Una mafia de trata de mujeres utilizaba seis empresas pantalla para el blanqueo de capitales
El líder ingresó 3 millones en un año utilizando a sus hijos como socios. Hay 37 detenido en tres operaciones en pisos y 14 víctimas rescatadas
Prostitución sin freno: la trata itinerante y redes de cibercaptadores llenan los clubes y los pisos burdel

La Brigada Provincial de Extranjería ha culminado, en una semana, tres investigaciones sobre la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Suman 37 detenciones y 14 mujeres liberadas de las mafias, una cifra muy importante en operativos como estos. El caso más llamativo es el de una red que dirigía un español junto a parte de su familia. Había montado seis empresas fantasma de las que era el administrador y, para dar apariencia de legalidad, incluía a parientes y demás compinches.
El cabecilla se valía de esta ingeniería y de más de cincuenta cuentas corrientes para blanquear el dinero, bastante, que obtenía de la esclavizar a una veintena de chicas en pisos del distrito de Barajas. En esa operación se han producido 25 detenciones y se ha rescatado a cinco mujeres prostituidas, explican fuentes policiales a este periódico. Además, la banda traficaba con cocaína, que obligaban también a consumir a sus víctimas.
La investigación comenzó en agosto de 2024, en dos viviendas. Las chicas, de República Dominicana, Venezuela, Colombia y Perú, eran obligadas a mantener relaciones sexuales durante todo el día. Solo descansaban dos horas y no podían rechazar ningún servicio ni práctica. Como no cumplieran, las dejaban sin descansos. En principio, les prometían el 50% de las ganancias, algo que no llevaban a cabo, y para poder cobrar algo debían trabajar 21 días seguidos. Las hicieron firmar un contrato de alquiler de habitación, para así conseguir su documentación, no pudiendo elegir a los clientes.
El consumo de droga no era solo en esos pisos, sino que también debían ofrecérsela a los clientes cuando se trasladaban a sus casas u hoteles. Para ello, llevaban el denominado «kit de servicio»: una dosis de cocaína, un datáfono, preservativos y lubricantes. El líder ingresó durante todo el año pasado 3 millones de euros, según los datos de la Policía Nacional. Entre los 25 arrestados están el jefe, sus dos hijos, otros ‘mandos intermedios’ y las ‘mamis’ o cancerberas de las esclavas sexuales.
Los otros dos casos se iniciaron en septiembre y octubre pasad, en San Blas, Tetuán y Carabanchel. En uno hubo cinco detenidos (de España, Paraguay y Brasil) y siete (Perú y Paraguay). Nuevamente, los responsables de ambas mafias aprovechaban la situación de vulnerabilidad de las mujeres para imponerles condiciones abusivas que llegaban incluso a comprometer su salud.
Tenían que trabajar un periodo comprendido entre 15 y 22 días seguidos, durante las 24 horas y sólo pudiendo librar tres horas durante el fin de semana. Los días de menstruación tenían que introducirse una esponja en la vagina y seguir trabajando, para que los clientes no se percataran de su situación, indican las mismas fuentes. Si incumplían los servicios, se les imponían sanciones económicas por valor de 300 euros o la prohibición de salir del domicilio.
Cocaína rosa
En apenas una semana se realizaron seis entradas y registros en los domicilios de las tres organizaciones criminales, donde se han intervenido diverso material informático, datáfonos, documentación financiera, dos pistolas eléctricas, diversas sustancias estupefacientes (cocaína y ‘tusi’ o cocaína rosa), potenciadores sexuales, más de 30 terminales móviles y más de 50.000 euros. En uno de los registros fueron localizadas diversas sustancias estupefacientes en tarros de arroz para dificultar su localización.
Los arrestados son presuntos responsables de los delitos de pertenencia a organización criminal, relativos a la prostitución, contra la salud pública y blanqueo de capitales.
La Policía Nacional incide en que la vía más importante para poder ayudar a estas mujeres es poner el hecho en conocimiento de las autoridades, subrayando que cualquier persona que conozca o sufra una situación de estas características la denuncie a través del teléfono 900 10 50 90, del correo electrónico trata@policia.es, así como de las formas habituales de contacto con la Policía Nacional a través del teléfono de emergencias 091 o en cualquier dependencia policial.
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