Hanna Schygulla: «Me atrae de Borges su relación con lo inexplicable, con lo laberíntico»
La actriz alemana presenta en La Abadía su espectáculo sobre el autor argentino, que interpreta la argentina Andrea Bonelli
Schygulla: «Almodóvar está llegando ahora a la ternura de Fassbinder»

Cuenta Hanna Schygulla que conoció a Borges en Cuba. «Yo estaba rodando una serie con guion de García Márquez. A la persona que me maquillaba todos los días le gustaba mucho la literatura, y una mañana me dejó sobre las rodillas –yo me ... llevaba el guion para estudiar, pero solía quedarme dormida– un papel en el que había un verso: 'No hay una cosa que no sea una letra silenciosa de la eterna escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo'. No entendí bien la frase, pero a veces nos agarramos con más fuerza a las cosas que no entendemos. Aquel verso me llegó muy adentro; coincidía con lo que yo quiero que sea la vida. Así empezó mi relación con Borges».
Hanna Schygulla, una legendaria actriz nacida en 1943 en la localidad alemana de Königshütte (ahora Chorzów, en Polonia) está en Madrid para el estreno en el Teatro de La Abadía (espacio que visita por tercera vez) de 'Borges y yo', un espectáculo creado e interpretado por ella hace dos décadas y que ha vuelto a poner en pie para la actriz argentina Andrea Bonelli. Le acompañan dos músicos –el tango está inevitablemente presente en la función–: Peter Ludwig (piano) y Peter Wöpke (violonchelo).
«Me atrae de Borges su relación con lo inexplicable, lo laberíntico. Su fuerte impronta me llega con el poder inmediato de ciertas frases capaces de abrir velos en los horizontes de nuestra existencia», ha escrito la intérprete alemana, habitual en las películas de Rainer Werner Fassbinder, entre otros directores. «Es difícil saber por qué te interpela Borges –completa Andrea Bonelli–. No es un autor encuadrado en el realismo mágico, pero hay realismo mágico en sus textos. Hay un libro suyo, 'Los conjurados', que me toca especialmente. No sabría explicar por qué, pero me transmite algo que yo quiero para mi vida».
Hanna Schygulla y Andrea Bonelli se conocieron hace veinte años. Y hace dos mantuvieron un encuentro en el Café Víctor Hugo de París. Allí hablaron durante un largo rato y al día siguiente la intérprete alemana llamó a la argentina. «Me dijo que quería regalarme este espectáculo», recuerda Andrea Bonelli. A partir de entonces, empezó el trabajo conjunto; hubo, cuenta la actriz argentina, un cambio de concepto. «El espectáculo que hacía Hanna Schygulla era más un concierto y ahora es una versión más performativa. Hay imágenes, proyecciones... Cambié un cuento porque su significado en Argentina podía ser diferente, y añadí otro cuento, 'El enemigo'».
Hanna Schygulla estuvo en el Teatro de la Abadía en dos ocasiones para interpretar 'Hanna Schygulla canta' (1997) y 'Brecht… aquí y ahora' (2000). Ahora ha viajado a Madrid para conocer este espectáculo «reciclado», que no ha podido ver todavía. Tras mes y medio de trabajo en París, Andrea Bonelli armó 'Borges y yo' –'Recuerdo de un amigo futuro' es su subtítulo– en Buenos Aires; viajó después a Montevideo y lo presenta en La Abadía después de llevar el espectáculo a Canarias. «Es un trabajo reciclado –dice la actriz alemana–; así tiene que ser la vida; si no, nos ahogamos en lo que existe. Sabemos que todo tiene un principio y un final, pero lo contrario también es posible».
Hanna Schygulla asegura que le encantó la idea de recuperar este espectáculo, y más con una intérprete argentina, de modo que Borges volviera a sus orígenes. La pasión del pianista Peter Ludwig, un músico de formación clásica, por el tango, terminó de dar forma a una idea que tenía la actriz: «combinar lo más popular que hay en Argentina, que es el tango, con la alta literatura de Borges. El espectáculo trata de recorrer este camino entre lo más sublime y lo más popular». «Los argentinos tenemos el tango tan interiorizado, es tan nuestro, que no nos damos cuenta de lo que dicen sus letras y cuál es su significado –apunta Andrea Bonelli–. Para mí ha sido importante meterme de nuevo en ellos y ver qué dicen los textos, esa poesía. Y lo mismo con los cuentos del gran Borges».
Ese espacio tan difuso entre la vigilia y el sueño, el concepto del tiempo, en el que Borges está cercano a San Agustín, como recuerda Juan Mayorga: «El santo escribió: 'Si nadie me pregunta qué es el tiempo, lo sé, pero si me lo preguntan y quiero explicarlo, ya no lo sé'», planea sobre el espectáculo. «Hay cuentos fantásticos y hay vida, que es también un cuento fantástico», concluye Hanna Schygulla.
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