Callejero
Segura, el único arzobispo de Sevilla sin calle
El cardenal, que mantuvo un fuerte desencuentro con Franco, es el último de los prelados hispalenses que la ciudad no ha incluido en el nomenclátor
Asenjo se une a la larga lista de prelados en el callejero aunque el cardenal de la posguerra no tiene un rincón en la capital
El Pleno aprueba rotular una calle con el nombre del arzobispo Asenjo en la trasera del Seminario

Asenjo se va a unir a la larga lista de prelados hispalenses que van a tener calle próximamente en Sevilla. Sin embargo, hay uno que no tiene un hueco en el nomenclátor como es Pedro Segura, cardenal arzobispo que ocupó la sede después de ... la Guerra Civil hasta mediados de los años 50.
Fue muy crítico con el régimen franquista durante sus primeros momentos y anteriormente, también tuvo problemas con la II República. Además, durante su etapa en la ciudad, se tuvo que reconstruir gran parte de las iglesias y conventos destruidos durante la contienda y se desarrollaron grandes procesiones con motivo de efemérides como el patronazgo de la Virgen de los Reyes, el VII centenario de la Reconquista o la proclamación del dogma de la Asunción.
El último cardenal al que se le puso una calle en la ciudad fue Carlos Amigo Vallejo en la antigua Placentines, al lado del Palacio Arzobispal y debajo de la Giralda. Al lado del lugar donde vivió, se colocó una placa recordando su figura y lo que significó para la Archidiócesis.
También, su predecesor José María Bueno Monreal, tiene una avenida en Sevilla entre el barrio del Porvenir y el Tiro de Línea. Esta vía fue diseñada y construida de cara a 1992 con motivo de la Exposición Universal y supuso una gran transformación para esta parte de la capital. Este cardenal fue el que trajo el Concilio Vaticano a la ciudad y construyó numerosas parroquias en barrios que se crearon entre los 50, 60 y 70 como fueron Las Candelarias, Los Pajaritos, Amate o todo el Polígono San Pablo.
Principio del siglo XX
Por su parte, el cardenal Ilundain tiene su calle en la capital cerca de la avenida de la Palmera entre chalés y jardines. El mismo dirigió la Archidiócesis entre 1920 y 1937 y vivió de primera mano la Exposición Iberoamericana, la dictadura de Primo de Rivera, la II República y el inicio de la Guerra Civil. Antes, había estado en la sede hispalense el cardenal Almaraz pero éste no tiene un rincón en el callejero.
Sí lo tiene Marcelo Spínola, beato, cardenal y párroco de San Lorenzo. Su calle es una de las más conocidas del Centro histórico y conecta la plaza de la Gavidia con la parroquia mencionada anteriormente y con la basílica del Gran Poder. También, Benito Sanz y Forés tiene una vía al lado del Palacio Arzobispal entre Don Remondo y Abades. Éste dirigió la Archidiócesis entre 1889 hasta 1895.
Es llamativo que en el nomenclátor hay un nombre de un cardenal pero sin denominarlo así. Fray Ceferino González es la calle que se encuentra entre el Archivo de Indias y la Catedral pero este dominico no se le presenta en el callejero como cardenal sino como fraile.
Otros cardenales que tienen sus calles en la ciudad son Joaquín Lluch en Nervión o Rodrigo de Castro en Ciudad Jardín. Uno del siglo XIX y otro del XVI. También, en pleno centro de la ciudad y al lado del hospital que llevaba su nombre, tiene su vía dedicada el cardenal Cervantes, cuyo sepulcro de alabastro es una de las joyas que posee la Catedral de Sevilla.
Luego, hay que remontarse ya a los primeros obispos de la época visigoda para encontrarse nombres en el callejero como son San Laureano en el entorno de la Puerta Real, San Isidoro al lado de la Alfalfa o la plaza de San Leandro, enfrente del convento de San Agustín.
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