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Ni Susana Díaz ni Manuel Chaves ni Pepe Griñán se acercaron al Congreso del PSOE de Sevilla

Amparo Rubiales, reelegida como presidenta de los socialistas sevillanos, fue la única representante de la vieja guardia socialista

Javier Fernández confirma a Antonio Muñoz como candidato a la Alcaldía de Sevilla

María Jesús Montero durante su intervención víctor rodríguez
Jesús Álvarez

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Ni Susana Díaz ni sus antecesores en la Presidencia de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, se acercaron al hotel Vértice de Bormujos, sede del congreso de los socialistas sevillanos, para saludar a los delegados y líderes locales del partido. No dio la impresión de que nadie los echara de menos, al menos nadie los mencionó. Maria Jesús Montero, la vicepresidenta del Gobierno y rival de Juanma Moreno Bonilla, en las próximas elecciones autonómicas, sí se acordó de Amparo Rubiales, la única de esa generación que no sólo estuvo sino que fue reelegida como presidenta del PSOE de Sevilla en la lista que lidera Javier Fernández, presidente de la Diputación Provincial. «Eres una mujer muy luchadora y ejemplo para todas las mujeres», dijo de ella la también ministra de Hacienda. En el vídeo de presentación proyectado a los delegados socialistas sí apareció toda la vieja guardia socialista, incluidos Felipe González y Alfonso Guerra, distanciados de los dirigentes de esta nueva generación.

Al lado de Montero, en primera fila, se sentó Alfonso Gómez de Celis, vicepresidente del Congreso y exmano derecha de Alfredo Sánchez Monteseirín en el Ayuntamiento de Sevilla durante sus tres mandatos. A Antonio Muñoz se le vio contento y animado, no en vano era el presidente del Congreso, y no solo dio ánimos a María Jesús Montero en su hercúlea misión de sacar a Juanma Moreno de San Telmo, sino que se los dio también a sí mismo y a su colega de Bormujos en el asalto -tampoco fácil- a las respectivas alcadías de Sevilla y de la localidad aljarafeña que acogió el cónclave socialista. Que Montero puede con todo, por increíble que parezca -delante de un micrófono-, quedó claro cuando dijo que no se podía consentir que el Norte (de España) siguiera siendo rico y al Sur (Andalucía) se le condenara a seguir siendo pobre, de lo que culpó a la «falta de ambición» de Moreno y de sus políticas. De los pactos con Junts para mantenerse en el poder (beneficiando a Cataluña con prebendas económicas y perjudicando al resto de comunidades españoles) no dijo absolutamente nada. Ni del cierre del Hospital Militar de Sevilla y de los casi 15 años que se mantuvo así, por ella y sus compañeros de Gobierno, hasta que llegó el PP «privatizador» y lo resucito. No le hizo falta decir nada de eso, aunque su auditorio de este sábado parecía dispuesto a creer cualquier cosa que saliera de su boca.

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