ESBOZOS Y RASGUÑOS

Veteranos y noveles

No se trata de un rapto de romanticismo ni de un fulminante ataque de nostalgia preventiva. Luka Modric sigue teniendo fútbol y físico como para merecer más minutos

Opinión: 'Alerta naranja'

Luka Modric ante el Leganés, este miércoles EP

Gonzalo, canterano que venía de marcar esta semana un póker con el Castilla, se tuvo que disfrazar de Meca y Zárate, los Starsky y Hutch de Del Bosque, para acudir al rescate de su equipo en Butarque con un testarazo tan impecable como incontestable. Con ... su gol sobre la bocina selló el pase a semifinales para el Madrid y, de paso, ahorró una prórroga a los suyos poco antes de dos partidos cruciales frente al Atlético de Madrid y el City. Las piernas de sus compañeros, sin duda, se lo agradecerán. Y Ancelotti directamente le hará un monumento al chico.

El partido parecía controlado y casi sentenciado por unos excelsos Modric y Brahim hasta que el incómodo Leganés, matagigantes este año de la Liga, recordó su papel de David y empezó a incordiar. La insurrección del Leganés comenzó con un Juan Cruz que, con esa cabellera teñida con toques rosas, recordaba por momentos a Rufio en 'Hook', el líder de Los Niños Perdidos en Nunca Jamás. Atrevido, insolente, retador y encarador, Cruz tiró del carro del Leganés hasta que las fuerzas le aguantaron, convirtiendo a sus compañeros en unos peterpanes sin miedo a nada. Lo cierto es que este equipo que ha montado Borja Jiménez ha aprendido a vender cara su derrota.

Dijo Álvaro Benito al final de la retransmisión del partido que no terminaba de entender por qué Modric juega tan poco. Y me parece una duda razonable. Es cierto que el croata, enfilando ya la cuarentena, tiene que dosificar sus minutos (no olvidemos que sigue yendo con su selección). Pero, del mismo modo, también es verdad que todavía no se ven esos signos de declive físico que muchos llevan vaticinando meses y años. Puede que ya no posea el mismo explosivo cambio de ritmo de antes, pero sigue marcando goles importantes, sigue jugando con sentido común y sigue compitiendo sin regatear esfuerzos. No se trata de un rapto de romanticismo ni de un fulminante ataque de nostalgia preventiva. Luka Modric sigue teniendo fútbol y físico como para merecer más minutos. Tenga la edad que tenga.

El deporte favorito de España siempre se ha dicho que es la envidia. Discrepo. Creo que es «retirar jugadores». Ese sí que es el auténtico pasatiempo nacional. En cuanto un futbolista pasa la treintena, ya se convierte en un bulto sospechoso. Independientemente de todo, la cuenta atrás ya ha comenzado. Se le mira con desconfianza y se buscan sustitutos. La obsolescencia programada empieza a surtir sus efectos. Y los clubes, lejos de contribuir a desterrar estos mitos, participan de esta locura compartida ofreciendo a sus futbolistas renovaciones de año en año, sin importar ni sus prestaciones, ni su historial médico. Solo lo hacen mirando el DNI.

El escritor Juan José Millás contaba hace poco, entre el estupor y el horror, que al renovar su carnet de identidad ya no le venía en el mismo una fecha de caducidad. Se presume que, a partir de cierta edad, uno ya está en el tiempo de descuento. Todo lo que llegue, pues, bienvenido es. Modric tampoco parece tener puesta una fecha de caducidad en su DNI. Ni mucho menos en sus botas.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios