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El calor estival no fue lo único que hizo hervir la sangre de los estadounidenses el 9 de agosto de 1969. Aquella jornada, en la ciudad de Los Ángeles brotó a la par la ira y el pavor cuando los diarios informaron de que Sharon Tate, la esposa del director Roman Polanski, y otras cuatro personas más habían sido asesinadas en una vivienda de Beverly Hills. La guinda, más que amarga, era que la actriz estaba embarazada de ocho meses. «Dos de los cadáveres estaban ahorcados y otro muerto a balazos. La policía confirmó que el cadáver de la actriz estaba en bikini y con ropa alrededor del cuello», explicaba el ABC de la época.
Pero la pesadilla solo acababa de arrancar. Al día siguiente, Charles Manson ordenó a los miembros de su 'Familia' –el núcleo duro de una suerte de secta a caballo entre las drogas y el satanismo– que se dirigieran a la vivienda del matrimonio LaBianca para repetir ese triste espectáculo. Leno y Rosemary fueron torturados, asesinados y en la casa se hallaron palabras escritas con su sangre. Los criminales no fueron cazados hasta un año después.
Mientras, aquella vorágine de muerte y barbarie estremeció a la sociedad. Fue, como se explica en el ensayo 'Charles Manson. Los asesinatos de la Familia', la cara oscura de la cultura hippy, pues ese loco líder proclamaba a la par la llegada del fin del mundo y el ecologismo.
Leslie Van Houten, una joven de extensa caballera negra y apenas 19 primaveras, no participó en el primer asesinato, pero sí en los de Leno y Rosmary. Tras horas y horas de interrogatorios con el sargento MacGann, admitió haber apuñalado hasta en quince ocasiones a uno de ellos. Aquello le valió ser condenada a muerte, sentencia que fue conmutada en 1978 por la cadena perpetua. Este martes, sin embargo, la ya anciana asesina ha paladeado la libertad –condicional, eso sí– a los 73 años. Y todo, gracias a que, según las autoridades penitenciarias, ha demostrado estar arrepentida de sus actos y ha luchado por reinsertarse. De hecho, ya en 2002 pidió disculpas por sus crímenes: «Sé que el dolor se transmite a través de las generaciones. Quiero que las víctimas sepan que estoy profundamente avergonzada de lo que hice».
La Familia
La Familia nació después de que Manson saliera de prisión a los 32 años. Charles, que de estúpido no tenía un pelo, procuraba atraer hacia él a chicas de buena familia que se sintieran descontentas y oprimidas por la sociedad. 'Niña pijas', como explica Jesús Palacios en su obra 'Psychokillers: anatomía del asesino en serie', en definitiva, que vieran en él a un revolucionario salvador que actuase casi como su padre.
Lo cierto es que lo logró y, al poco tiempo, consiguió trasladarse con su grupo a vivir en lugares apartados como ranchos viejos y abandonados escenarios de cine. Allí residían olvidando la televisión y la radio, comían aquello que tiraban los supermercados, e iban de orgía en orgía. Solo se movían de cuando en cuando en un autobús escolar pintado de negro. Y todo, cuando Manson decidía que quería probar suerte como estrella del rock en otra ciudad. El mismo hombre que luego se proclamaría a sí mismo como el 'Anticristo'.
Con todo, el núcleo de la Familia estaba formado por pocos miembros. Mary Brummer fue la primera; jovencita y pelirroja, había sido asistenta de bibliotecaria y llevaba a gala su ecologismo. Tras ella llegaron Lynette Fromme –apodada 'Chillona' por su tono agudo de voz–; Patricia Krenwinkel –una pasante de abogado descontenta con su vida–; Susan Atkins –cuyo sadismo le granjeó el apellido de 'Sadie Mae'– y Charles 'Tex' Watson –un drogadicto nacido en 1945 que había abandonado la universidad por seguir al grupo–.
Leslie Van Houten, liberada estos días de prisión a los 73 años, era la más joven de todas. Tenía 19 años cuando se cometieron los crímenes. Procedía de una familia de clase media del sur de california y, en principio, era sociable y popular. De hecho, llegó a ser elegida como reina de la belleza en un baile de fin de curso. Sin embargo, cuando sus padres se separaron sus amigos la abandonaran. Al poco se quedó embarazada de un niño del que abortó. Entonces empezó a coquetear con las drogas. Conoció a Manson durante una fiesta con unos amigos. Con él se dedicó a leer el libro de las revelaciones escrito por este 'Anticristo'. «Al principio todo era inocente», dijo.
