Atrapados por las riadas en Andalucía: «Crees que te ahogas en tu propia casa»
En la barriada de Doña Ana de Cártama la Guardia Civil ha tenido que rescatar a varias personas en sus domicilios
La Junta de Andalucía desalojó de forma preventiva a 1.200 personas por las crecidas de los río Guadalhorce y Campanillas por los desembalses

La barriada de Doña Ana en Cártama vive en un suspiro cada vez que comienza a llover. Este año, los vecinos de este pequeño núcleo de población han visto como el río Guadalhorce ha anegado sus casa en dos ocasiones (a finales de octubre y ... este martes), en otra ocasión se prepararon tapiando las puertas para evitar que se anegara. Esta madrugada del martes las tapias no evitaron que el agua inundara las casas. «El agua salía por las arquetas, se filtraba por las paredes, por los grifos de la cocina y hasta por la ducha. Pensábamos que no salíamos», apuntaba Rihanna Muñoz, tras ser rescatada por el Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.
En su casa estaban cuatro personas, que tuvieron que ser sacadas del domicilio con el agua por la cintura. «Llevamos desde casi las cuatro de la mañana achicando agua», decía la abuela de Rihanna con un ataque de ansiedad, mientras la nieta reconocía la «angustia» al verse superados por el agua. «Han sido seis horas. No veíamos superados. Se pasa muy mal. Ya no había pasado antes. Crees que te vas a ahogar en tu propia casa», asegura esta joven, a la que el Ayuntamiento de Cártama envió a un hotel con su familia.
En la misma situación fue rescatada Aurora Cunquero. «Se escucha caer cuatro gotas y nos echamos a temblar», asegura esta vecina, que también tuvo que ser rescatada de su domicilio. «No me puedo ir a otro lugar. Hasta que no termine de pagar la hipoteca cómo me voy a ir. Me vendieron la casa, me hicieron la hipoteca y me cobran el IBI como urbano, pero este año ya se ha inundado dos veces», explica esta vecina.
A finales de octubre, durante la primera DANA, esta barriada se vio anegada. Algunos de sus vecinos salvaron la vida de milagro. Anuar ya no vive allí con su familia. Se marchó después de verse atrapado y tener que salir de su vivienda por una ventana.
Otros se niegan a marcharse. «Es nuestra casa. No nos vamos a ir. El problema tiene solución. Lo primero que tienen que hacer es limpiar bien a los arroyos. Luego buscar encauzar y otras obras», añade Nuria Luque, cuyo domicilio es de los que se han podido salvar por los pequeños diques en las puertas.
El lunes por la noche ya se había procedido al desalojo de varias zonas. Los 1.200 vecinos de la ribera del río Campanillas y del río Guadalhorce por peligro de inundación. Este martes una decena de colegios ha suspendido sus clases por problemas de accesos.
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