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La jueza envía a prisión al sexagenario que mató a su vecina en Vigo

El hombre, que vivía en el mismo edificio que la víctima, está investigado por un delito de asesinato con alevosía

El vehículo en el que la Guardia Civil condujo este martes al presunto asesino ante la jueza europa press

Jesús Hierro

Santiago

El asesino de María Jesús ya está entre rejas. Una jueza de Vigo ha ordenado este martes el ingreso en prisión provisional y sin fianza de Pablo, el sexagenario que el domingo por la noche supuestamente acuchilló hasta la muerte a una vecina del bloque de pisos de la ciudad olívica en el que ambos vivían. Este individuo, de 63 años, conocido en el barrio por su conflictividad, y, especialmente, por su acoso a las mujeres, pasó a primera hora de hoy a disposición de la jueza que estaba de guardia el día de los hechos. Pablo había sido detenido por la Policía Nacional inmediatamente después del crimen, cuando tenía todavía las manos todavía manchadas con la sangre de la víctima, a quien llevaba tiempo acosando.

Este martes Pablo pasó de los calabozos al juzgado. Y tras comparecer ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo, esta ordenó su ingreso inmediato en la cárcel de forma preventiva. El hombre está investigado, según detalló a la prensa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), por un presunto delito de asesinato con el agravante, además, de alevosía.

El crimen ocurrió pasadas las nueve y media de la noche del domingo en el número 70 de la calle Zamora, un edificio de pequeños pisos y estudios, a menudo usados como domicilio de paso por muchos inquilinos. En la segunda planta, casi puerta con puerta, vivían víctima y asesino. Pablo era un hombre problemático, que bebía más de la cuenta, protagonizaba altercados y tenía fijación por las mujeres hasta el punto de que algunas moradoras del bloque evitaban coincidir en él en el ascensor. María, a quien acabaría matando a cuchilladas aquella noche cuando llegó a casa, no era una excepción. Y su actitud había ido 'in crescendo' hasta el punto de dejarle notas por debajo de la puerta. Lo corroboran vecinos del bloque, a quienes María había contado el acoso al que le sometía.

Manos ensangrentadas

Algunos de ellos han declarado ya ante los investigadores. Por ejemplo, unos vecinos que después de los gritos de auxilio que resonaban en el edificio salieron a la escalera para ver qué sucedía. Vieron una zapatilla de la víctima en el rellano y las llaves de su casa todavía colgadas en la puerta, lo que apuntaría a que Pablo estaba esperando a que María llegase a casa para atacarla con un cuchillo. La Policía detuvo al asesino de esta mujer, trabajadora de limpieza en Alcampo y de nacionalidad española, al poco tiempo y sin que opusiera resistencia. Pablo aún tenía las manos ensangrentadas y, según algunos testigos, chupándose un dedo y dijo: «Está muerta». Los agentes hallaron el cadáver tendido y con varias heridas de arma blanca en el tórax.

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