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«No hay agua en el garaje papá, bajamos a por los coches»: la última llamada que acabó con siete personas ahogadas en Valencia

Una riada de dos metros de altura segó la vida a ocho vecinos de un edificio en La Torre: «Una familia se quedó con la mesa preparada para cenar»

Última hora de la DANA en Valencia en directo: temor a un gran aumento del número de muertos

Imagen del traslado de uno de los cadáveres de los vecinos muertos en la pedanía de La Torre EP
Alberto Caparrós

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«No hay agua en el garaje. Bajamos a por los coches». Estas fueron las últimas palabras que le dijo a su padre uno de los siete vecinos del edificio de la calle Mariano Brull de la pedanía valenciana de La Torre antes de acceder a lo que iba a convertirse en una trampa mortal en forma de una tromba de agua de la peor gota fría del siglo.

Eran las ocho y treinta y seis minutos de la tarde del martes. Esa es la última vez que el matrimonio formado por Gabi y Dana se conectaron a sus Wathsapp, según narra una amiga a ABC. La pareja bajó al garaje junto a su hija Álex y el vecino que había llamado a su padre. Allí se encontraron con otros cuatro más. Todos murieron sin que a ninguno le diera tiempo a entrar en sus vehículos.

Una irrupción de agua que llegó a alcanzar una altura de dos metros se llevó por delante la puerta del garaje y segó las ocho vidas. En casa de Gabi, Dana y Álex se quedaron las luces encendidas y la mesa preparada para cenar. «Sólo faltaban las llaves y los móviles», relatan a este periódico unos allegados que eran su familia en Valencia.

La pareja, dos personas «buenos amigos y trabajadores», había llegado a la capital del Turia hace más de veintidós años procedente de Rumanía. Sus amigos eran su familia. Y al ver que aquella tarde fatídica del martes dejaron de contestar a los mensajes y las llamadas del móvil en pleno temporal, uno de ellos llegó hasta el edificio de la calle Maestro Brull. Tuvo que calzarse botas de goma y recorrer en paralelo la vía del tren. Llegó y se topó con una escena dantesca de «coches amontonados» en la misma acera del inmueble. La marca del agua en la fachada llegaba hasta los dos metros. Había ya bomberos y policías. Y convenció a uno de ellos para que subiera al primer piso en el que se residía la familia. Entonces se toparon con que no había nadie. Sólo una mesa puesta y unas lámparas encendidas.

Comenzó entonces una angustia que tuvo este jueves un desenlace que no por inesperado fue realmente cruel. Todos los amigos y familiares sabían que estaban dentro desde la noche del martes pero no podían acceder. El sueño de Gabi, Dana y Alex, que hacía tres años que habían comprado con los ahorros fruto de su esfuerzo, la casa en las afueras de Valencia se truncó en aquel garaje.

Junto a la familia murieron otros cuatro vecinos. Uno de ellos, Rubén, era miembro de la Policía Local de Valencia. Una vocación que había heredado de Julio, su padre, a quien la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, trasladó las condolencias del Ayuntamiento.

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