Fútbol
De Maradona a 'Kvaradona', el desaliñado georgiano que idolatra la hinchada napolitana
Champions League
«Kvaratskhelia es lo más parecido que hemos tenido a Diego. A veces parece que juega con la camiseta del argentino debajo de la suya», cuentan a ABC los hinchas
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El napolitano Paolo Sorrentino, ganador del Oscar a la mejor película extranjera en 2014 por 'La Gran Belleza', confesó nada más recoger la estatuilla que sus cuatro fuentes de inspiración habían sido Fellini, Talking Heads, Scorsese y Maradona. Quizás pronto lo sea también Khvicha Kvaratskhelia ... , el georgiano señalado como sucesor de Diego Maradona y que esta noche es la principal amenaza del equipo napolitano en su duelo contra el Real Madrid de la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions (21.00 horas, Movistar Liga de Campeones).
La ciudad de los mil colores y los mil miedos, como la bautizó Pino Daniele, uno de los cantautores más reconocidos del país italiano, fallecido en 2015 a causa de un infarto, se ha entregado a este joven desgarbado. Motivos tiene. La pasada temporada, Kvaratskhelia hizo campeón de Italia al Nápoles por tercera vez en su historia, firmando dobles dígitos (14 goles y 17 asistencias) en la que fue su primera temporada. «Es lo más parecido que hemos tenido a Maradona. A veces parece que juega con la camiseta de Diego debajo de la suya», explica un grupo de adolescentes a este periódico.
Nos encontramos con ellos en la Via San Biagio dei Librai, en pleno centro de la ciudad, a seiscientos metros de la majestuosa catedral gótico-barroca de Nápoles. Cerca de aquí se ubica el Bar Nilo, el «mayor centro de culto del mundo» en honor a Maradona. Su dueño, Bruno, tiene un pequeño altar con una foto de Diego rodeada de santos, pesos argentinos, un trozo de pelo del Pelusa y un bote relleno de lágrimas del día que se fue de Nápoles. Y atrevido el que no lo crea así.
Fuera de este 'templo' maradoniano, las camisetas de Diego y su icónico '10' se entremezclan con la elástica '77' del georgiano. Ahora, la ciudad tiene nuevo ídolo. Y se nota. Desde el puerto donde atracan los centenares de cruceros que llegan cada año a Nápoles, pasando por las zonas más turísticas hasta llegar a Scampia, uno de los barrios más marginales de la ciudad y en el que Juan Pablo II pronunció un emotivo discurso en 1990 reconociendo que «nunca había sido fácil vivir en Nápoles». En cualquier rincón, Kvaratskhelia ya compite en popularidad con Maradona. También en los barrios de Sanità y Santa Lucia, repletos de murales en honor a Diego. En el caso del jugador georgiano, la zona conocida como los Quarteri Spagnol, ubicada en los barrios de Montecalvario San Ferdinando y Avvocata, cuenta ya con unos cuantos graffitis del '77'.
Sus orígenes
Entre los 30 nominados al Balón de Oro por primera vez en su carrera, con solo 22 años, Kvaratskhelia no lo tuvo fácil hasta su sorprendente aterrizaje en la ciudad partenopea. Khvicha, que en georgiano significa 'estrella que brilla', nació en Nafiku, un diminuto pueblo de 700 habitantes al oeste de su país. Allí aprendió a jugar al fútbol con los pies descalzos. «Pocos podían imaginar entonces que ese muchacho delgaducho se convertiría en una estrella internacional. Los entrenadores temían que físicamente no fuera apto para jugar como profesional», cuenta Levan Salukvadze, consejero del presidente del Dinamo Tiflis, club en el que se formó y debutó como profesional.
Misma experiencia vivió Willy Sagnol, seleccionador de Georgia desde 2021: «Ofrecí a Kvaratskhelia por media Europa y me dijeron que a dónde iba con un georgiano. Todo lo que escuché fue que era un jugador que estaba cansado después del minuto 70». Esa recomendación la hizo cuando Kvaratskhelia jugaba en el Rubin Kazan. Antes había pertenecido al Lokomotiv de Moscú, al que llegó procedente del Rustavi, un recién ascendido de la liga georgiana que lo compró al Dinamo Tiflis con 18 años. Aquel ir y venir le llevó de nuevo de vuelta a su país, tras la invasión ucraniana por parte de Rusia en febrero de 2022. Fichó por el Dinamo Batumi, con el que jugó tres meses, hasta que en ese verano firmó por el Nápoles, por solo 13 millones. Ahora vale más de cien. «Posee una técnica digna de los mejores del mundo y tiene esa cualidad de oler el gol, de encontrar siempre el ángulo más difícil», dice de él Spalleti, su entrenador el pasado curso.
Kvaratskhelia es un diestro que juega a banda cambiada, rápido, técnico, asociativo, potente, con gol y medias bajadas, como si hubiera venido del fútbol de los sesenta y setenta del pasado siglo, ese en el que precisamente su país era una potencia. «En esas dos décadas, Georgia fue considerada la Brasil soviética. Un fútbol muy técnico, estético y elegante, entregado a la creatividad, como Kvaratskhelia», explican en el club napolitano.
Khvicha, cuyo padre Badri y su abuelo Mamia también fueron futbolistas, lleva en su muñeca derecha una pulsera con el nombre de su abuela Dunia, fallecida en enero del pasado año. A ella le decía que quería ser como Guti: «Mi primer ídolo fue él. Cuando jugaba con mis amigos en Tiflis, llevábamos camisetas blancas y yo escribía su nombre en la espalda de la mía. Mi sueño es ganar la Champions con el Real Madrid», explicó meses atrás en una entrevista. De momento, solo será posible con el Nápoles. De Maradona a Kvaradona..
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