El libro póstumo de Almudena Grandes: la historia que comenzó una novelista y acabó un poeta

«Haremos lo posible, pero la conversación será un pálido reflejo de lo que habría hecho o dicho Almudena. Intentaremos contar esta novela tan fuera de lo común», dice Juan Cerezo ante un auditorio lleno de periodistas y en el que la actriz Aitana Sánchez Gijón toma la palabra para leer dos pasajes de la historia a cuyo audiolibro ella ha dado voz. «Tenéis que perdonarme si la emoción me juega alguna mala pasada». Y se la jugó. Durante treinta segundos la actriz respiró profundo para contener el llanto y continuar la lectura.

Con Almudena Grandes reina siempre el exceso, la hipérbole. En ella hasta la tristeza milita. Y algo de eso tiene esta novela, que Almudena Grandes comenzó a escribir en verano de 2020, en plena pandemia y estado de alarma como medida para combatir el coronavirus. Como ya había hecho durante la crisis económica con 'Los besos en el pan', la escritora aparcó el sexto volumen de su serie 'Episodios de una guerra interminable' y se volcó a escribir 'Todo va a mejorar'. Ya le habían diagnosticado de cáncer. «Se dedicó a la novela porque era una manera de agarrarse a la vida», explica Luis García Montero en su conversación con Juan Cerezo.

Como toda la obra de Almudena Grandes, este libro asume una posición política. En una España distópica surge un nuevo partido político dirigido por un empresario de éxito que acabará convirtiendo la nación en una dictadura sin prensa libre ni internet. En esta metáfora de la pandemia, un grupo de ciudadanos decide «echarse al monte» para ir contra el poder establecido.

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'Todo va a salir bien' mantiene el maniqueísmo canónico de Almudena Grandes. Ella misma describió la novela en esos términos, poco antes de morir: «Estoy escribiendo una novela que transcurre en la primera mitad del siglo XXI, pero sin determinar un momento concreto, porque es todo ficción. España se convierte en una dictadura ultracapitalista. El país entero se transforma en una empresa privada que tiene dueños, los propietarios de las grandes compañías españolas. Naturalmente, también hay unos buenos resistentes, porque en mis novelas siempre hay resistencia».

Si algo hace este libro especial, distinto a cualquier otro escrito por Almudena Grandes, es su intrahistoria. «Cuando poco a poco fuimos comprendiendo que no había salida al cáncer, Almudena me dijo que ya no tenía fuerzas para terminar», narra de viva voz Luis García Montero en la rueda de prensa. «En ese momento me pidió que con los datos y la ideas que me daba, redactase yo el final». Lo hice siguiendo las indicaciones y notas de Almudena. En el epílogo explico hasta dónde había llegado ella y hasta dónde llego yo», explica el poeta y marido durante 25 años de esa mujer a la que, después de muerta, le guarda la más importante de todas las fidelidades, la de mantener viva su propia voz.