El veto petrolero de Trump obliga a Repsol a buscar alternativas
EE.UU., la principal beneficiada de un cese de la actividad de la compañía en Venezuela
La compañía, por el momento, ha trasladado un mensaje de tranquilidad, aunque deberá moverse rápido
Los últimos datos oficiales sobre producción petrolera de Repsol dejan un claro ganador: Estados Unidos. Una situación que genera controversia tras el ultimátum que ha dado la Administración Trump a diversas petroleras, entre las que se encuentra la española, para dejar de exportar ... crudo de Venezuela. La fecha límite para poner todo en orden es el 27 de mayo, aunque ya se ha empezado a trabajar para restablecer la situación y no tener que buscar alternativas, algo que se producirá si finalmente no se logra una nueva prórroga.
En 2024, según consta en el 'Informe sobre las actividades de exploración y producción de hidrocarburos' de Repsol, EE.UU. fue el país donde la petrolera española tuvo mayor producción al sobrepasar los 70 millones de barriles al año. Los siguientes mercados, por volumen, son Venezuela y Trinidad y Tobago, con 24 millones; y sigue en esta lista Perú, con 20 millones; y Reino Unido con 12 millones de barriles. El total anual es de 209 millones, una pequeña rebaja con respecto al ejercicio anterior.
De esta forma, si finalmente Repsol no puede llegar a un nuevo acuerdo de exportación –ahora con Donald Trump– tendría que buscar alternativas para suplir esa producción, y EE.UU. está en la rampa de salida para ser potencialmente la más beneficiada debido a su actual peso.
En este contexto, el máximo responsable de Repsol, Josu Jon Imaz, respondió ayer en primera persona a la decisión tomada en EE.UU. que ha retirado los permisos para la exportación de petróleo procedente de Venezuela. Aseguró que buscarán «diálogo» y todos los mecanismos para seguir operando.
En el marco del foro 'Wake Up' organizado por 'El Español', el directivo vasco recordó que llevan «más de 30 años en Venezuela, pero sobre todo somos productores de gas». Con esta aclaración, que es importante para entender el impacto sobre la medida, Imaz aseguró que «siempre hemos cumplido con la legislación, y estamos muy cerca de la Administración americana».
Por todo ello, el consejero delegado de Repsol se reafirmó en que «seguimos con ese diálogo abierto y fluido». Esperan ser capaces «de buscar mecanismos que nos permitan seguir con este negocio». Sobre todo, sostuvo Imaz, que desde la compañía, y él en primera persona, tienen una visión «atlántica de la vida», y por eso buscan una solución.
Según consta en la memoria anual de Repsol, que se adjuntó con los últimos resultados financieros de 2024, la petrolera reconoce riesgos geopolíticos asociados a su exposición patrimonial en Venezuela, que asciende a 504 millones de euros, lo que incluye inversiones en proyectos como Cardón IV y cuentas por cobrar a PDVSA –la compañía estatal de Venzuela–.
Además, Imaz quiso dejar claro que el Gobierno español, y en concreto el Ministerio de Asuntos Exteriores, ha mostrado su máxima preocupación por el asunto.
Más apoyos
No ha sido la única mano tendida por parte del Ejecutivo. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, afirmó ayer que España está apoyando a Repsol en sus contactos con el Gobierno de EE.UU.
Cuerpo, desde Bruselas, aseguró que llevan «semanas ya en contacto» con la empresa española, «intentando acompañarles y ayudarles en ese diálogo continuo que siguen manteniendo con la Administración americana».
El ministro abordó con el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, la reacción que tendrá la Unión Europea a los nuevos aranceles que se espera que Trump decrete este miércoles contra sus socios comerciales. Algo, además, que también afecta a la exportación de petróleo desde Venezuela, aunque es una amenaza por ahora.
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