el quinto en discordia
¿Ni gobierna ni manda?
Tenemos que agradecer al presidente de Prisa que se haya enfrentado a este Gobierno. Llevado al límite, la suerte del armenio es nuestra propia suerte
Toparse con la realidad
El principal accionista de una compañía, de medios de comunicación, pero compañía, al fin y al cabo, planta cara al Gobierno y nos sorprende. No cede a las presiones para que impulsara un canal de televisión -TeleSánchez- que claramente no tiene ningún sentido empresarial ... y suscita muchísimos comentarios en el resto de los medios de comunicación. Un inversor, por cierto, de marcado perfil financiero que no está dispuesto a comulgar con las pesadas ruedas de molino que le quiere imponer el poder ejecutivo es noticia. Pero no es sólo noticia. También es síntoma de muchas cosas. Es síntoma de los límites que tiene el poder ejecutivo en un estado de derecho como el nuestro si, lógicamente, se quieren ejercer. Es síntoma, también, de que por lo menos una parte de la clase empresarial, en este caso no es española, pero sigue valiendo por lo que tenga de ejemplo para los demás, no está dispuesto a dejarse pisotear. Y lo mejor es que este gesto es un buen termómetro de la deriva de esta legislatura. Este Gobierno, y en concreto su presidente, ante la incapacidad manifiesta de gobernar se decantó por mandar. Mandar, además, de forma ostensible para en cierta medida tratar de justificar su razón de ser que es el poder por el poder mismo.
No soy capaz de aprobar los presupuestos, pero de un día para otro quito al presidente de Telefónica y lo remplazo por una persona afín y de marcado carácter político, saltándome todas las normas hasta las más elementales de cortesía. No me atrevo a acercarme al Congreso porque cualquier trámite es un calvario, pero fuerza a los principales empresarios a hacerse la foto en un foro económico internacional la misma semana en la que se estaban debatiendo la prórroga de unos impuestos arbitrarios a dos importantes sectores empresariales españoles. Y podríamos seguir con muchos otros ejemplos que ahora constituyen el día a día de este Gobierno con Sánchez a la cabeza.
Para un presidente para el que la forma se ha convertido en el mensaje una derrota como la que está protagonizando con luz y taquígrafos es más que un pequeño traspiés. Es la muestra de que no solo no gobierna, sino que también está dejando de mandar. Así las cosas, tenemos que agradecer al presidente de Prisa que se haya enfrentado a este Gobierno. Llevado al límite, la suerte del armenio es nuestra propia suerte. Su éxito será el éxito de todos en cuanto evidenciará que lo que le pueda quedar a este Gobierno son gestos, gestos que no llevan a ninguna parte, gestos irrelevantes, gestos vacíos de contenido. Ni gobierno, ni mando.
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