El paso a nivel de las 77 muertes
Ubicado en Valencia, este cruce de vías de tren concentra desde hace 30 años múltiples arrollamientos. Ahora, el problema llega a la mesa del ministro Óscar Puente
Muere un hombre atropellado en el punto negro del paso a nivel de Alfafar

El conocido como 'paso a nivel de la muerte' –así lo han bautizado los vecinos de Alfafar y Sedaví (Valencia) por la cantidad de muertes por arrollamiento de tren que concentra–, llega en esta legislatura a la mesa del nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente. La Generalitat Valenciana remitirá una propuesta al ministerio en las próximas semanas para suprimir un punto que acumula decenas de accidentes (la plataforma vecinal que lleva desde 1989 denunciando el problema recuenta hasta 77 personas fallecidas por atropello).
Para el Gobierno de Carlos Mazón, el presidente valenciano, quien estuvo visitando la zona en persona el pasado mes de diciembre, es un asunto de «máxima preocupación», pero la última palabra la tiene el Gobierno socialista, al ser las infraestructuras ferroviarias una competencia estatal, y desde el Ejecutivo autonómico piden incorporar una partida en los próximos Presupuestos Generales del Estado para iniciar las obras. Por su parte, el Ministerio de Transportes traslada a ABC que la supresión temprana del paso a nivel es una prioridad y remite a la firma en agosto de un protocolo entre ADIF –la entidad pública que administra las infraestructuras ferroviarias– y los ayuntamientos de los municipios afectados para «desarrollar estudios» que avancen a la supresión del paso.
Sin embargo, los vecinos dicen estar «cansados de las palabras» y reclaman el soterramiento de la vía en la zona, algo que estuvo a punto de producirse a principios de los años 2000, que ha seguido en el centro de sus reivindicaciones y a lo que hoy no está dispuesto a comprometerse el ministerio.
«Hay gente medicándose, no podemos ni dormir», denuncian así desde la asociación los ruidos que provoca el tránsito ferroviario. El problema reside en que la línea, que conecta las localidades de Játiva y Valencia, atraviesa, a cinco kilómetros de la capital provincial, una zona con una gran densidad de población, dividiendo los pueblos de Alfafar y Sedaví. Entre ambos suman alrededor de 30.000 habitantes, que tienen que cruzar caminando, para ir al médico o simplemente hacer la compra, unas vías por las que circulan 270 trenes diarios –entre cercanías, mercancías y larga distancia–, según apuntan desde la asociación (ADIF rebaja los pasos de trenes a 163).
Esta guerra de cifras, que demuestra el conflicto entre los vecinos y la administración, también se traslada al recuento de víctimas mortales. Mientras que desde la plataforma y la Generalitat lamentan cuatro muertes en 2023, la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios afirma que ADIF únicamente comunicó dos accidentes, los cuales decidió no investigar. «En pasos a nivel se suelen investigar pocos», comentan desde el órgano, que sólo los registra cuando se produce un fallo en el funcionamiento del paso y se justifica en la imprudencia de los usuarios, en contraposición a los vecinos, que se quejan, además, de fallos en las barreras señalizadoras.
Una llave para la solución
Así, muy alejado del centenar de víctimas que denuncian los vecinos, entre las que destacan, por ejemplo, el caso de una chica de 19 años que presuntamente cruzó las vías con los cascos de música puestos de camino a la universidad y no escuchó cómo llegaba la máquina, ADIF únicamente reconoce cinco fallecimientos desde 2009. «De estos, tres personas fallecieron al cruzar el paso a nivel estando cerrado y los otros dos casos son presuntos suicidios», aseveran. Defienden que el paso a nivel no se encuentra entre los puntos donde más sucesos se registran en España, a pesar de que no revelan cuáles son las otras zonas calientes para comparar ni facilitan más datos al respecto ante las preguntas de este periódico.
De cualquier forma, todas las partes reconocen la existencia de un problema en el que, casualmente, Sumar ocupa una posición clave para que una posible solución pase de las palabras a la práctica. La formación de Yolanda Díaz, con un peso parlamentario fundamental para la estabilidad del Ejecutivo, integra al partido de ámbito valenciano Compromís, del que es miembro y también diputado en el Congreso, Alberto Ibáñez. Al ser preguntado sobre si es imprescindible incorporar una hipotética partida destinada a la obra para que Compromís de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado responde que nunca habla de líneas rojas. Además, reconoce que pusieron el tema sobre la mesa en la negociación del Gobierno de coalición, pero afirma que el PSOE «no quería entrar en temas locales».
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