Condenan a una mujer a un año y medio de cárcel por llamar «puto negro» a otro pasajero en el metro de Madrid y resistirse a los agentes

Una mujer brasileña ha sido condenada a un año y seis meses de prisión por haber soltado improperios racistas contra un varón camerunés en el Metro de Madrid, a la altura de la estación de Antón Martín. La mujer, con antecedentes penales, actuó motivada exclusivamente por sus prejuicios, insultando al pasajero con expresiones tales como: «puto negro, sois animales, no aportáis nada a este país, iros de aquí asquerosos, sois mierda, os vamos a matar a todos putos negros».

Los hechos ocurrieron sobre las 14.15 horas del 30 de septiembre del 2022, y la víctima los ha denunciado. Además, después de las palabras soeces, la verduga propinó un fuerte puñetazo en la nuca de la víctima, haciendo que cayera al suelo. Como consecuencia de las agresiones, el pasajero sufrió contusiones en la cabeza y hubo de invertir cuatro días para recuperarse. El camerunés se sintió humillado y ofendido tras haber sido vejado exclusivamente por su color de piel, y no renuncia a una indemnización.

Tras el incidente, tanto la acusada como la víctima -que tuvo que ser socorrida por algunos viajeros- tuvieron que permanecer en la estación de Metro hasta la llegada de la Policía, quienes procedieron a la detención de la causante y se la trasladó hasta las dependencias de la Comisaría de Retiro. La detenida, lejos de facilitar las cosas y consciente de su situación, se revolvió contra los agentes, forcejeando para que la soltaran, sufriendo los agentes manotazos y patadas que les provocaron magulladuras leves en antebrazos y piernas.

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Con una de sus patadas, la acusada golpeó una motocicleta de la marca Suzuki que se hallaba estacionada en la zona, y que ha sufrido daños por un valor de 1.179,09 euros. Cuando las cosas no podían ir peor, la moto cayó sobre otra de la marca Kymco, que también resultó con desperfectos valorados en más de 200 euros. Sus propietarios piden justicia.

Por todo ello, se le imputa un año y seis meses de prisión, el pago de una multa durante diez meses ingresando doce euros diarios a la víctima de los insultos, inhabilitación durante seis años para ejercer en centros educativos o centros de ocio, otro año de prisión por delito de resistencia con los agentes y la obligación de indemnizar a los propietarios de las motos por los daños causados en sus vehículos.