El Centro Carter desglosa las irregularidades en las elecciones de Venezuela y respalda las actas de la oposición: «No tenemos razones para dudar»
Patricio Ballados, subjefe de la misión en Venezuela de la ONG estadounidense, uno de los pocos observadores internacionales de los comicios, detalla a ABC por qué no fue un proceso democrático
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El Centro Carter, fundado en 1982 por el expresidente Jimmy Carter y con sede en Atlanta, fue el único organismo internacional junto con la ONU que pudo actuar como observador en las elecciones de Venezuela del pasado 28 de julio. Hasta allí se ... desplazaron 17 personas que durante un mes se desplegaron en cuatro ciudades –Caracas, Maracaibo, Valencia y Barinas– para monitorear el proceso electoral.
La jornada se desarrolló de forma pacífica y con asistencia masiva a los centros de votación, según Patricio Ballados, subjefe de la misión en Venezuela del Centro Carter. Horas después de cerrar las urnas, el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo controlado por el chavismo, otorgaba el triunfo, con el 80% del recuento de las papeletas, a Nicolás Maduro tras obtener un 52,2% de los votos, frente al 44,2% que le concedía al candidato unitario de la oposición, Edmundo González. Cifras que contrastaban con las que manejaba el equipo de González y María Corina Machado, que daban a su candidato la victoria con casi el 70% de los votos.
Tras abandonar el país de forma precipitada –«se anunció el cierre de operaciones de distintas aerolíneas, entre ellas la que nosotros utilizamos»–, el Centro Carter publicaba un comunicado que cuestionaba el proceso electoral del 28 de julio. «Después de más de 30 días de observación sobre el terreno, la conclusión a la que llegamos fue que las elecciones en Venezuela no cumplieron con los estándares internacionales», afirma Ballados.
—¿En qué consistieron esos incumplimientos del proceso electoral?
—Señalamos varios. Primero, para que haya una elección democrática, un principio fundamental es que cualquier persona que desee ejercer sus derechos político-electorales, lo pueda hacer. El primer paso para eso es el registro electoral, y nosotros nos encontramos que para esta elección presidencial se hizo una campaña muy corta y con muchos menos centros de inscripción que en otras elecciones regionales o presidenciales. Por ello, hubo menos tiempo y menos sitios a los que pudiera acudir la gente a votar, y eso derivó en que miles de personas, incluyendo muchos adolescentes que habían cumplido la mayoría de edad y podrían haber votado, no pudieron ingresar al registro y ejercer su voto. Lo mismo sucedió en el extranjero. Por restricciones de la autoridad electoral, el registro fue menor si lo comparamos con los millones de venezolanos que han salido del país en los últimos años (entre 5 y 7 millones). Para estos comicios solo se hicieron 509 nuevas inscripciones, lo que hace un total de 69.000 inscritos en el exterior con derecho a votar en Venezuela. Y eso para el Centro Carter es una vulneración del derecho a participar.
«Para estos comicios solo se hicieron 509 nuevas inscripciones, lo que hace un total de 69.000 inscritos en el exterior con derecho a votar en Venezuela»
Patricio Ballados
Subjefe de la misión en Venezuela del Centro Carter
—También han cuestionado la participación de partidos políticos y candidatos...
—Lo que encontramos es que quien ganó las primarias de la oposición [María Corina Machado] no pudo registrarse, porque fue inhabilitada; después, la oposición intentó registrar a otra persona que no estaba inhabilitada, Corina Yoris, y también fue imposible hacerlo, y el CNE no ofreció ninguna razón. Fue al tercer intento, que se aceptó la candidatura de Edmundo González.
—¿Qué sucedió durante la noche electoral?
—La autoridad electoral, obligada a los principios nacionales e internacionales de transparencia y de certeza, falló en el de la certeza pues se quedó callada alrededor de cinco horas antes de hacer cualquier anuncio, y cuando lo hizo actuó de forma diferente a lo que ya había hecho en elecciones pasadas. En otras ocasiones, una vez que anunciaba el resultado, que era irreversible, los daba a conocer en automático mesa por mesa. En este caso, el responsable del CNE, Elvis Amoroso, dio un resultado, y más de una semana después seguimos sin saber y sin que la autoridad electoral dé los resultados de las votaciones de ninguna de las mesas.
—¿El chavismo argumentó que no lo hacían porque el sistema había sido 'hackeado', responsabilizando de ello a la oposición?
—Ahí se contradicen, porque si tenían las actas en su poder, permitiéndoles dar una tendencia irreversible del ganador con el 80% de los votos, también las tenían para publicarlas.
—¿Realmente se produjo ese ciberataque que denunciaron?
