Europa no puede prescindir del petróleo ruso porque no hay stocks en los mercados
EE.UU. y Reino Unido han decidido no comprar crudo a Rusia e incitan al Viejo Continente a seguir sus pasos
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden , ha prohibido hoy las importaciones de petróleo, gas y otros combustibles procedentes de Rusia por la invasión de Ucrania, una decisión que ha sido secundada por el primer ministro británico, Boris Johnson, quien anunció que se dispone ... a cortar las importaciones de petróleo ruso a finales del año, pero de manera más escalonada.
La Administración norteamericana trató de coordinar esta decisión con sus socios europeos, pero la falta de consenso ha llevado a Biden a actuar en solitario. No obstante, reconoció que «hay aliados europeos que no se nos pueden unir porque EE.UU. produce más petróleo que todos los socios europeos combinados». Rusia vendió a EE.UU. el año pasado un 3% de todo el petróleo importado, unos 200.000 barriles diarios.
Automáticamente, y provocado sobre todo por los especuladores, los precios del petróleo volvieron a subir y superaron los 133 dólares el barril ante esta nueva turbulencia en los mercados.
El problema más importante que tendría Europa si dejara de comprar petróleo a Rusia es que actualmente no hay crudo suficiente en los mercados que pudiera satisfacer esa demanda . Con la pandemia, los países exportadores no solo redujeron al mínimo su producción ante la drástica caída de la demanda mundial, sino que dejaron de invertir en los yacimientos. A día de hoy, la oferta crece a un ritmo mucho menor que la demanda , ya que esta se ha acelerado por la recuperación económica, sobre todo en Asia, con China a la cabeza.
De hecho, antes de que estallara la guerra de Ucrania, la cotización del petróleo ya se había encarecido un 50% en 2021 . Y este año, hasta la invasión del ejército ruso, había subido otro 25,6% y, desde entonces, otro 34%.
Una de las primeras consecuencias ha sido el fuerte incremento de los precios de los carburantes, que ya subieron un 25% en 2021.
Jugar con las cartas marcadas
Con estos movimientos, EE.UU. y Reino Unido juegan con las cartas marcadas, ya que sus importaciones de crudo ruso son insignificantes. El primero, además, es el mayor productor de petróleo del mundo. Sin embargo, Europa no puede permitirse cortar de un día para otro sus importaciones de crudo ruso, ya que suponen el 29% del total.
Según el último informe de BP Statistical Review of World Energy, Rusia vendió a Europa 138,2 millones de toneladas de petróleo en 2020, el 53,15% del total de sus exportaciones. Su segundo mayor cliente fue China, con 83,4 millones de toneladas (32%). A gran distancia están Japón (5,1 millones de toneladas), EE.UU. (3,7 millones) y la India (2,6 millones).
Por su parte, Estados Unidos exportó a Europa 57,9 millones de toneladas de crudo en 2020, el 12,2% del total. En 2021, España importó de EE.UU. poco más de 4 millones de toneladas, el 7,3% del total y de Rusia 2,5 millones de toneladas, el 4,6% de todo el petróleo importado.
El objetivo de EE.UU., secundado por el Reino Unido, es añadir más castigos a Putin e intentar que otros países sigan su estrategia. Con la primera parte ha conseguido la publicidad que buscaba, pero ha fracasado con la segunda idea.
Además, no hay que olvidar que cuanto más caro esté el crudo más beneficios obtienen las numerosas industrias petroleras norteamericanas, ya que la técnica del ‘fracking’ que utilizan para rebañar el petróleo es muy cara y necesitan que el crudo esté por encima de los 60 dólares el barril para que sea rentable.
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