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El joyero del Rey Juan Carlos

Se llama Patrick Mavros y diseñó la hebilla del llamativo cinturón que llevaba el Rey en su comentado posado para «¡Hola!»

El joyero del Rey Juan Carlos EFE

Beatriz cortázar

Con 14 kilos menos y vestido de sport la imagen del Rey Don Juan Carlos en la portada de la revista «¡Hola !» con motivo de su 70 aniversario ha generado muchos comentarios. La mayoría han sido positivos . Se ha alabado su nueva planta —considerando que mañana cumplirá 76 años— y también que posara sin las muletas, junto a sus dos perros labradores con los que pasea por los jardines del Palacio de la Zarzuela.

Una cuidada sesión de apenas dos fotografías que la revista se apunta como exclusiva y que es la manera con la que el Monarca distingue a esta publicación, señera en la prensa española.

Sin duda alguna, del vestuario del Rey lo que más llama la atención es el cinturón de cocodrilo que luce con hebilla plateada. Suele llevarlo en muchísimas ocasiones cuando está en actos privados y es que Don Juan Carlos tiene un especial cariño por esta pieza que tiene su autor y su historia y que refleja muy bien no sólo su pasión por la caza sino también su atracción por el continente africano.

Se trata de una hebilla realizada por el escultor Patrick Mavros, natural de Zimbabue, y hoy toda una celebridad entre la realeza.

Como él mismo explica, este diseño, q ue cuesta 661 euros , se ha inspirado en los cocodrilos que se encuentran en la orilla del río Zambeze. La pasión de Mavros por los animales africanos le viene desde la infancia. A los cinco años tuvo polio y se pasó un año entero sin poder caminar.

Clientes famosos

Su única distracción era dibujar las aves que tanto le fascinaban y los animales que se encontraban en su ciudad natal. Con los años y después de ser panadero y soldado, acabó diseñando joyas, la mayoría en plata, que prepara en moldes de cera de un único uso. Así es como se ha hecho la hebilla que luce el Rey y que es una continuación de la piel de uno de los animales que más fascinación despierta en Mavros y que destaca por su record de supervivencia ya que es de las pocas especies que quedan de la prehistoria.

Tras 27 años esculpiendo animales y más de 500 obras realizadas, Mavros se ha convertido en uno de los artistas más buscados por las Casas Reales. Muy seguidores de su obra son los Duques de Cambridge y de ahí que sus íntimos amigos les regalaran unas miniaturas de animales en plata con motivo del nacimiento de su primer hijo, el Príncipe Jorge.

Al igual que nuestro Rey, el Príncipe Guillermo también es un enamorado de África y de ahí que lo eligiera como destino de su año sabático y también como marco perfecto, un safari por Kenia, para pedirle matrimonio a Kate Middleton.

Fue la Duquesa Catalina quien primero descubrió a Mavros cuando estuvo diseñando joyas. Compró varios pendientes con forma de animales y desde entonces el matrimonio se ha hecho coleccionista de sus esculturas con las que decoran su apartamento en el palacio de Kensington. Y no son los únicos. Con tienda en Londres otra de sus clientes es la escritora J.K. Rowling , que adquirió un pájaro en plata inspirado en las aves que pueblan Mauritania. Eso no es todo: según medios inglese s Don Juan Carlos le encargó que customizara la palanca de cambios de su coche con un pangolín, un mamífero parecido al armadillo cuya característica principal es que tienen el cuerpo cubierto de grandes escamas y se hacen bola cuando se sienten amenazados.

Con su aspecto desaliñado y su melena despeinada este escultor de 60 años ha conseguido que sus cuatro hijos sigan sus pasos. En sus exposiciones o inauguraciones reúne siempre a la flor y nata de la realeza como cuando en el hotel Ritz de Madrid contó con una larga lista de invitados, entre los que estaba la princesa Corinna Sayn Wittgenstein, amiga del escultor, además de otros miembros destacados de la aristocracia española. Siempre con África como fuente de inspiración ha conseguido que sus animales sean pendientes, colgantes, hebillas o hasta ceniceros. «Me gusta trabajar la plata porque rejuvenece», ha declarado. También porque hacerlo en oro aumentaría considerablemente el valor de su obra y eso es algo que no quiere que ocurra. «Me daría mucha rabia que alguien que admirara mis esculturas, no pudiera adquirirlas por su elevado precio», ha reconocido en alguna ocasión.

Aunque en España son pocos los que conocen su talento y la fama que ha ido ganando en los últimos años, con la imagen del Rey —luciendo su emblemático cinturón de cocodrilo y plata— a partir de ahora es más que probable que a Mavros le salgan muchos seguidores e incluso imitadores. A fin de cuentas convertirse en el joyero de la realeza siempre es una garantía de éxito.

El joyero del Rey Juan Carlos

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