En vídeo: el respeto de los sevillanos al paso de la Borriquita bajo la lluvia

Eran poco más de las tres de la tarde de un Domingo de Ramos en Sevilla en el que la calima y la amenaza de lluvia, hecha realidad poco después, eran las protagonistas de la jornada. El primer cortejo de la hermandad del Amor, con el paso de la Borriquita al frente y un desfile de nazarenitos blancos, enfilaba con velocidad la calle Cuna camino de la Carrera Oficial tras su salida a la hora estipulada en la plaza del Salvador.

Pocos minutos después comenzaban a caer las primeras gotas, que se convirtió en un breve aguacero cuando el paso del Señor de la Borriquita cruzaba la confluencia de la calle Laraña con la calle Orfila.

Numeroso público esperaba allí para ver la cofradía, única que pudo hacer la estación de penitencia completa en el Domingo de Ramos. Un detalle llamó la atención, tal como recoge este vídeo del cofrade Israel Caballero: a pesar de que la lluvia arreciaba, no se abrieron los paraguas, mostrando así el respeto al paso del Señor que sí se estaba mojando de agua y barro.

Una vez pasó el Señor y se adentró en la calle Orfila, entonces sí los paraguas comenzaron a abrirse para guarecerse de la lluvia. Se trató de un simple detalle, un gesto aprendido desde antaño, ese que no se enseña en las escuelas, pero que los sevillanos llevan dentro desde siempre, asimilado tras centenares de años de cofradías en las calles de la ciudad. Un conocimiento y un respeto que no deben perderse nunca, a pesar de que aún siguen existiendo botarates dedicados a hacer vídeos virales paseándose en patinete vestidos de nazarenos.

No es la Sevilla del patinete la que queremos, sino la del más profundo respeto a las Imágenes Sagradas que concitan la devoción de miles de personas.