Los 13 pueblos que se integraron en la capital hace 75 años para crear el 'Gran Madrid'
Historias capitales
La ciudad pasó de 68 a más de 600 kilómetros cuadrados, y ganó casi 339.000 vecinos
70 años de la anexión de Vicálvaro, el pueblo que hizo a Madrid más capital

Hace ahora 75 años, hubo un potente movimiento destinado a transformar la capital en un proyecto denominado 'Gran Madrid', una ciudad con peso que compitiera con la muy pujante Barcelona. Pero para eso, a Madrid le hacían falta habitantes. Así que decidió crecer, y ... lo hizo absorbiendo a algunos de los pueblos que la rodeaban: hasta 13 pasaron a ser barrios de la capital.
No fue un proceso con una fecha cerrada, sino que se fue desarrollando paulatinamente entre 1948 y 1954, un tiempo en que Madrid pasó de tener 68 kilómetros cuadrados a multiplicarse por nueve y llegar a más de 600. Y su población aumentó en 339.000 habitantes, superando los 1,8 millones cuando acabó el proceso.
Fueron trece los municipios que se integraron en Madrid: Aravaca, Canillas, Canillejas, Barajas, Fuencarral, Hortaleza, Chamartín, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo, Villaverde, El Pardo, Vallecas y Vicálvaro. Pudieron haber sido más: parece ser que también estuvieron considerándose otras anexiones, como las de Alcobendas, Alcorcón, Pozuelo de Alarcón, Leganés o Boadilla del Monte.
La ciudad se transformaba a golpe del Plan Bidagor, el primer plan urbanístico que reguló los usos del suelo por zonas. Los pueblos limítrofes, por su parte, adolecían de muchas carencias, y no contaban con presupuestos suficientes para superarlas. La idea era además impulsada desde el Gobierno central, lo cual era equivalente entonces a decir que era de obligado cumplimiento. No es extraño encontrar en la prensa de la época manifestaciones de los alcaldes de estos pueblos que iban a desaparecer, engullidos por la capital, declarando su apoyo a la medida.
«Estamos a favor; es más fácil, si estamos unificados, sacar adelante proyectos como urbanizar la carretera de Aragón, que desde Canillejas al arroyo Abroñigal -la actual M-30- sería más económico y rápido si no dependiera de cuatro municipios», decía el regidor de Vicálvaro Francisco Román Sánchez. En Canillas, su alcalde Adolfo Faes Villaverde recordaba que ya tenían plaza de abastos o matadero, pero a sus 26.000 habitantes de entonces les faltaba un buen sistema de alcantarillado; la anexión podría traer esta y otras mejoras, confiaba, aunque también mostraba su preocupación por los impuestos, que esperaba que «se queden como están».
Al parecer, también se estuvieron considerando las anexiones de Alcobendas, Alcorcón, Pozuelo de Alarcón, Leganés o Boadilla
El Plan Bidagor apuntaba a la creación de varios poblados satélite, en núcleos periféricos que estarían en Peñagrande, Manoteras y Canillas, San Blas, Vicálvaro y Palomeras, y en Villaverde y Carabanchel. En total,planteaba la construcción de 64.000 viviendas para alojar a esas más de 320.000 personas.



Mientras, los trámites para la anexión de los pueblos continuaba dando pasos: el 12 de octubre de 1945, la comisión municipal permanente lo aprobaba inicialmente, y luego siguió el proceso poco a poco. El 1 de abril de 1950, Hortaleza y Barajas ya eran Madrid. Se aplaudía mucho en la prensa sobre todo esta última incorporación, el municipio donde estaba el aeropuerto que era «la entrada a España». Y hablaban también las crónicas de la conveniencia de convertir Barajas en «una ciudad satélite hacia la que se canalice, una vez dotada de los medios necesarios de comunicación con el centro de la población, parte del excedente de población que actualmente asfixia aquella». En julio de 1954, quedaba anexionada Villaverde y se declaraba la urgencia de las obras del nuevo vertedero de basuras de Canillejas.
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Los pueblos incorporados trajeron consigo sus riquezas culturales y arquitectónicas, y contribuyeron a dar más valor a la capital. Y aunque con el paso de los años se haya perdido su carácter de antigua población, buscando en ellos aún se encuentran trazas de sus rasgos más representativos. El empeño vecinal en muchas ocasiones, unidos a algunos aciertos de gestión, han permitido que todavía permanezcan en pie espacios tan interesantes como la Quinta de Los Molinos o Torre Arias, en Canillejas; el palacete de Villa Rosa en Canillas; el Silo de Hortaleza, en la Huerta de la Salud que levantó el concejal Pedro Tovar; las construcciones de estilo neomudéjar de Chamartín de la Rosa; la plaza mayor porticada de Barajas, los vestigios arqueológicos de los Carabancheles…
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