flexible» y que entrará en vigor a partir de 2025, según anunció el primer ministro Manuel Marrero Cruz.

Pero «ya es demasiado tarde», aseguró Morales a ABC, pues «la gente del pueblo ya no confía en los bancos cubanos» y, una vez que establezcan la «nueva tasa de cambio flotante me imagino que estará a la par» del mercado informal. Para este especialista, en cuanto entre en vigor la medida, iniciará «una nueva guerra» de subida del valor del dólar y del euro porque, al final, las personas seguirán prefiriendo realizar el cambio por vías informales que depositar sus dólares en los bancos.

Esto es un durísimo golpe para ellos y en el momento «más vulnerable que ha tenido el régimen cubano en 65 años» porque han perdido la segunda fuente de ingresos, la única que queda es la exportación de servicios médicos, la cual ha sido calificada por Naciones Unidas como «trabajo forzoso».

«El fracaso de GAESA para retener el control de las remesas evidencia la fragilidad del sistema financiero cubano y el declive de su gobernanza militarizada. La rebelión financiera informal no solo privó al régimen de una fuente clave de divisas, sino que también marcó un cambio irreversible en las dinámicas económicas de la isla», indicó Morales.

Las remesas constituyen la segunda fuentes de ingresos de divisas al país, por detrás de la exportación de servicios médicos; la tercera es el turismo, el cuál ha tenido en 2024 una caída de visitantes de casi el 50%. Con el declive de dos de las tres principales vías de entrada de divisas, el régimen cubano agoniza.

«Lo más importante de aquí es el hecho de que la gente haya tomado conciencia y el control del envío de remesas en sus propias manos, es como arrebatarle el poder económico a la dictadura. Lo único que falta es arrebatarle el poder político y eso vendrá en el camino», declaró Morales a ABC.

Entre el año 2016 y 2022, GAESA ha pasado de controlar el 23% al 70% de los principales y más estratégicos sectores de la economía cubana, y del 8% al 95% de las finanzas del país. Este crecimiento acelerado solo ha sido posible porque el gigantesco holding es manejado por la familia Castro y un grupo de oligarcas cercanos a esta; pese a este excesivo poder, ni siquiera entran en los márgenes de la Contraloría General de la República, por lo que no pueden ser auditables.

El monopolio fue fundado por el general de Cuerpo de Ejército Julio Casas Regueiro pero fue el exyerno de Raúl Castro, el general de división Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, conocido como «el zar de GAESA», quien se encargó de incrementar su poderío hasta su muerte, acaecida en 2022. Estructuralmente, GAESA pertenece el Ministerio de las Fuerzas Armadas (FAR), pero investigaciones recientes han revelado que no figura como empresa estatal sino privada, y que tiene sus registros mercantiles en Panamá, Luxemburgo y otras naciones.

Para Emilio Morales, GAESA «ha dejado al gobierno burocrático, que también es controlado por esta mafia, sin recursos que le permitan garantizar las más elementales necesidades básicas de la población como la alimentación, los servicios de salud, el transporte, la electricidad y el acceso a agua potable. Por lo que el sistema de gobernanza que hoy impera en la nación controlado por esa élite de oligarcas en el poder a manos de GAESA ha llevado a convertir al país en un estado fallido apuntalado por bayonetas».