Borrachera de toreo cadencioso en Íscar
Dos faenas cumbre a cargo de Emilio de Justo y Pablo Aguado en la alternativa de un serio Darío Domínguez
Un agosto taurino de incertidumbre por las bajas de Morante y Roca Rey: estos son todos sus carteles

Tarde de calor en el coso semicubierto de Íscar. Animosas peñas en los tendidos llenaron la plaza, prácticamente, para ver la alternativa del torero local Darío Domínguez, y lo que empezó con buen pie por parte del toricantano, terminó a lo grande con dos ... toreros en plena sazón por la puerta grande, de Justo y Aguado.
Tras un insustancial tercio de varas al primero de la tarde, brillaron, en el segundo tercio, los espléndidos pares de banderillas de Curro Javier y la extraordinaria brega de Ambel. Después de la ceremonia de alternativa, el recién doctorado torero estuvo voluntarioso y con gusto, robándole muletazos al toro, que manseaba, pero al que llevó bien conducido hasta el final. Recibió un buen trato de este joven torero, que estropeó con el mal uso de la espada.
El segundo de la tarde fue recibido por un excelente ramillete de verónicas de Emilio de Justo. Más largo y templado iba por el izquierdo, que le permitió al matador dejar dos excelentes lances por ese pitón y una media de remate cadenciosa. El extremeño enseguida se dio cuenta de que el pitón bueno del toro era en el izquierdo, y sobre él basó el cuerpo de la faena. Recetó algunos naturales magníficos rematados, rematados con sus habituales y personalísímos pases de pecho. Pena que no lo matara la primera, porque perdió el doble trofeo.
Al tercero de la tarde, un burraco precioso de hechuras, se le vio una clase excelente desde el recibo magistral a la verónica de Aguado. Deleitó a los presentes con unas verónicas por el izquierdo y una larga eterna para poner al público en pie. Excelente tercio de banderillas a cargo de Juan Sierra y lógico el brindis del matador al público, viendo la calidad del toro. Toda la faena fue una obra de arte, de principio a fin. Desde los trincherazos iniciales, sacándose el toro a los medios, hasta los doblones finales, cerrándolo. Entre medias, una sinfonía de naturales marca de la casa parando el tiempo y excelentes pases de pecho. Incluso también por el derecho, el toro acabó embistiendo casi con la misma calidad que por el otro pitón. Una pena las fuerzas justas que manifestó, pero que la muleta de seda de este torero hizo olvidar. Era faena de rabo, que un pinchazo y una estocada algo caída hicieron que un cicatero presidente sólo concediera una oreja. Dio una clamorosa vuelta al ruedo.
El cuarto tuvo la misma clase y bravura que el anterior, así como la misma escasez de fuerzas. Pero contó con un torero que vuelve a verlo clarísimo y que supo lucirlo, disfrutando con él. La fijeza del toro y su nobleza ayudaron a componer unas series de redondos antológicos y unos pases de pecho largos, profundos y eternos. No se cansaba Emilio de torear a lo grande y se echó al final de faena de rodillas para torear una serie muy limpia con el toro incansable de embestir y con las fuerzas recuperadas. Lo que es caer en buenas manos lidiadoras. Esta vez rubricó de un estoconazo en todo lo alto que levantó una petición clamorosa de las dos orejas, que esta vez concedió.
Aguado recibió al quinto con verónicas de factura exquisita alternadas con unas chicuelinas a cámara lenta. No se cansa este torero de torear despacio. Es su seña de identidad. En banderillas evidenció fuerza justa y menos clase que sus hermanos anteriores. Pero un Aguado en estado de gracia volvió a regar el ruedo del toreo más cadencioso posible. Lo recibió en los medios y, sin probaturas. El toro iniciaba el muletazo metiendo la cara haciendo el avión, pero a mitad de trazo se rebrincaba y se quedaba más corto, por debajo. El exquisito trato fue borrando estos defectos, y acentuando las virtudes del burel. Algún molinete lo dio como quien no hace nada, casi imperceptible, pero torerísimo. Lo cerró con muletazos larguísimos, de una enorme plasticidad, por bajo, y un largo pase de pecho fue preámbulo de una efectiva estocada. Esta vez sí fueron a sus manos las dos orejas.
Plaza de toros de Íscar
- Íscar (Valladolid). Domingo, 6 de agosto de 2023. 3/4 de entrada. Toros de Garzón Valdenebro.
- Emilio de Justo, de tacaco y oro. Pinchazo y estocada desprendida (oreja). Estoconazo (dos orejas). Puerta grande.
- Pablo Aguado, de azul marino y oro. Pinchazo y estocada caída (oreja con fuerte petición). Estocada rinconera (dos orejas). Puerta grande.
- Darío Domínguez, de blanco y oro. Pinchazo, estocada corta perpendicular y dos descabellos (vuelta). Pinchazo y media caía pescuecera y descabello (oreja)
Salió el sexto toro, tan blando como los anteriores, y con unas bondades similares; pero pareciera como que la tarde de sus dos inspiradísimos compañeros le hubiera pesado al joven toricantano. Lo intentó siempre con voluntad, pero evidenció su bisoñez. De agradecer su corte de torero clásico y serio. De nuevo falló con los aceros, aunque cortó una oreja cariñosa.
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