Sevilla
Arquitectos e ingenieros alertan de que el proyecto del puente de la SE-40 es inviable
Los colegios dudan de que el estudio pase el dictamen ambiental y señalan que no ofrece medidas compensatorias
En las alegaciones técnicas sugieren un túnel sumergido o, en su lugar, un viaducto «icónico» sin pilas en el cauce
SE-40: Cronología de un despropósito

Los colegios profesionales de Arquitectos y de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, junto con la patronal de constructores y promotores Gaesco, se han unido para presentar una serie de alegaciones independientes pero complementarias al anteproyecto y estudio de impacto ambiental del ... puente de la SE-40 del Ministerio de Transportes, coincidiendo en que el documento expuesto es inviable al no ofrecer soluciones con garantías tanto a nivel técnico como de afección al entorno. Sus alegatos desnudan la intención del Gobierno central de apostar siempre por la solución más barata, amañando incluso las ponderaciones en el análisis multicriterio, al no ahondar más profundamente en el impacto paisajístico y ambiental de un entorno mucho más amplio que el ámbito de estudio desarrollado en el anteproyecto. Llegan a preguntarse, incluso, qué pasaría si las medidas correctoras que habría que aplicarle para que pase el dictamen ecológico elevaran tanto el coste inicialmente propuesto hasta igualarlo con la obra del túnel, descartada precisamente por razones económicas.
A grandes rasgos, los dos colegios profesionales junto con la patronal de constructores vienen a desarmar una suerte de estudio chapucero repleto de «carencias, incongruencias e inexactitudes». Si bien los arquitectos se muestran más duros que los ingenieros de caminos, en el fondo llegan a la misma conclusión: llega tarde, mal y su contenido es tendencioso para reducir al máximo el presupuesto.
El Colegio de Arquitectos critica que el Ministerio «amañe» las ponderaciones para que gane siempre la opción más barata
El Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Arquitectos basa sus alegaciones en la materia territorial y el impacto medioambiental. Así, por un lado, considera que el ámbito de estudio es «totalmente insuficiente y hasta anecdótico» para una infraestructura que debe salvar los 70 metros de gálibo y de 5 kilómetros de longitud. «Se verá desde Trebujena», señala a ABC la decana, Cristina Murillo. En su escrito al Ministerio incide que tiene un impacto visual y medioambiental muy superior teniendo en cuenta la fragilidad ambiental del territorio en el que se ubica. «No existe documentación alguna que demuestre que el estudio de impacto ambiental haya llegado más allá del trazado del tablero y zonas limítrofes incluyendo El Copero». Y añade: «Se circunscribe a las áreas expropiadas necesariamente por ley».
Los arquitectos no entienden que el ámbito sea tan reducido cuando el puente iría dentro del área limitada por lo contenido en el Red Natura 2000 'Bajo Guadalquivir', «y tiene afecciones medioambientales muy perjudiciales y de difícil corrección por el alto valor ecológico y paisajístico» de la zona.
Un túnel sumergido
En este sentido, los Ingenieros de Caminos se cuestionan qué pasaría si el organismo medioambiental volviera a decir que el puente tiene un impacto visual 'severo', como ya ocurrió en 2001, cuando se planteó un puente incluso más bajo, de 50 metros. Por ello, su Colegio pide al Gobierno que añada alguna otra solución de cruce con túnel de cara al estudio de impacto ambiental.
En concreto, los ingenieros proponen como solución un tipo de túnel diferente al que fracasó en 2012, que era excavado. Explican que «sólo se ha estudiado la solución túnel existente pese a saber que tenía problemas, limitándose a estudiar un túnel largo y otro corto sin entrar en consideraciones de otro tipo como podría ser el método de ejecución». En este sentido, sugieren la opción de uno sumergido, «cada vez más usada en los últimos cien años y que se han construido más de 150 en todo el mundo». Entre sus ventajas, exponen, está que «pueden realizarse a poca profundidad, lo que facilita que sean más cortos y sus alineaciones más planas», por lo que «resultan especialmente adecuados para autopistas anchas». Estos, además, «se pueden construir en cualquier tipo de suelo, incluidos los de materiales blandos de aluvión». Sólo sería necesario un dragado, «cuya tecnología ha mejorado» hasta el punto de que no acarrea efectos negativos en el entorno, y no debe generar a juicio de los ingenieros problemas de navegabilidad ni de escapes.

Por su parte, los arquitectos insisten en que el anteproyecto «no valora adecuadamente la relevancia de la singularidad territorial y paisajística del espacio fluvial». Así, en el análisis multicriterio para obtener una valoración de las distintas alternativas, demuestran que siempre acaba penalizándose las soluciones mejores desde el punto de vista paisajístico, en favor de las más baratas: «Es tendencioso y no es objetivo», denuncian, añadiendo que «si una alternativa no respeta una afección dejaría de ser viable técnicamente». Y, según estas alegaciones, es además «manifiestamente ilegal» al carecer de la necesaria 'alternativa 0' (o de no realización del proyecto), obligada por Ley.
Tampoco ofrece medidas compensatorias y correctoras ante la evidencia de que el flujo de tráfico y ruido continuo «alejará de forma irreversible a la avifauna». Por ello, los arquitectos proponen «dar a la ciudad otro enclave como el que pierde». Y éste sería la Dehesa de Tablada, que se convertiría en una «pieza paisajística y funcional que facilite el contacto entre las zonas urbanizadas y la naturaleza con la que linda, que reconecte a la ciudadanía con el paisaje fluvial y marítimo».
Preguntan qué pasaría si las medidas correctoras hicieran que su ejecución fuera tan cara como el túnel
Y, por último, según los arquitectos, el anteproyecto tampoco valora ni premia en ningún momento la calidad estética de la infraestructura. Ponen de ejemplo que, desde el punto de vista normativo, el edificio renacentista del Ayuntamiento de Sevilla tiene el mismo valor que una nave industrial de los mismos volúmenes, pero que «desde el punto de vista de la calidad visual y su entorno, importa la estética». En este sentido, los ingenieros solicitan que se realice un concurso de ideas entre los mejores proyectistas de puentes, para que sea «icónico y extraordinario».
Por otra parte, este Colegio recalca en sus alegaciones que «no está estudiado suficientemente ni documentado el estudio de gálibo del puente, lo cual puede llevar a impedir el crecimiento de éste por la limitación de buques o llevarnos al derroche en el puente por el exceso de gálibo propuesto», que es de 70 metros. Solicitan, de esta forma, un estudio de especialistas en la materia para definir cuál debe ser su altura. Y, por último, dejan a las claras que, dada la proximidad del puente con el acceso a la esclusa del puerto y las condiciones de navegación, «sería un inconveniente el hecho de tener unas pilas en el cauce de agua». Éstas, además, conllevarían «que las condiciones hidráulicas de un río empeoran» con la colocación de estas estructuras y que, «pese a que mejoren sus condiciones aerodinámicas, empeoraría la navegación».
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