Primera matanza
Entre el dinero, el odio, la locura y el satanismo. Los expertos siguen todavía preguntándose qué diablos llevó a la Familia a cometer su primer crimen reconocido. La macabra película arrancó el 26 de julio de 1969, cuando varios miembros de este clan se personaron en la vivienda del productor Gary Hinman. Los seleccionados por Manson para llevar a cabo la misión fueron Robert Beausoleil, Susan Atkins y Mary Brunner. El trío llegó a las dos de la mañana a la casa, entraron por la fuerza, secuestraron a Hinman y le torturaron durante toda la noche. La policía estableció que el objetivo había sido robarle 20.000 dólares que el líder del grupo, amigo personal de la víctima, sabía que tenía en algún lugar de la vivienda.
«Durante toda una noche y a la mañana siguiente Hinman fue golpeado, torturado e insultado por Beausoleil y sus acompañantes sin conseguir que hablara. Durante la madrugada, el propio Manson pasó junto a la casa», explica Jesús Palacios en su ensayo 'Psychokillers: anatomía del asesino en serie'. Al final, fue imposible extraerle la información, así que Manson ordenó a sus acólitos que le asesinaran y se deshiciesen del cuerpo. «Beausoleil apuñaló dos veces en el pecho al productor y compositor. Aquella noche, además, Charles le cortó una oreja con una espada dejándole una herida de 13 centímetros», explica a ABC Christian Borja Campos, antiguo redactor del reeditado 'El Caso' e investigador de crímenes históricos.
El primer crimen se había completado y, aunque había sido instigado por Charles, este no se había manchado las manos. Lo que no sabía es que eso no le valdría para evitar la prisión poco después. Aunque en principio evitaron a las autoridades, la policía terminó atrapando a Beausoleil, a quien le cayó una buena cantidad de años entre rejas por sus barbaridades.
El plan
Un mes después de este asesinato se sucedió la vorágine de muerte por la que sería conocida la Familia. Fue en la noche del 8 de agosto de 1969. Aquel día, Charles Watson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian se personaron frente al número 10.050 de Cielo Drive, un lujoso chalet ubicado en el carísimo distrito de Berverly Hills. Todavía se desconoce qué pensaban hacer, aunque una de las teorías es que buscaban perpetrar rituales satánicos con los inquilinos de la vivienda. Allí vivía la bella Sharon Tate, esposa del popular director Roman Polanski. Aquella noche, además, había quedado con unos amigos: Abigail Folger, Voytek Frykowski (novio de la primera) y el peluquero Jay Sebring. Además, cuando los asesinos llegaron, estaba fuera un tal Steven Parent.
¿Por qué eligieron la casa? ¿Iban buscando a la esposa de Polanski? Mucho se ha debatido sobre este tema. Sin embargo, Campos es partidario de que se toparon con Tate por casualidad: «A Manson no le interesaba, ni sabia, quienes eran los habitantes de esa casa. La eligió porque había ido allí cuando estaba empeñado en ser una estrella del rock. Entonces pertenecía a un amigo suyo relacionado con el mundo de la música. Un amigo que le rechazó como cantante. Era una especie de venganza. Se sentía herido por el trato que había recibido. Pero allí ya no vivía él». En todo caso, aquella vivienda se convirtió esa noche en el infierno sobre la tierra para sus ocupantes.
La macabra función comenzó de manos de 'Tex' Watson. Lo primero que este hizo fue subir a un poste y cortar el tendido eléctrico para dejar incomunicados a los habitantes de la vivienda. Sabedores de que el alegre grupo acababa de ser condenado a enfrentarse sin ayuda a ellos, se dispusieron a superar la verja de seguridad armados con cuchillos, un revólver y varios metros de cuerda. Con un sencillo salto de nuestros infames protagonistas llegó, como una nube de tormenta, el horror sobre el número 10.050 de Cielo Drive. Dirigiéndoles, desde lugar seguro, estaba Manson. Verdadero artífice de aquel teatro de marionetas.
Muerte en un barrio rico
La primera víctima fue Steven Parent, que salía en ese momento de la vivienda en su coche. Watson se paró frente al vehículo, hizo aspavientos con los brazos para que el ocupante, de apenas 18 años, frenara y, cuando se detuvo, le metió cuatro cartuchos de revólver en el pecho. Después, como si tal cosa, ordenó a las chicas que vigilaran los alrededores mientras él accedía a la casa por una puerta trasera. Aunque al final tuvo que acabar con una cristalera para lograrlo. A los pocos minutos, todos menos Linda, que se quedó vigilando, entraron. Comenzaba el segundo acto.
