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TRIBUNA ABIERTA

Palabra en el tiempo

¿No disponemos de tiempo o realmente no tenemos voluntad? Estamos tan lejos del ayer, recuerda Omar Khayam, como la caravana que partió hace siete mil años

ABC

José María Jurado

Cervantes, que vivió hasta los sesenta y ocho años, dio a la imprenta la segunda parte del Quijote cuando frisaba los sesenta y siete, es decir, en el tiempo de descuento. La primera parte se había publicado diez años antes, en 1605, cuando ya pasaba ... de los cincuenta y siete. En un siglo en el que la esperanza de vida no llegaba a los cuarenta, esta longevidad, sin ser una rareza (Góngora y Quevedo superaron con mucho de los sesenta, Lope alcanzó los setenta y dos y Calderón llegó a los ochenta y uno), no era tampoco moneda común, menos aún en quien había padecido una vida tan desventurada y pródiga en lances inciertos, como la Batalla de Lepanto o el cautiverio en Argel. Apenas tres días antes de morir, «puesto ya el pie en el estribo», dictaría el prólogo al 'Persiles', que aparecería póstumamente publicado en 1617 en la imprenta de Juan de la Cuesta, la misma en la que habían aparecido las dos partes del 'Quijote' y las 'Novelas Ejemplares' en 1613, frutos todos prodigiosos de una espléndida madurez si no senectud.

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