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Las palomas, el símbolo de la discordia

El Ayuntamiento de Toledo estudia nuevas medidas para acabar con esta plaga

Se instalarán 'elementos pasivos' en edificios con valor patrimonial del Casco

Concentración de palomas en la iglesia de Santa María la Mayor de Consuegra antes de su control J. GARCÍA
Elisabeth Bustos

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Las palomas, tradicionalmente han estado consideradas como símbolo de paz, libertad y armonía, pero en los últimos tiempos su sobrepoblación en ciudades y municipios las han convertido en un símbolo de discordia. Es una de las principales aves-plaga y, entre los problemas asociados a su presencia, están el daño que producen en elementos arquitectónicos o la transmisión de enfermedades infecciosas.

La ciudad de Toledo no es ajena a esta problemática que lleva arrastrado durante años y que, a pesar de tener una empresa contratada encargada de su control, parece que el trabajo no da los frutos deseados por muchos de sus vecinos.

La instalación de 'elementos pasivos' en inmuebles deshabitados para evitar el anidamiento, la captura con jaulas trampas o la presencia de halcones revoloteando por la ciudad son algunos de los métodos puestos en marcha por el anterior equipo de Gobierno del Ayuntamiento de la capital castellano-manchega. Pero ¿son suficientes?

Fuentes municipales consultadas por este diario han explicado que son «conscientes» de este problema y aseguran estar «abiertos a estudiar nuevas medidas« para acabar con esta sobrepoblación. Una de estas medidas, mencionan, pasa por llevar a cabo una campaña de concienciación en la sociedad para evitar que den alimento a estas aves en los sitios públicos.

Y es que, según afirman los expertos, no alimentar a las palomas es un sistema eficaz para controlar su presencia en las ciudades. «Es necesario educar a los ciudadanos para que comprendan que la sobrepoblación de palomas constituye un problema de salud pública importante, que no se debe alimentar a estos animales y que hay que tratar de impedir que puedan anidar en nuestras casas y edificios», afirman.

Comida deposita para las aves bajo una papelera en la plaza de Zocodover ABC

Pero para ello, antes hay que controlar y reducir su número. Esta es una tarea que, principalmente, compete a ayuntamientos y gestores del control de plagas, ya que se trata de un problema no solo de las ciudades con cascos históricos sino que es común a cualquier lugar donde haya casas deshabitadas, corrales hundidos o cualquier edificio que presente huecos abiertos al exterior. En la provincia de Toledo han sido varios los consistorios que han tenido que dar un golpe en la mesa para hacer frente a la sobrepoblación de las 'ratas del aire'.

'Colonizado el pueblo'

En Consuegra, municipio con cerca de 10.000 habitantes censados, Luis García, uno de sus vecinos, se dedica desde hace tres años al control de esta especie. «Mi trabajo consiste en 'tener a raya' a estas aves, ya que asegura que, cuando el Ayuntamiento contrató sus servicios, estos animales tenían »colonizado« el pueblo. »Su presencia era alarmante tanto en edificios abandonados como en iglesias, donde ocasionaban graves daños«, explica.

Como ejemplo, cita que en un año llegó a capturar unos 6.000 ejemplares mediante el método de la jaula trampa, especies que luego deriva a núcleos zoológicos. «Es un método de captura efectivo; tú pones la comida y el animal entra a comer. El problema es que en muchas ciudades el número de jaulas que se instalan es insuficiente para las palomas que hay», expone.

Mediante este sistema, sin causar daño alguno a las aves -recalca- ha logrado reducir «considerablemente» su presencia en monumentos históricos como el castillo, donde las palomas incluso habían invadido el interior de varias salas y sus excrementos estaban causando daños en el mobiliario, Unas molestias que también se extendían a los visitantes.

Pero no solo la fortaleza de Consuegra se ha visto 'tomada' por estas aves, pues las iglesias o, incluso, el teatro Don Quijote también estaban sufriendo daños.

Actualmente, Luis presta especial atención a los edificios abandonados del casco urbano, tan propicios para la reproducción de estas palomas, ya que luego se trasladan a otros inmuebles cercanos provocando el taponamiento de los canales de los tejados y su deterioro. «Las recientes tormentas han dejado en evidencia los desperfectos que la palomina ha causado en viviendas, taponando los canalones, evitando de esa forma el discurrir de las aguas de lluvia», relata.

Pero Luis no solo trabaja con el consistorio de su pueblo, sino que ayuntamientos como los de Villacañas, Quero, Mora, Quintanar de la Orden y Urda también tienen contratados sus servicios con el fin de mantener un equilibrio ecológico con estas aves.

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