Lo primero que vio Watson al llegar fue a Frykowski durmiendo. Al momento le encañonó con el arma y le despertó de esta guisa: «Soy el Diablo. Estoy aquí para hacer los negocios del Diablo. Entrégame tu dinero». A continuación, le ataron. El grupo encontró luego a Tate, Folger y Sebring. Este último, al ver la situación, trató de hacerse con la pistola y comenzó un forcejeo con su agresor. Al final, todo terminó con un disparo que atravesó la axila de Sebring y le dejó seminconsciente en el suelo. Con el primer héroe caído, le tocó el turno a Frykowski. Este se revolvió y, tras recibir cuatro cuchilladas de Atkins y dos disparos y un culatazo de Tex, quedó tumbado sobre el piso.

Aquella paliza enardeció al resto de las víctimas, que entendieron que solo vivirían si se enfrentaban a sus enemigos. Así narró Krenwinkel aquellos momentos: «Había un hombre con el que Watson estaba peleando. Era Sebring. Le tenía en el suelo y estaba intentando atarle. Le dijo a Susan que inspeccionase las habitaciones de atrás y, entonces, todo se precipitó. Comenzaron a pelearse. Empezó una pelea entre Tex y aquel hombre. Él le disparó. Todos los demás empezaron a estar aterrorizados. Intentamos atarles a todos. Mientras lo intentábamos, Abigail perdió el control y se escapó. Yo corrí tras ella con el cuchillo en la mano».
El caos acabó rápido con los brutales asesinatos de todos. «Fue una barbaridad. Tate recibió 16 puñaladas. Sebring un disparo y siete heridas de cuchillo. Abigail 28 puñaladas, y Frykowski, 51 puñaladas y dos disparos. Además, en la pared los asesinos escribieron con la sangre de la embarazada la palabra 'Pig' ('Cerdo') y colgaron su cadáver y el Sebring del techo. Una escena macabra», explica Campos a ABC. Después de aquella matanza, todos regresaron con Manson tras deshacerse de la ropa y las armas. Además, trataron de limpiar todas las huellas dejadas en la casa.
Más crímenes
Se había perpetrado el segundo crimen reconocido de la Familia Manson. «Éramos como robots. Era lo que teníamos que hacer», dijo Krenwinkel. La mañana siguiente, los asesinos la dedicaron a descansar. Sin embargo, después comenzaron una nueva danza de la muerte. A eso de la medianoche cogieron su coche y se detuvieron en el número 3301 de Waberly Drive, en un distrito de Los Ángeles. En este caso, en el vehículo llegaron Watson, Manson, Linda Kasabian, Susan Atkins, Leslie Van Houten y Glem Grogan. Todos iban armados con cuchillos salvo el líder de la secta, que portaba una espada y una pistola. La casa pertenecía al matrimonio LaBianca. Y en ella se encontraban Leno y su esposa Rosemary.
Tras acceder a la vivienda, el grupo ató a Leno y Rosemary. Luego les exigieron un dinero que ellos le entregaron. Al poco, los asesinos se marcharon afirmando que ya habían acabado... pero solo acababan empezar. Minutos después entraron de nuevo e iniciaron la masacre. «Watson le quitó al hombre la parte superior del pijama y le apuñaló cuatro veces en la garganta con un cuchillo de cocina que había encontrado en la casa. Luego, le dejó clavado este en la herida y repitió la operación ocho veces más con su propia arma», señala el reportero especializado a este diario.
A continuación, le tocó el turno a su mujer. «Rosemary murió asfixiada por una almohada que le habían puesto sobre la cara. Además de por varias puñaladas. Se sabe que sus convulsiones hicieron que la lámpara de la mesilla se cayera. Al escuchar este ruido, Tex le asestó hasta 41 puñaladas en total», añade Campos. A continuación, y cuando se dieron cuenta de que Van Houten estaba asustada en la habitación, la obligaron a hacer lo mismo.
De esta forma explicó lo sucedido la chica. «Tex entró. Yo me quedé en el estudio. No me podía mover. No tengo ningún recuerdo de la señora LaBianca muriendo. Todo lo que recuerdo es estar en esa habitación. Pero Manson quería que todos tuviésemos las manos sucias. Yo acuchillé a la señora LaBianca en la base de la columna unas 16 veces». Perpetrado el crimen, Watson grabó en el abdomen del marido la palabra 'Guerra'. Además, utilizó la sangre de la mujer para escribir en la pared 'Muerte a los cerdos', 'Sublevaos' y 'Caos'.
El torrente de sangre pronto llevó a las autoridades hasta el rancho en el que vivían, donde la 'Familia' fue capturada.
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