La oncóloga de Rosana, la cocinera sevillana con cáncer de páncreas en estadio 4: «En el hospital no nos lo creíamos»

Rosana había perdido peso desde principios de 2022 y el mes de mayo se puso amarilla en mayo. El diagnóstico del servicio de Medicina Interna llegó pocas semanas después. «En su caso, como en otros tumores de páncreas, su enfermedad debutó con una diabetes y una pérdida progresiva de peso».

Cuenta esta oncóloga que cuando se la intentó operar por primera vez a Rosana, se vio que la enfermedad se había extendido al hígado, algo que no se apreció en el PET/TAC. Corría el verano de 2022 y se optó por un tratamiento con quimioterapia para tratar de reducir el tumor. «Sorprendentemente, toleró muy bien un ciclo muy duro de seis meses con tres fármacos agresivos. Y la enfermedad fue remitiendo de una forma que nos sorprendió a todos«.

La doctora Mediano reconoce que es la primera vez que ella logra, junto con sus compañeros, frenar un tumor en el páncreas en estadio 4 con metástasis. «Es un caso único para mí, el primero y el único que he tenido hasta ahora como oncóloga. Lo presentamos ya en nuestro comité de tumores y no descartamos hacerlo en un congreso científico o hacer una publicación científica, si Rosana nos da su permiso. En el comité de tumores del hospital, cuando comentaba su evolución y veíamos que Rosana se estaba curando, me preguntaba si es que yo estaba loca. Pero no. Era verdad«.

Los médicos del Virgen Macarena que han tratado a Rosana piensan que puede exister alguna alteración genética que explique la recuperación «milagrosa» de esta paciente, hoy libre de enfermedad y sin recibir ningún tratamiento. Esta cocinera sevillana colaboró mucho con los médicos porque estuvo dispuesta a aceptar el tratamiento que decidieran. «Eso fue de mucha ayuda para nosotros. La hemos visto pasar momentos duros en el hospital pero nunca se ha permitido estar triste y siempre ha querido seguir con su vida normal, dentro de sus limitaciones», cuenta la oncóloga.

En la consulta de la doctora Mediano puede verse un post-it con una frase de Rosana que le sirve de inspiración y a otros muchos pacientes oncológicos: «Soy una guerrera de la vida y con Dios en mi corazón nunca seré vencida«. Cuenta la oncóloga que «esa frase siempre la tengo puesta en mi agenda». Y añade: «Ella se aferró a la vida y a su gente, esto lo hago y lo saco para adelante era su actitud. Es de una fortaleza extraordinaria y ha sido un chute para todos nosotros en el hospital. Todo lo que aporta ella es positivo«.