Vandalizan el coche del presunto asesino machista de Benalmádena
El coche fue retirado este pasado domingo por la grúa tras el ataque de algún vecino
Los vándalos pintaron la palabra «asesino» en rojo y rompieron varios cristales
La mujer de Benalmádena fue asesinada mientras esperaba un juicio rápido contra su exmarido

Pintadas de «asesino» en rojo, ocupando las puertas y el capot. Además, de cristales destrozados. Algún vecino de Benalmádena Pueblo ha decidido descargar su ira contra el coche del hombre en prisión provisional por matar a Lina, la mujer asesinada presuntamente por su ... expareja hace una semana en la estrecha calle Álamos de esta localidad de la Costa del Sol.
Fuentes municipales explican a ABC que el vehículo fue retirado este pasado domingo por la mañana por la grúa tras encontrarse con pintadas y varios destrozos en un descampado donde estaba aparcado con otros coches. El ataque al coche se produjo justo cuando se cumplió una semana de un crimen brutal, que tiene todavía conmocionado a este municipio del litoral de Málaga.
El pasado domingo 9 de febrero de madrugada, el exmarido de Lina llegó a su casa, donde la mujer estaba con sus hijos. Comenzó una discusión entre ambos en la que el hombre la golpeó con un puño americano. Le propinó una brutal paliza antes de ahorcarla. Lo hizo en presencia de sus hijos de once, nueve y siete años.
El padre, después matar a la madre, puso unos colchones y debajo unos cartones. Los prendió y provocó un incendio en la vivienda. Uno de los hijos corrió hacia el piso de arriba. Allí vivía su abuela, que al abrir la puerta supo que algo no estaba bien. El niño narró lo que había pasado.
Llamaron a la Policía y se lo contaron, mientras el presunto asesino trataba de justificar el incendio y creaba una coartada ante el dispositivo de emergencias, el niño llamó a la Policía Nacional para descubrirlo y allí mismo fue detenido.
La noticia del asesinato corrió como la pólvora por el pueblo, que esa misma mañana se concentró. Los vecinos, indignados, cargaron contra la juez por no poner una orden de alejamiento al supuesto asesino, después de haberlo denunciado. «Ahora hay cuatro huérfanos», lamentaba una mujer ante las cámaras de televisión. Lina estaba a la espera de un juicio rápido contra su exmarido por un episodio de violencia machista. No llegó. Antes de sentarse en el banquillo de los acusados la mató.
La mujer presentó una denuncia por amenazas el pasado 21 de enero en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 3 de Málaga. Este procedimiento se derivó en un juicio rápido señalado en el Juzgado de lo Penal 12, pero la mujer murió antes.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) explicaron que era la primera denuncia que presentaba la víctima por violencia de género y que en la misma no relató ante la magistrada haber sido agredida por su pareja.
La víctima relató a sus amigas haber sufrido amenazas, coacciones y vejaciones leves por parte de su presunto agresor. En ese momento añadió que no había sido maltratada físicamente, que únicamente le levantó la mano sin llegar a golpearla. El exmarido de Lina le quitó el móvil y discutieron, en esa pelea el hombre le levantó la mano sin llegar a pegarle. Ella cogió entonces el teléfono de su hijo y llamó a la Policía.
Juicio rápido
Tras pasar a disposición judicial, la mujer solicitó la adopción de una medida de alejamiento respecto de su presunto agresor, pero la juez no dictó la medida al considerar que no concurrían en el caso los presupuestos exigidos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. La Fiscalía también la solicitó, pero la valoración del riesgo para la mujer era «medio».
La familia de Lina explicó a ABC que no solo negó la orden, sino que avisó a la víctima de las consecuencias que podría tener alguna medidas por su parte que impidiera a su expareja acceder a la vivienda de ambos, sin estar divorciados y sin medidas cautelares de por medio. La pareja estaba en trámites de separación. Por ejemplo, se le explicó que no debía cambiar el bombín de la llave de la puerta.
Los niños pudieron salvarse. El de once años, el mayor de los tres que tenía con el supuesto asesino, trató de interceder y también resultó herido. Además, este fue el que buscó refugio en casa de su abuela, que vivía en el piso superior. La casa quedó con los techos apuntalados por el riesgo de desprendimiento. Los niños están acogidos por familiares.
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