—La autoridad electoral no ha dado evidencias de eso, y los distintos expertos que ha consultado el Centro Carter han señalado que no hubo una actividad anormal en Venezuela la noche de las elecciones. Además, el CNE le dijo al centro que la transmisión de las actas hacia las dos sedes que tenía en Caracas se daba por una línea que no pasaba por internet, por lo que no podía ser 'hackeada'.
—Y todavía hay más irregularidades...
—El CNE tenía 48 horas, a las que podía añadir otras 24, para hacer la totalización de la elección, y eso también lo incumplió. No fue hasta pasadas esas 72 horas que mandó un segundo comunicado en el que decía que tenía el 96% de las actas, y daba de nuevo porcentajes sin desagregar. Incumplieron los plazos. Lo que denota la falta de cualquier certeza, ya sea nacional o internacional, es declarar un ganador sin haber computado el 100% de las actas. En democracia, todos y cada uno de los votos tienen que ser contados y contados bien. Una autoridad no puede declarar a alguien ganador y emitir certificaciones sin haber contado todos los votos. Algo que en este caso no se cumplió.
«En democracia, todos y cada uno de los votos tienen que ser contados y contados bien»
Patricio Ballados
—Maduro interpuso un amparo ante la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, al que el CNE entregó este lunes el 100% de las actas. ¿Qué puede pasar ahora?
—Llama la atención que ha sido el candidato ganador el que fue a impugnar su propia elección, algo que es anómalo, pues quien se suele quejar es quien no ganó, porque piensa que sucedió algo malo. Elvis Amoroso fue quien anunció la entrega de la totalidad de las actas, y será el tribunal quien dirima esta controversia.
—Pero el TSJ, como otras instituciones públicas venezolanas, está controlado por el chavismo...
—Aquí de nuevo hay que saber qué litigio va a resolver el TSJ, porque los tribunales resuelven diferendums, litigios, controversias... Y ¿cuál es la controversia de Maduro con los resultados? No sabemos. Lo único que podía plantear es que no ganó, y eso no lo va a plantear. Acudir al TSJ es un recurso fuera de cualquier lógica o estándar internacional.
—¿Se trataría de una estrategia para que el TSJ avalara unas actas, que presuntamente dan a Maduro como ganador pero que no ha mostrado públicamente, y que además le permitiera al chavismo dilatar el proceso?
—A mí me parece, en efecto, una estrategia para ya culminar cualquier posibilidad de controvertir la elección, pues cuando ya se pronuncia la máxima instancia jurisdiccional legalmente es un asunto definitivamente concluido. Creo que eso es lo que están tratando de hacer. Y resulta muy grave para los estándares electorales que la autoridad electoral, que se supone que entregó los resultados de cada una de las mesas al TSJ, no las dé a conocer. Eso va en contra de cualquier principio de certeza o de transparencia porque genera desconfianza. La autoridad electoral no está haciendo públicas cuestiones que son de por sí públicas. Ya vimos que existen actas que se dieron a conocer porque los testigos [de las mesas electorales] tienen derecho a tener una copia de las actas. Y ahí están, son documentos públicos, no hay razón para que no lo sean. Y el CNE se está manteniendo en silencio, sin dar una razón de por qué no están dando a conocer las actas.
«Es muy grave que el CNE le haya dado todas las actas al TSJ pero no las haya dado a conocer públicamente»
Patricio Ballados
—Tras todo lo expuesto, ¿usted calificaría los comicios del 28 de julio en Venezuela de fraudulentos?
—Lo que el centro estableció es lo que viene en su comunicado, que son unas elecciones que no alcanzan estándares internacionales y por tanto no pueden considerarse como democráticas. Eso es lo que hemos señalado, y esa es la posición del centro.
—¿Ha tenido acceso a las actas que maneja la oposición, que habría reunido más del 80% del total y que dan la victoria a Edmundo González con casi el 70% de los votos? ¿Considera estos resultados ciertos y transparentes?
—Hemos recibido de muchas fuentes copias de esas actas, las hemos estudiado y no tenemos razones para dudar de su veracidad. Los controles internos son bastante consistentes así como la estructura de las actas. Por todo ello, no tenemos motivo para dudar de ellas.
—No es la primera vez que el Centro Carter es invitado a observar procesos electorales en Venezuela...
—La primera vez fue en 2004 y la última en 2021, cuando el centro, al igual que ahora, concluyó que aquellas elecciones no cumplieron los estándares internacionales. No obstante, en la negociación del Gobierno venezolano con la oposición en Barbados, se acordó que se invitará a las elecciones del 28 de julio al Centro Cárter, a la ONU y a la Unión Europea, que después fue desinvitada.
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