Marta González de Vega: «Quien dice que Madrid es una ciudad dura es porque no la conoce»
COLONOS
Tras 9 años en la Gran Vía, el mejor observatorio de los aplausos, sabe otear al público de la ciudad
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En horarios insulares, le dio por ser artista, y lo ha sido en todas las esquinas del triángulo de su isla y mucho más allá. Nada que turbe, que la turbe. Por una cuestión de latitudes, de precios de aviones o de costumbre, no ... pudo ir a la Península en ese momento de la infancia en que todo es posible y conocer, quizá, a Lina Morgan y compañía, que verían en ella un supuesto carácter teatral.
Nació Marta González de Vega en Tenerife y en marzo del 74, insistimos en ese concepto de quien quiere y va hacia arriba bajo el signo del zodiaco. Estudió Derecho pero dentro, en las Islas Afortunadas, donde se soñó en un unicornio en la Gran Vía para llegar a Madrid. Y aquí se instaló hace 25 años.
En ese, su Madrid, Marta González de Vega, una de las guionistas más reputadas del panorama nacional, insiste en la Gran Vía como calle propia: su casa. Dicen que sus ideas para películas dan millones, pero ella es sencilla. En la Gran Vía, y por eso de las vocaciones férreas, sigue representando su 'De Caperucita a loba en solo seis tíos'.
—Usted es, en general, contadora de historias. Y decía Francisco Umbral que en Madrid, en la Gran Vía, es donde pasa todo. Aquí estamos....
—Para mi la Gran Vía es el centro de todo, de mi vida desde hace nueve años con la obra. Es todo: y tiene una connotación muy especial, porque cuando hicimos la película del espectáculo me cortaron la Gran Vía para ir en unicornio. Y por eso es la calle de mi vida.
—¿Cómo fue esa sensación? La de ir en un unicornio por pleno Madrid. Debió ser una experiencia de las que cambian la vida o, al menos, el día.
—Imagínate, todo el mundo mirando. Hacía frío, iba vestida de princesa. Y llenamos la Gran Vía de unicornios.
—Estamos en 'su calle'. Vaya más allá en su recorrido vital...
—La Gran Vía tiene un gran significado para mí fue un icono, porque en el cabecero de mi cama en Tenerife tenía una foto de esta calle y me decía «allí estaré».
—Y aquí está. ¿Cómo se lía el petate y acaba donde empezaban los sueños del cabecero de su cama?
—Hice Derecho sabiendo que me quería venir para acá, en principio para ser actriz, después llegó lo de los guiones. Siempre lo tuve clarísimo.
—¿Cómo es hacer reír al madrileño?
—Madrid aglutina gente de todas partes, no puedo distinguir el público.
—Funciones, escritura, más funciones, guiones. ¿Cómo es el descanso de la guerrera, de la creadora?
—Pues donde más me relajo es encima de las tablas. De hecho es una terapia hacer el espectáculo. Te lo dirán muchos actores. Muchas veces vengo con la energía por los suelos, y salgo llena de la energía que te da la gente. Es el momento que desconectas sí o sí.
—Madrid, el madrileño, ¿aporta una masa madre para hornear el pan del humor?
—Tiene mucho que ver, Madrid me da el observar cómo vivimos las relaciones, y todo tiene que ver con la gran ciudad, el ritmo de las interacciones. Todo eso se contagia y el espectáculo está muy imbuido de lugares de la ciudad. Del ritmo de Madrid. De la juventud de Madrid.
—Me gustaría seguir indagando en eso de la juventud.
—Yo identifico Madrid con juventud de espíritu, porque todo el rato estamos haciendo cosas, todo el rato estamos alimentándonos de 'inputs'. Está científicamente demostrado que se activan las mismas áreas del cerebro cuando te enamoras que cuando sientes el goce artístico. Y para mí Madrid es goce artístico.
—Usted habla de goce en Madrid. Hay quien dice, y estas páginas son testigo, que Madrid es una ciudad dura.
—Quien dice que Madrid es una ciudad dura es porque no la conoce.
—Es rotunda su defensa de Madrid.
—Es una ciudad preciosa. Superamigable. Una vez lo leí y es verdad: cómo Madrid tiene tanto encanto y sin embargo, si te fijas, no tiene un gran monumento que ver. Madrid se nutre del encanto de sus calles. Yo llevo veinticinco años y me maravillan sus calles, sus tejados. Y luego la combinación con Tenerife es maravillosa; allí tengo a mi familia. Me considero muy madrileña de espíritu y muy canaria.
—No es infrecuente que preguntemos a los 'colonos' cómo enfrentan el día a día en la capital.
—Si me pilla a encerrarme a escribir me cuesta mucho. En Madrid siempre hay muchas cosas que hacer. A veces tengo que renunciar a estímulos, eventos. Y es tanto el estímulo de la ciudad que es de donde al final te alimentas. Y muchas veces me digo «ya, ya, para» que no produzco. Suelo pasarme un día entero encerrada o días que no se acaban nunca. Lo que más me gusta de esta ciudad es que puedes empezar un día quedando con una amiga para desayunar, y que se vayan empatando planes y llegues a tu casa a las tres de la mañana.
—Pongámonos estupendos para definir Madrid, que es nuestro pueblo al fin y al cabo.
—Madrid es que es tu hogar, es teatro, es juventud. Madrid despierta tu curiosidad, como ocurre en los jóvenes.
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