El juicio a Rubiales enfila esta semana su recta final
La seleccionadora Montse Tomé y dos testigos abrirán este lunes la fase de peritos y, luego, empezarán los acusados
Ángel Martín: «Lo del beso de Rubiales no fue para tanto, hizo cosas peores»

El juicio contra Luis Rubiales, Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera quedará visto para sentencia esta semana si se cumplen las optimistas previsiones del juez, que en la última sesión de la vista que se celebra en la Audiencia Nacional ajustó el calendario ... para que los pocos testigos que quedan por comparecer lo hagan el lunes y los acusados comiencen a hacerlo, a más tardar, el miércoles. El jueves serían los informes de conclusiones de las partes y con ellos, el punto y final.
Se cumpla o no este calendario, lo que depende en gran medida de lo que los cuatro se extiendan durante sus declaraciones, el juicio enfila estos días su recta final, pero con hitos destacados que pueden inclinar la balanza en favor de las acusaciones o las defensas frente a los relatos de los testigos que se escucharon la semana pasada en la sala de vistas. Desde la propia denunciante, Jennifer Hermoso, hasta personas otrora fuertes en la Federación, como el exdirector de Comunicación, Pablo García Cuervo, o el expresidente del fútbol femenino Rafael del Amo, pasando por el actual seleccionador, Luis de la Fuente, hasta las jugadoras Misa Rodríguez, Irene Paredes, Laia Codina y Alexia Putellas, dibujaron con más o menos precisión (y alguna que otra contradicción) la imagen de una estrategia para salvar a Rubiales de la hoguera mediática después del beso en el medallero del Mundial en agosto de 2023.
Si esas maniobras se tradujeron en delitos de coacciones sobre Hermoso o no, está por dirimir. También se contestará estos días si el beso, como dicen tanto la jugadora como los testigos que estuvieron con ella, fue no consentido y su relevancia penal.
Empieza ahora el momento clave de las defensas, tanto por la contundencia de los relatos que expongan los propios acusados, como por la eficacia de la prueba documental y pericial que vayan a someter al plenario.
En este apartado destacan tres claves. La primera, una pericial realizada por un experto en lectura de labios aportada por la defensa de Rubiales que pretende acreditar que le propuso «un piquito» a Hermoso y dar por hecho así que ella lo consintió. Cabe recordar que en el único vídeo de ese momento ella está de espaldas, por lo que no son sus labios los que se van a leer, y que en todo caso, él le sujetó la cabeza tapándole los oídos en un momento que duró, como declararía ella, milésimas de segundo.
Otra prueba relevante es un vídeo del que ya se mostró parte la semana pasada en la Audiencia Nacional. El hermano de Hermoso, puntal de la acusación de coacciones contra Vilda porque fue a él a quien se dirigió en el avión, en teoría, para decirle que su hermana debía ayudar a Rubiales porque le quedaba ya «poco fútbol» a su edad, le defendió en una entrevista en televisión sólo unas horas después del incidente. No llegó a emitirse esa parte de la conversación con el periodista, pero la defensa tiene los brutos. Dice específicamente que no hubo coacciones a las familias y, menos, del entonces seleccionador.
La tercera no es de descargo sino de cargo. Los mensajes «desafortunados», que diría el abogado de Albert Luque en la Sala, que él le mandó a la amiga de Jennifer Hermoso, Ana Ecube, después de intentar visitar a la jugadora en Ibiza sin que ella le recibiese. «Dile a Jenni de mi parte que esto son dos días y que se encontrará después solita, solita», le dice, después de tachar de «bajeza humana» su negativa a exculpar públicamente a Rubiales, por ejemplo.
La hora de Montse Tomé
Hay una más, que afecta a Rivera, y también son mensajes. Los que aportó su defensa para evidenciar que no estaría presionando a la jugadora cuando seguía escribiéndole con naturalidad durante la estancia en Ibiza para pedirle gestiones como comprar un bikini o hacer una reserva.
Cuando estas y otras pruebas se hayan exhibido en la Sala llegará el turno de la declaración de los acusados, que pueden elegir por quién se dejan interrogar y hasta qué punto contestan.
Pero antes toca escuchar a la seleccionadora nacional Montse Tomé, que inaugura este lunes la jornada como testigo y que entró 'in extremis' en la lista, como en instrucción. Durante las pesquisas, sobrevoló que el hecho de que Hermoso no fuese convocada al primer partido de la selección tras ganar el Mundial era una consecuencia más de no haber defendido a Rubiales, sobre todo porque la idea que se trasladó en su momento es que la decisión buscaba «protegerla» de la presión mediática.
El juez instructor, Francisco de Jorge, rechazó llamar a Tomé como testigo porque entendía que eran hechos que no tenían nada que ver con el beso y las coacciones, pero la Sala de lo Penal admitió un recurso de la defensa de Vilda y obligó a que se la escuchase en el juzgado, donde adujo razones deportivas.
La fiscal ha preguntado a varios testigos estos días por la exclusión de Hermoso y el juez Fernández-Prieto ha puesto pegas porque, igual que en su día el instructor, no ve qué relación puede tener con los hechos que se juzgan. Sin embargo, su testifical está admitida como prueba y hay que practicarla. Tendrá que detallar con obligación de decir la verdad por qué la dejó fuera.
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