Los negocios de extranjeros son ya mayoría en algunos barrios de la Macarena en Sevilla
En algunas zonas, como la plaza Playa de Punta Umbría, no hay locales llevados por españoles; como la mayor parte de la población es foránea, peluquerías, bares y tiendas de alimentos se adaptan a los nuevos vecinos
En la Macarena hay zonas en la que la población extranjera supera a la española. El barrio ha pasado en 20 años de 5.000 extranjeros a superar los 12.000 según reflejan los últimos datos recogidos por el padrón municipal.
Ejemplo de ... ello son los alrededores de la plaza de la Playa de Punta Umbría que como indica el estudio realizado por ABC a partir del censo de población publicado por el INE, es la manzana donde se concentra más población extranjera en Sevilla. Esta se encuentra en el corazón del sector delimitado entre la avenida Doctor Fedriani, la calle Playa de Chipiona, la avenida de San Lázaro y la calle Doctor Leal Castaño, donde el 61% de la población es extranjera. Los inmigrantes que viven en esta plaza proceden en su mayoría de países de América, con un 81% de representación y 773 habitantes. El 10% son africanos, unos 98 vecinos. Europeos y asiáticos con los minoritarios, con una representación del cinco y tres porciento en la zona; 50 y 30 residentes respectivamente.
La plaza Playa de Punta Umbría es el evidente signo del cambio que ha vivido este barrio sevillano, en la actualidad no queda ni un negocio español en los locales que rodean. Ante la mayoría de población inmigrante resulta lógico que los nuevos habitantes ofrezcan los servicios que interesan a la comunidad.
Jorge trabaja en 'Mundo latino', una tienda donde poder hacerse con todo tipo de productos alimenticios exportados de América que no se encuentran en los supermercados españoles convencionales. Él como el resto de comerciantes, vive en la zona. «Los vecinos quieren los productos propios de su país» declara este nicaragüense a ABC de Sevilla. Explica que el 90% de sus clientes son latinos, «los españoles que vienen es porque están casados con latinoamericanos». Confiesa que «en la mayoría de los casos» es un barrio donde se acoge bien al que viene de fuera.



Al doblar la esquina, en la calle Playa de Marbella, resisten los últimos negocios de lo que fue esta zona de la Macarena. Luis es el dueño de la Confitería Pallares, que abrió sus puertas hace más de 50 años. Heredó el negocio familiar y ahora admite sentirse olvidado en su propio barrio. «Aquí el extranjero eres tú» confiesa a ABC. A sus ojos, en esta zona la «degradación» la ha convertido en «un suburbio». «Nos sentimos desprotegidos y a la mínima que dices algo, te tachan de racista» admite Luis. «A mi me da igual quien venga a mi negocio, el dinero es el mismo». Entre sus clientes se encuentran los pocos españoles que siguen viviendo en la zona.
Subiendo la escalera que conecta con la avenida Doctor Fedriani, uno de los últimos ápices de la más profunda sevillanía en la zona: el bar La escalerita, famoso por sus caracoles y cervezas. «Al subir la escalera es otro mundo» reconoce el propietario de la confitería, «la plaza no es un lugar de paso, nadie viene si no es por algo». En 2018 abrieron otra sucursal no muy lejos de allí «nos decían que nos íbamos a hacer la competencia nosotros mismos, la realidad es que hay tal necesidad de cafeterías tradicionales en la zona que no lo notamos» apunta el hostelero.
En el restaurante peruano 'Peter's', se preparan para la hora de las cenas y en la tienda de productos 'Mundo África' esperan a los primeros clientes de la tarde. A escasos metros, antes de la escalera que lleva a calle Doctor Leal Castaño, una mujer africana es atendida en la peluquería afro-española 'Flor M-Divine' mientras que en local de al lado, la peluquería dominicana 'Jhessy', un joven barre el suelo tras atender a sus últimos clientes. A medida que se van dejando atrás los escalones se vislumbra el Hospital Virgen Macarena, la segunda referencia sanitaria en la ciudad.
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